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Prueba Volkswagen Polo 2018 1.0 TSI 95 CV DSG

Prueba Volkswagen Polo 2018 1.0 TSI 95 CV DSG
Es la versión con potencia intermedia. ¿Su motor tricilíndrico será suficiente?

Soy de vehículos utilitarios. No me llames loco por gustarme los coches 'pequeños', piensa que los que se comercializan hoy, como ocurre con el de la prueba, el Volkswagen Polo 2018 1.0 TSI 95 CV DSG, mide 4.053 mm, por los 3.705 de la primera generación del Golf. Además, suelen acompañar unas prestaciones y una agilidad de marcha destacadas, un consumo contenido y una imagen pintona. Y es que los fabricantes se han puesto las pilas y saben muy bien lo que ofrecer; en el caso de la sexta generación del Polo, un nuevo aspecto y mucha tecnología a bordo.

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Frente a frente compruebo que su imagen es continuista, aunque tiene elementos que lo diferencian de la generación anterior. Por ejemplo su parrilla, que incluye una moldura en el mismo color que la carrocería, como si del Volkswagen Arteon se tratase; las luces diurnas en los extremos del paragolpes, debajo de los faros; o las líneas de tensión del lateral. En un principio los pilotos me parecen muy parecidos, pero cuando presto mayor atención compruebo que son totalmente distintos. Además, son ‘atravesados’ por una línea de diseño que recorre el perfil del vehículo, fusionándose con los tiradores de las puertas, hasta ‘partir’ el portón.

Prueba Volkswagen Polo 2018 1.0 TSI 95 CV DSG

Dentro tampoco encuentro una revolución alocada -mi unidad de prueba del Volkswagen Polo 2018 1.0 TSI 95 CV DSG no lleva el cuadro de instrumentos digital de 10,25 pulgadas-, pero sí constato que ha dado un paso adelante importante. La calidad percibida es bastante buena. Gran parte de culpa la tienen la pantalla del sistema de infoentretenimiento encastrada en la parte superior de la consola y que equipa un marco en negro piano, y las molduras grises -coinciden con la pintura exterior del coche- que cruzan transversalmente el salpicadero. Por cierto, buen detalle el de Volkswagen al colocar la pantalla por encima de los aireadores de ventilación, así el conductor aparta la vista de la carretera el menor tiempo posible. Pero sin duda lo que marca la diferencia respecto a todos sus rivales son los plásticos blandos -obviamente también los hay duros- repartidos por el habitáculo, algo que ni el mismísimo Paco Lobatón encontraría en el segmento.

Volkswagen Polo vs Seat Ibiza

Me siento en el puesto del conductor, donde encuentro una buena posición de conducción y mayor anchura para los hombros. Sí echo en falta mayor agarre lateral. Salto a las plazas traseras, unas plazas traseras en las que Volkswagen con su plataforma modular MQB-A0, que estrenó primero el Seat Ibiza, ha conseguido mucho espacio longitudinal. También en altura y más comedido en anchura. Lástima que el túnel de transmisión sea tan elevado.

En lo que respecta al maletero, cubica 351 litros -1.125 con los respaldos de los asientos traseros abatidos-, que a pesar de ser 4 litros menor que el del Ibiza, es una cifra muy buena si lo comparamos con los otros utilitarios de la competencia. Además, tiene formas muy regulares que ayudan a colocar la carga, la boca está ubicada en una posición baja y puede tener dos alturas. 

Con motor tricilíndrico

Para la prueba del Polo 2018 1.0 TSI 95 CV Sport tengo a mi disposición el motor de tres cilindros del Grupo Volkswagen. El anterior coche que probé también lo equipaba: un Seat Ateca 1.0 TSI, pero de 115 CV con el que acabé encantado con su respuesta. Pues lamentablemente esos 20 CV de diferencia se notan… Desde parado es un poco perezoso hasta que la aguja comienza a superar las 2.000 rpm, momento en el que se despierta y entrega energía. Lo bueno es que es silencioso y suave. Y precisamente suavidad no es lo que le sobra a su cambio DSG de doble embrague y siete velocidades, que es rapidísimo, sí, pero también demasiado brusco cuando inicias la marcha. Esta combinación me ha permitido moverme con un consumo medio de 6 l/100 km, lejos de los 4,6 oficiales, y en carretera con 4,9, más cercano a los 4 de afirma la marca. Lo que sí me ha llamado la atención gratamente es lo bien insonorizado que está, puesto que a 120 km/h apenas se aprecia ruido aerodinámico o del motor.

La suspensión es confortable, porque absorbe bien las irregularidades de la calzada y ofrece balanceos pronunciados de la carrocería, mientras que la dirección, de buen tacto, es rápida y bastante precisa.

Volkswagen Polo 2018

Existe un Polo desde 14.745 euros, aunque se trata del 1.0 MPI 65 CV Edition, con motor atmosférico y solo 65 CV. Si quieres el de la prueba, el Volkswagen Polo 2018 1.0 TSI 95 CV DGS, tendrás que desembolsar 18.705 euros. Eso sí, te recomendaría el de 115 CV.

Sí, hay vehículos más baratos, pero no con la calidad del pequeño de Wolfsburgo.

Valoración

Nota8

Ponemos a prueba el Volkswagen Polo 2018 1.0 TSI 95 CV DSG, la versión con potencia intermedia. Equipa un motor tricilíndrico y la última tecnología.

Lo mejor

Materiales del interior respecto a competencia. Maletero. Aislamiento del ruido.

Lo peor

Falta de energía de su motor 1.0 a bajas vueltas.

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