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Prueba del Renault Scenic E-Tech: un buen eléctrico para toda la familia

Prueba del Renault Scenic E-Tech

Sergio Ríos

Conducimos el Renault Scenic E-Tech, el Coche del Año en Europa 2024. A pesar de no ser ya un monovolumen y de haber abandonado las mecánicas de combustión, ¿sigue siendo un buen coche familiar?

Corría el año 1996 cuando el Renault Scénic -inicialmente llamado Mégane Scénic- llegó a las carreteras como un coche pensado para las familias. En aquel momento, eso se traducía en un monovolumen, pero las cosas han cambiado y así lo demuestra el Renault Scenic E-Tech que voy a probar, un coche que representa la última evolución de este modelo.

Desde hace poco tiempo, la oferta de Renault está cambiando bastante. Estamos viendo cómo regresan modelos como el R4 y R5, mientras que otros como el Espace han tenido que evolucionar al terreno SUV para mantenerse con vida. En cierto modo, eso es lo que ha sucedido también con el Scenic, pero aquí se ha buscado ofrecer una identidad propia.

En esta ocasión, no estamos ante un todocamino como tal, sino ante un coche que también pretende mantener algunas claves de un monovolumen. Aun así, es obvio que ya no es lo que era, pero sigue teniendo un enfoque familiar y eso queda patente con sus dimensiones: 4.470 mm de largo, 1.864 mm de ancho y 1.571 mm de alto.

A todo esto se suma también un cambio radical de diseño, que sigue las claves de los lanzamientos recientes de la marca gala. De entrada, el diseño del Renault Scenic E-Tech destaca por la firma lumínica LED, por su aspecto musculoso y por elementos como sus llantas de hasta 20 pulgadas con diseño aerodinámico.

Con esto y con elementos como los tiradores de las puertas encastrados, se ha logrado fijar un coeficiente aerodinámico de 0,30, dato importante para un coche eléctrico como este. Además, se ha logrado sin que la apariencia general sea demasiado suave o redondeada, lo que es muy positivo.

Por dentro, buenas sensaciones y alguna sorpresa

Siguiendo por el interior del Scenic E-Tech, como ya vimos cuando lo conocimos de forma estática, te encontrarás una estampa muy similar a la que ofrece el Megane E-Tech. El cuadro de instrumentos digital tiene 12,3 pulgadas, mientras que la pantalla central mide 12 pulgadas y cuenta con el sistema OpenR Link con Google integrado y más de 50 aplicaciones.

Sin lugar a dudas, esto es algo que me gusta especialmente, ya que se trata de un sistema que ofrece una gran facilidad de uso. Además, el hecho de contar con aplicaciones como Waze integradas es otro punto positivo, así como la propia estética de los gráficos de todo el sistema. ¿Mi única pega? Que el funcionamiento podría ser más fluido en ocasiones.

Más allá de esto, lo cierto es que las sensaciones en el habitáculo son buenas. Hasta un 26% de los materiales son reciclados, pero tienen un buen tacto y solo mejoraría zonas como la de los aireadores traseros, con un plástico duro que también se encuentra en zonas de las puertas. Asimismo, la amplitud es buena también en las plazas traseras, donde se sitúa un apoyabrazos con algunas sorpresas.

Prueba del Renault Scenic E-Tech

Si bien cuenta con una anchura generosa, que quita algo de espacio, este elemento tiene varias funciones, ya que puede abrirse para albergar objetos en su interior. Junto a esto, también cuenta con puertos USB, posavasos y unos soportes para smartphone o tablet muy útiles. Esto sí que es aprovechar las cosas.

Sea como fuere, el interior esconde otra sorpresa : el techo panorámico Solarbay. Cuesta 1.500 euros, se ha desarrollado en colaboración con Saint-Gobain y no cuenta con una cortinilla. En su lugar, utiliza tecnología de cristal líquido para opacarse por secciones mientras sigue dejando pasar la luz. Una solución inteligente, pero siempre parece tener un filtro blanco y no se ve 100% transparente.

220 CV y más de 600 km de autonomía

Si bien el Scenic eléctrico se ofrece de entrada con una versión de 170 CV y una autonomía de 420 kilómetros, en esta ocasión me acompaña la variante más capaz. Así, la potencia sube a los 220 CV, con 300 Nm de par. Asimismo, la batería NMC cuenta con 87 kWh de capacidad.

Con todo esto, sobre el papel la autonomía es de 620 kilómetros, cifra bastante atractiva para un coche que busca servir para la movilidad de las familias. Eso sí, ¿es tan bueno como parece?

¿Cómo se conduce?

Prueba del Renault Scenic E-Tech

Si bien no voy a poder probar el Renault Scenic E-Tech de forma prolongada, sí podré tener un contacto con él en diversos entornos, con conducción urbana y también por autovía. Así, empiezo por ciudad, donde percibo un tacto de los pedales que no es demasiado suave y que permite modular con facilidad la aceleración y el frenado.

Sin duda, poco a poco van desapareciendo esos pedales del acelerador de los eléctricos en los que la respuesta no era tan gradual y ahora el tacto recuerda más al de un coche de combustión, lo que permite conducir con mucha suavidad. Además, esto se acompaña de una dirección suave y que quizás podría ser más comunicativa, pero que no peca de ser demasiado blanda o de no transmitir nada.

Con un radio de giro de 10,9 metros, no es necesario pelearse con el volante para circular por calles estrechas, aunque este sea un coche de dimensiones generosas. Asimismo, en dicho volante se sitúan unas levas que permiten variar entre cuatro niveles de retención, con el más suave en el que no notas nada y el más brusco, perfecto para ciudad.

Como suele suceder con los coches de baterías, en ciudad hay pocas pegas que se le puedan poner al nuevo Renault Scenic. Ahora bien, con el enfoque que tiene este modelo, debería ser capaz de hacer recorridos prolongados sin complicaciones ni incomodidades, algo que también parece tener más que controlado.

Prueba del Renault Scenic E-Tech

Con sus 220 CV de potencia, las incorporaciones o adelantamientos no son un problema, aunque no tienes una patada tan brusca como la de otros eléctricos. Además, la suspensión tiene un punto de firmeza que ayuda a que el coche se sienta muy estable en distintos tipos de carretera, pero sin dejar de lado la comodidad. De hecho, filtra bastante bien en carreteras bacheadas.

Así, en vías reviradas se trata de un coche que transmite aplomo y que no parece molestarse cuando quieres subir el ritmo, mientras que en autovías sale a relucir la comodidad de los asientos y la suspensión, así como el silencio a bordo. Si bien es imposible tener un silencio absoluto, apenas se percibe la rodadura o el viento gracias a una buena insonorización.

Asimismo, otro elemento a tener en cuenta es el de la autonomía, especialmente si vas a hacer recorridos por autopista, donde un coche de baterías suele disparar el consumo. Aquí no hay milagros, por supuesto, pero a lo largo de esta prueba he registrado un consumo de unos 17 kWh/100 km y el homologado es de 16,8 kWh/100 km. Esto, con cambios de ritmo y de carreteras.

Por lo tanto, es cierto que habrá que esperar a poder hacer una prueba en profundidad, pero mis primeras sensaciones a bordo del Scenic E-Tech son realmente positivas. Su autonomía parece factible, el salto de calidad es evidente y la experiencia de conducción está muy bien pensada. Nada mal…

Prueba del Renault Scenic E-Tech

Precio y rivales

En lo referido al precio del Scenic E-Tech 2024, en España arranca en 38.703 euros para el acabado Evolution de acceso con la mecánica de 170 CV y 420 km de autonomía. Mientras tanto, si quieres contar con la variante de 220 CV, deberás contar a partir del acabado Techno, por 45.993 euros con esta mecánica.

Con esto, entre sus competidores encontramos al Hyundai Kona EV, por 28.240 euros en la versión de 156 CV y 377 km de autonomía o 32.640 euros en la variante de 204 CV y 484 km de autonomía. Asimismo, el Kia e-Niro se ofrece por 38.599 en la versión de 204 CV y 460 km de autonomía, mientras el BYD Atto 3 parte de 37.990 euros en su versión Comfort, con 204 CV y 420 km de autonomía.

Valoración

Nota8

Es una pena que el Renault Scenic ya no sea un monovolumen, pero al menos no llega como 'uno más' dentro de los SUV eléctricos. Tiene personalidad, ha dado un salto de calidad y se conduce realmente bien. No es perfecto, pero sí tiene muchos puntos fuertes.

Lo mejor

La autonomía, la calidad general, el espacio y la interfaz de infoentretenimiento.

Lo peor

El funcionamiento lento de algunos menús y la presencia de algún plástico duro mejorable.

Etiquetas: SUV, Motor

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