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La increíble historia del Renault 25

El lujo hecho generalista.

No descubrimos nada nuevo si señalamos que las berlinas están de capa caída, al menos entre los fabricantes generalistas, que se han entregado casi por completo a los SUV. Aunque ahora sean territorio casi exclusivo de los fabricantes premium, hace décadas la situación era muy distinta y hasta las marcas “del pueblo” se arriesgaban a crear grandes berlinas de alta calidad, consiguiendo en algunos casos unos resultados muy positivos, como fue el caso del Renault 25.

Nació en 1983 como modelo del 84, fue el reemplazo del Renault 30 y se enmarcaba en el segmento E, con una propuesta de carrocería de cinco puertas que tenía un diseño ligeramente peculiar. Si bien predominaban las líneas rectas y las aristas en todo el conjunto, en la zaga la luneta trasera envolvente le daba un toque de lo más característico. Salió de los lápices de Gaston Juchet y Robert Opron.

Historia Renault 25

Además, fue uno de los primeros modelos que puso especial énfasis en la aerodinámica, lo que mejoraba el consumo, consiguiendo un coeficiente de 0,31 que en ciertas versiones era incluso mejor. La TS, por ejemplo, con un 0,28, se convirtió durante un tiempo en el coche de producción más aerodinámico del mundo.

Era un modelo bastante espacioso y supuso un importante salto en materia de equipamiento, dotando a un generalista de elementos que no eran tan habituales en aquella época, como elevalunas eléctricos de un toque o un sistema de alertas por voz que, aunque rudimentario, lo que solía dar problemas, era muy avanzado.

Su oferta mecánica fue realmente amplia, incluye multitud de motores de gasolina y, en menor medida, diésel, que fueron entrando y saliendo de la gama en sus actualizaciones hasta que dejó de producirse en 1992.

Historia Renault 25

Los bloques de gasóleo eran los más humildes, bloques tetracilíndricos que se movían entre los 63 y los 86 CV, pero los gasolina estaban a un nivel superior, también había de cuatro cilindros, pero en la cima se situaban los V6, entre los que destacaba el que contaba con turbo. Rendía 205 CV y 291 Nm de par máximo, pasaba de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 233 km/h. Destacaba respecto a sus rivales en prestaciones y refinamiento, pero su elevado precio hizo que fuera una variante difícil de ver por la calle.

Como curiosidad, su éxito fue tal que AMC (American Motors Company) creó su propia versión del Renautl 25, llamada Eagle Premier. Compartía la mayoría de elementos del francés y bajo su capó se optó por monta el bloque 3.0 V6 de 150 CV.

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