Comparativa: 308, Focus, Clase A, Serie 1... contra el Golf

Hace una semana, el redactor de AUTOBILD Emilio Salmoral no ocultaba su satisfacción con el nuevo Peugeot 308 que, en una comparativa frente al Seat Leon y el Volkwagen Golf, quedaba en primer lugar. Sí, has leído bien: el Golf ya no gana siempre en el segmento de los compactos.

En la prueba que realizó nuestro compañero los modelos montaban con los motores turbodíesel de acceso. Nosotros, decididos a seguir poniendo al Volkwagen Golf 7 en aprietos, lo enfrentamos ahora a cuatro oponentes con motores gasolina turboalimentados. Sigue leyendo, porque te llevarás alguna que otra sorpresa.

Puesto 5: Peugeot 308 1.6 THP 155

El nuevo Peugeot 308 ha ganado mucho terreno: combina un diseño fresco, nueva plataforma y nuevos motores que comparte con las berlinas de la marca. En comparación con sus oponentes, su aspecto es más moderno y especialmente el Focus se ve algo anticuado a su lado. Esta sensación continúa en el puesto de conducción. La mayoría de los controles se mudan de la consola central a una pantalla táctil de 9,7 pulgadas. Ordenado y práctico.

Lo que no será del agrado de muchos conductores es la posición de su pequeño volante. El velocímetro y el cuentarrevoluciones quedan parcialmente cubiertos. 

La visibilidad trasera se ve mermada por su deportivo diseño: la alta cintura y el pequeño parabrisas dificultan la vista perimétrica. Eso sí: el Peugeot tiene el maletero más grande de la comparativa, de 420 a 1.228 litros, aunque con el respaldo trasero no queda una superficie plana, y un borde demasiado elevado dificulta la carga de objetos alargados.

El motor turbo gasolina 1,6 con 156 CV es enérgico y refinado, aunque los desarrollos del cambio de seis velocidades son demasiado largos De momento no hay opción automática.

El chasis, de tarado blando, solo responde bien sobre asfalto en buen estado, y en cuanto se bachea se vuelve algo rebotón. En cualquier caso, Peugeot ofrece mucho por un precio ajustado de 28.950 euros: control de velocidad de crucero y sensores de aparcamiento son de serie, y Peugeot es el que ofrece la mejor dotación de confort. 

Puesto 4: Ford Focus 1.6 EcoBoost

El Ford Focus uno de los compactos más queridos en todo el mundo. La razón: ofrece mucho coche por poco precio, y en todas nuestras comparativas queda muy arriba en el apartado calidad/precio. Si a alguien le parece que el frontal se ha quedado algo anticuado, solo tiene que esperar al siguiente lavado de cara, que por cierto al Fiesta le ha sentado muy bien.

¿Se reducirá también la anchura de ciertas juntas? Para nosotros, son excesivas en la zona del capó y el portón trasero. Con el lavado de cara, Ford quiere también ordenar el puesto de conducción. En el modelo actual, la profusión de botones en la consola central llega a ser incómoda: para hacerse con esta ensalada de mandos e indicadores hace falta mucha paciencia. 

Tampoco facilita la operación de plegar los asientos traseros: si necesitamos los 1.148 litros, antes hay que levantar la banqueta, y todo para nada, porque no aun así se logra una superficie plana.

Junto al precio, el Ford brilla también en comportamiento. Se dirige preciso con su ergonómico volante, reacciona ágil y dinámico en curvas con un buen agarre lateral de los asientos, y su chasis de tarado deportivo transmite muy bien lo que pasa en la carretera sin perjudicar el confort general. 

El gasolina turbo de 150 CV tira bien desde bajas vueltas y arroja suficiente fuerza al eje delantero con cada cambio de marcha. Y quien guste de conducir rápido, puede confiar en los frenos, que son los que antes detienen en esta comparativa.

Puesto 3: Mercedes-Benz A 200

Mercedes abandona el garrote. Gracias al tarado más blando del chasis que ha recibido a finales de 2013, el Clase A tiene una suspensión y amortiguación claramente más confortables. Ahora, los conductores no se sienten como después de un combate de boxeo al realizar viajes largos. Ojo, el nuevo ajuste no ha convertido al Clase A en un oasis de relajación, pero ha traído algo de tranquilidad al interior del coche.

El gasolina turbo de 156 CV lo convierte en el que mejor acelera de 0 a 100 km/h. El Mercedes Clase A pisa con firmeza en curvas y se dispara en autovía (mejor en una alemana sin límite de velocidad) hasta los 224 km/h, dejando a sus oponentes detrás.

En el interior, igual que antes, nos sentiremos como en un búnker: las ventanillas laterales son poco más que troneras, y el parabrisas trasero recuerda más a una pequeña rendija para dejar pasar la luz a las estrechas plazas traseras.

El negro salpicadero domina el puesto de conducción, con una pantalla de siete pulgadas para el sistema multimedia, que ópticamente recuerda a los sistemas de navegación que no vienen integrados. Su prolijo sistema de menús se maneja a través de una rueda sobre el túnel lateral, que está ubicada demasiado atrás.

Delante, los ocupantes llevan una postura muy baja, en unos asientos integrales con buena ergonomía. El volante es cómodo y con buen tacto, y con el respaldo trasero plegado queda una superficie casi lisa. El Mercedes admite entre 341 y 1.157 litros de capacidad.

A pesar de la gran calidad que transmiten sus acabados y materiales, se echa de menos un mejor tacto de la palanca del cambio. Puede parecer exagerado este matiz, pero no lo es cuando hablamos del contrincante con el mayor precio de partida de esta comparativa: 30.500 euros.

Puesto 2: BMW 116i

BMW, con su clásico tacto deportivo, busca, igual que Mercedes con su Clase A, un conjunto armónico. A diferencia del de Stuttgart, eso sí, permite un manejo más sencillo de la instrumentación. La postura también es baja, en unos asientos firmes y de buen agarre. 

El sistema de menús se recorre con fluidez a través del mando iDrive, y la pantalla de 8,8 pulgadas es muy intuitiva.

El salpicadero, ligeramente orientado al conductor, transmite un ambiente deportivo y evita esa sensación al conductor de encontrarse frente a un armario de pared. La sensación de espacio es mejor que la del Clase A, aunque no llega a la del Golf.

Aunque el áspero cuatro cilindros del 116i (136 CV, 220 Nm) podría responder mejor, especialmente a bajas vueltas, es suficiente para manejar este BMW con agilidad. La propulsión trasera libera a la dirección de elementos que la perturben con una respuesta más directa, un radio de giro menor y menos problemas de tracción que sus oponentes. El chasis transmite mucha información del asfalto, pero no castiga a los ocupantes cuando hay baches.

El trabajo conjunto del motor, la dirección, el chasis y el cambio funciona en este BMW Serie 1 más equilibrado que en cualquier otro compacto.

Las opciones de conectividad multimedia son muchas, aunque es exagerado tener que pagar 356 euros por tener Bluetooth y una entrada USB. Con todo, en el apartado de costes queda muy bien por su baja depreciación. Sale peor parado en el maletero: solo admite de 260 a 1.200 litros.

Puesto 1: Volkswagen Golf 1.4 TSI ACT

Lo suyo es la homogeneidad. Desde la primera impresión hasta que se lleva al límite, el Volkswagen responde con sorprendente eficacia. Solo con tocar el volante, uno ya percibe el listón de calidad de los de Wolfsburgo. Un ejemplo: docenas de ingenieros han buscado durante meses el balance perfecto entre grado de dureza y tacto mullido de las superficies de cuero. El equilibrio entre funcionalidad y disfrute de uso es casi perfecto.

No hay mácula en un puesto de conducción de espacio generoso con un salpicadero muy bien terminado y los mandos bien ordenados. Y a diferencia del Serie 1 y el Clase A ofrece un espacio muy desahogado en las plazas traseras, incluso para adultos con mucha talla. Hasta en el maletero sorprende con su capacidad máxima de 1.270 litros.

También es digno de mención el 1,4 litros turbo de cuatro cilindros, con dos de ellos desconectables por el sistema ACT, lo que le ha permitido no pasar de los 6,3 litros en este test. Y eso sin rebajar el nivel de diversión, porque cuando dejamos que los 140 CV y 250 Nm de par lo den todo (y lo hacen ya desde bajas vueltas) notamos la fuerza de forma instantánea cada vez que cambiamos de marcha. 

El chasis regulable DCC se lleva muy bien con la directa dirección y permite un rodar confortable, a la vez que una rigidez que redunda en un paso por curva aplomado, incluso deportivo.

Su precio de 25.670 euros (solo está disponible con el paquete R-Line) demuestra que lo mejor no tiene por qué ser lo más caro.

CONCLUSIÓN

Ningún segmento está tan reñido como el de los compactos. De eso se benefician los compradores, ya que cada marca se esmera por mejorar y se llega a situaciones como ésta, en la que cualquiera de los modelos que aquí presentamos es una buena elección. El recién llegado 308 pierde puntos en comportamiento, pero gana en equipamiento de confort y capacidad de maletero. Todos tienen sus virtudes, pero al final es el Golf el que tiene más experiencia a sus espaldas, y eso se nota. Por eso acaba en el primer puesto.