Prueba Toyota RAV4 Plug in, en la gama alta de SUV PHEV
A la venta desde 49.500 euros
Si no tienes un buen SUV en estos días, estas en desventaja. Si no tienes un buen híbrido, estas en desventaja. Y, cada vez más, si no tiene un híbrido enchufable, tienes más desventaja. Toyota lo ha visto claro, lleva haciendo todocaminos desde los años 90, híbridos desde hace 20 años y la tecnología PHEV está en su catálogo. Por todo ello, el movimiento estaba claro: había que lanzar el Toyota RAV4 Plug In y por fin lo hemos probado.
Ventajas (o no) del RAV4 Plug in
A priori, surge una pregunta. Si ya existe el Toyota RAV4 hybrid, ¿qué aporta este plug in? Yo también me lo preguntaba y después de la prueba tengo la respuesta. Ofrece más potencia, mejora el comportamiento dinámico y, sobre todo, es capaz de rodar hasta 65 kilómetros en modo eléctrico. Con ello, además, consigue pegar en el cristal la Etiqueta Cero de la DGT, cada vez más necesaria para entrar en las grandes ciudades.
Esa es la primera ventaja, la segunda se encuentra bajo el capó. Si el RAV4 Hybrid se mueve con un motor gasolina de 222 CV que recibe el apoyo puntual de un bloque eléctrico en el tren trasero, este nuevo RAV4 Plug in añada un bloque eléctrico en el tren delantero para conseguir una potencia conjunta de 306 caballos. Es decir, 84 caballos de potencia extra.
En carretera, su motor brilla con luz propia
Y no solo es la cifra, sino la forma en que la entrega, como he podido comprobar en este test dinámico por las carreteras de Valladolid. Carreteras en buena parte de doble sentido, donde consigues completar los adelantamientos sin que el Toyota se despeine. La respuesta del acelerador es inmediata ( por algo la aceleración 0-100 es de 6,2 segundos) y si quieres más todavía puedes seleccionar el modo Sport.
Sí, porque este SUV japonés ofrece tres modos de uso, Eco, Normal o Sport. En este último, cambia al respuesta del acelerador y los relojes pasan a rojo, mientras el chasis muestra más firmeza (también la dirección) y permite afrontar tramos de curva con una sensación de estabilidad mayor. Aquí, está por encima de su hermano 'solo' híbrido.
Con cuatro programas de conducción
Por otra parte, para conducir este RAV4 PHEV puedes seleccionar cuatro programas de conducción: AUTO/EV (el sistema gestiona de forma automática en cada momento qué motor funciona para buscar la máxima eficiencia), EV (solo funciona el bloque eléctrico y está disponible hasta 135 km/h), HV (mantiene la carga de la batería eléctrica) y CHG (carga en marcha la batería eléctrica si, por ejemplo, está vacía y te acercas a una ciudad con restricciones.
Casi toda la prueba ha sido con el moto AUTO/EV, el que más se usará sin ninguna duda. Sin ninguna intervención del conductor, el ordenador del coche selecciona si funciona el bloque eléctrico, el de combustión o ambos y así aprovechas al máximo toda la potencia. Con este modo el RAV4 se convierte en un gran rodador, con un punto de genio si buscas aceleraciones/recuperaciones fulgurantes.
Precio y diferencias con el RAV4 híbrido
Me ha gustado (y sorprendido por la diferencia con el RAV4 híbrido) su comportamiento dinámico, más aplomado. La dirección tiene un tacto más duro y un guiado más preciso, mientras el chasis sufre menos balanceos y no transmite la sensación de gobernar un coche pesado. Además, en términos de silencio y aislamiento, está en la categoría alta.
También es alto su precio, porque el RAV4 Plug in con el acabado de entrada ya cuesta 49.500 euros. Eso son 14.500 euros más que un RAV4 híbrido, si bien su equipamiento de serie es muy completo.
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Etiquetas: Coches híbridos enchufables
Valoración
Prueba Toyota RAV4 Plug in, análisis en profundidad de su respuesta, el funcionamiento de su motor, modos de uso, diferencias con el híbrido y precio
Lo mejor
Respuesta del motor y confort de marcha
Lo peor
Precio algo elevado