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La increíble historia Skoda S110R

La increíble historia Skoda S110R

El “Porsche del Este”.

Al pensar en Skoda, probablemente te vengan a la cabeza vehículos utilitarios y prácticos para el día a día, o también los más resientes y versátiles SUV. Pero el fabricante checo también ha tenido su aportación en el terreno de la deportividad y un ejemplo de ello fue el Skoda S110R. Esta es su increíble historia.

Nos remontamos a mediados de los años 60, una época convulsa en aquella Checoslovaquia bajo la órbita soviética que terminaría con la famosa Primavera de Praga en 1968

Desde 1964, Skoda comercializaba el 110MB, una berlina construida con carrocería autoportante, motor trasero y tracción trasera, que anunció la llegada de una nueva era tecnológica para el fabricante checo.

 

La compañía invirtió con fuerza en modernas instalaciones para la nueva gama de productos y pronto se concentró por completo en la producción de esta berlina debido al éxito inesperado de ventas en los mercados de exportación. 

Sin embargo, la demanda por los modelos deportivos comenzó a subir, especialmente en los mercados de Europa Occidental. Así que Skoda empezó a trabajar en el desarrollo de un vehículo que daría un impulso a la imagen de su marca. Ese coche sería el Skoda S110R.

La increíble historia Skoda S110R

El desarrollo del S110R se produjo paralelamente a la serie 100 y 110L, sucesora del 100 MB, que recibió mejoras de carrocería, discos de freno delanteros y equipamientos de seguridad mejorados.

Apodado ‘Erko’ en Checoslovaquia, los trabajos del nuevo deportivo checo empezaron en 1966 y, en marzo de 1968, salió de la fábrica de Kvasiny el primer prototipo, designado internamente como Š 718 K

La carrocería coupé se distinguía de la versión de tres cuerpos no solo con su elegante parte trasera inclinada, sino también con su parabrisas más inclinado y sus dos amplias puertas con ventanas sin marco. 

Durante las pruebas de conducción en las autopistas de la RDA, entre otros lugares, el coupé checo alcanzó una velocidad punta de 145 km/h. El segundo prototipo se completó en marzo de 1969, equipado con un doble carburador y un generador de CA en lugar de una dínamo.

Presentación en 1970

La increíble historia Skoda S110R

La presentación oficial del Skoda S110R se llevó a cabo el 5 de septiembre de 1970 en la feria de Brno, donde la firma exhibió tres unidades. La primera piedra del éxito del coupé deportivo en los mercados de exportación se puso en los salones del automóvil de París, Londres y Turín, que abrieron sus puertas en rápida sucesión en octubre de 1970. 

La demanda por el S110R creció rápidamente, pero la aceleración de la producción de la compañía tuvo problemas debido a las condiciones políticas de la época. A finales de 1970, solo se habían fabricado 121 vehículos y no fue hasta el segundo trimestre de 1971 cuando las primeras unidades del coupé se entregaron a los clientes del extranjero. 

A continuación, el fabricante checo se concentró principalmente en las exportaciones: de las cerca de 3.000 unidades producidas en 1971, solo 442 vehículos llegaron a las salas de exposición del monopolio de concesionarios checoslovacos Mototechna. El S110R se vendía por la considerable cantidad de 78.000 coronas, que en esa época equivalía a cerca de 40 meses de sueldo.

“El Porsche del Este”

La increíble historia Skoda S110R

El Skoda S110R se caracterizaba por su bajo peso y excelente capacidad de tracción, que le brindaban un gran comportamiento dinámico. Montaba un motor de cuatro cilindros en línea de 1.1 litros, equipado con un refrigerador de aceite y carburadores gemelos, que producía 52 CV a 4.650 rpm. 

Combinado con un cambio automático de cuatro relaciones, alcanzaba los 145 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en 19 segundos. 

Un sistema de frenos de doble circuito controlaba la desaceleración, con frenos de disco en la parte frontal y frenos de tambor en la trasera. Los frenos eran fabricados por Skoda bajo licencia de la marca inglesa Dunlop

Con un 57% del peso del vehículo apoyado sobre las ruedas de tracción traseras, el coupé deportivo tenía una excelente tracción. El consumo medio de carburante era de 8,5 litros a los 100 kilómetros y el volumen del depósito era de 32 litros. 

Bajo el capó delantero, había espacio suficiente para 250 litros de equipaje, y el segundo maletero situado detrás de los asientos traseros tenía una capacidad de 120 litros y era directamente accesible.

Debido a esa configuración “todo atrás” y a su conducción dinámica, se le conoció como “el Porsche del Este”, aunque, naturalmente, estaba muy lejos del alemán en términos de prestaciones. Pero no había dudas de que era un coche extraordinariamente divertido en una parte de Europa donde el automóvil más común era el modesto Trabant. 

Éxito rotundo en los mercados de exportación

La increíble historia Skoda S110R

Durante los diez años de producción, de 1970 a 1980, el S110R se sometió a numerosas revisiones menores que, junto con una apariencia frecuentemente actualizada, aseguraron la competitividad a largo plazo del vehículo.

La marca checa logró un considerable éxito de ventas en los mercados de exportación. En 1973, el 93% de los aproximadamente 6.000 cupés construidos se enviaron fuera de lo que entonces era Checoslovaquia. 

Al año siguiente, la producción se elevó a alrededor de 7.500 unidades. Desde septiembre de 1972, Skoda también exportó una versión con volante a la derecha y, solo tres años después, 2.371 coupés, o el 36% del número total de vehículos exportados, se entregaron a clientes en Gran Bretaña. 

Algunas unidades llegaron incluso a Nueva Zelanda, Kuwait y Nicaragua. En 1980, su último año de producción, las exportaciones se limitaron al mercado yugoslavo y español.

Una era de éxito en la competición 

La increíble historia Skoda S110R

El Skoda S110R sirvió de base para varios modelos de competición, tanto en circuito como en los rallys, como el 180RS y el 200 RS. Ambos prototipos debutaron en el Rally de Barum en junio de 1974. 

Estos coches de carreras de carretera tenían motores OHC con una capacidad de hasta dos litros y una caja de cambios de cinco velocidades fabricada por Porsche. Además, se instaló un nuevo eje de brazo de arrastre trasero, que tuvo un efecto positivo en la conducción de los coupés.

Le siguió el Skoda 130RS en 1975, equipado con un motor de 1.3 litros y 130 CV y un peso reducido, que se convertiría en uno de los coches de carreras y de rally más exitosos en la categoría de menos de 1300 cc a finales de los 70 y principios de los 80.

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