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La increíble historia del primer coche eléctrico de Skoda, un camión de reparto de cerveza

La increíble historia del primer coche eléctrico de Skoda, un camión de reparto de cerveza

Para abastecer a los establecimientos.

Piensa en Skoda y en su primer coche eléctrico. ¿Ya? Seguramente, se te haya venido a la cabeza el Skoda Enyaq iV. Sin embargo, en la dilatadísima historia del fabricante checo encontramos un vehículo movido por baterías mucho tiempo atrás. La increíble historia del primer coche eléctrico de Skoda, un camión de reparto de cerveza.

Aunque parezca lo contrario, los coches eléctricos son mucho más antiguos. Prácticamente, puede decirse que nacieron a la vez que el propio automóvil. Entre finales del siglo XIX y principios del XX, varios fabricantes estudiaron diversas soluciones para crear motores eléctricos, pero los motores de combustión interna terminaron imponiéndose. 

Uno de esos fabricantes fue, precisamente, Skoda. Sus fundadores, Václav Laurin y Václav Klement, experimentaron con la hibridación y la electrificación casi desde sus orígenes. 

La primera incursión en este campo se produjo en 1908, cuando la compañía checa desarrolló un vehículo híbrido que combinaba un motor de gasolina que funcionaba como generador de velocidad para alimentar un motor eléctrico principal, que era el encargado de impulsar las ruedas. 

 

¿Te suena? Es un sistema que se parece al de modelos actuales. Sin embargo, hace más de un siglo la tecnología de las baterías para almacenar energía todavía no se había inventado. Así que Laurin y Klement recurrieron para su creación al Frantisek Krizik, el hombre que diseñó el tranvía de Praga, el cual todavía está en funcionamiento.

Tenía un funcionamiento rudimentario, pero ya adelantaba un concepto de sistema de propulsión que, un siglo más tarde, acabaría implementándose en coches como el BMW i3 o el Ford Transit Custom Plug-in Hybrid. 

Pero, para ver el primer coche eléctrico de Skoda, habría que esperar hasta 1939 y no sería un coche.

La increíble historia del primer coche eléctrico de Skoda, un camión de reparto de cerveza

El primer coche híbrido de Skoda, en 1908.
El primer coche híbrido de Skoda, en 1908.

Normalmente, lo inventos surgen como consecuencia de una necesidad. Y una serie de factores obligaron a Skoda a desarrollar un vehículo puramente eléctrico. 

Hay que remontarse hasta 1938, un año marcado en rojo en la historia de la República Checa (entonces Checoslovaquia). Hitler había iniciado su plan para expandirse por Europa y conquistar ese “espacio vital” que necesitaba Alemania. 

Tras la anexión de Austria, el siguiente objetivo era hacerse con la región de los Sudetes. La llamada Crisis de los Sudetes se resolvió el 30 de septiembre mediante los acuerdos de Múnich, firmados por Hitler, Mussolini, Daladier (el primer ministro francés) y Chamberlain (primer ministro británico), que propiciaron la ocupación de la región por parte de la Alemania Nazi.

En este contexto, las importaciones de petróleo a Europa estaban bajo amenaza, debido al clima bélico, cada vez más caliente. La escasez de combustible creó un problema en la compañía checa: no podía abastecer de cerveza los bares, restaurantes y establecimientos desde la fábrica, ubicada la ciudad de Pilsen

Esto llevó a Skoda a desarrollar un vehículo eléctrico, un camión equipado con un banco de baterías recargables de plomo ácido montadas en el interior del chasis. En 1939, el camión eléctrico podía transportar hasta tres toneladas de cerveza, algo que, según los registros de la fábrica, estuvo haciendo durante muchos años antes de ser oficialmente retirado del servicio.

Otra alternativa basada en el carbón

Prototipo de camión impulsado por gas de madera, en 1919.
Prototipo de camión impulsado por gas de madera, en 1919.

Damos varios pasos atrás en el tiempo, hasta 1919. Mientras las potencias victoriosas de la Gran Guerra negociaban la Paz de Versalles, Skoda estudió una fuente de energía alternativa a los combustibles derivados del petróleo. 

En este caso, la marca produjo un camión que funcionaba a carbón, equipado con una caldera en la zona posterior del chasis que convertía la madera o el carbón en lo que se conocía como gas de madera

Este gas de síntesis consistía en nitrógeno atmosférico, monóxido de carbono, hidrógeno, trazas de metano y otros gases que, después de enfriar y filtrar, se podía utilizar para alimentar un motor de combustión interna.

Esta tecnología funcionaba a finales de la década de 1910, pero se consideraba demasiado compleja para su producción, por lo que Skoda decidió esperar antes de darle una nueva oportunidad al gas de madera. 

El Skoda Rapid impulsado por gas de madera

Skoda Rapid de 1942, impulsado por gas de madera.
Skoda Rapid de 1942, impulsado por gas de madera.

Entre finales de la década de 1930 y principios de la de 1940, Skoda aplicó los avances logrados en esos últimos 20 años para darle una nueva vida a este combustible alternativo.

Los ingenieros de la compañía lograron incorporar un gasificador que era capaz de convertir madera y carbón en gas utilizable para alimentar el motor térmico. Varios prototipos se hicieron realidad en 1942, dotados de convertidores de gas de madera integrados en el parachoques delantero. 

Esta tecnología podría ser considerada un avance primario de los coches de gas natural comprimido (GNC) que la compañía comercializa en la actualidad, como el Skoda Octavia Combi G-TEC (prueba).

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