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Prueba Polestar 2: la revolución tranquila

Prueba Polestar 2

No hacen falta demasiados fuegos artificiales para hacer un buen eléctrico. El Polestar 2 Single Motor Standard Range lo demuestra sin hacer demasiado ruido

El Polestar 2 avanza sin hacer ruido. En todos los sentidos: aquí no vas a encontrar inventos aerodinámicos sin función real, sonidos de motor artificiales o un interior repleto de colorines y animaciones que parece patrocinado por Disney Pixar.

La silueta de este modelo recuerda vagamente a esa (cara) maravilla que fue el Polestar 1, aunque a este modelo sí está al alcance de un público mayor, pues su precio está en consonancia con rivales como el Ioniq 5 o el Volkswagen ID.4.

 

Pisa el freno y el coche 'cobra vida'

En su espacioso habitáculo se disfruta de un aire muy Ikea: líneas rectas, minimalista... Muchas veces se tiene ese miedo al vacío que lleva a colocar todo tipo de cositas allá donde llega la vista. Aquí, por no haber no hay ni botón de arranque: pisa el freno y el coche cobra vida.

Altura de carga elevada y hueco algo estrecho: cosas del diseño. Las llantas de serie son de 19". Por 1.000 euros, de 20". Al principio cuesta no ver un solo pulsador físico: siete días después te acostumbras al manejo sencillo (otra vez esta idea) del sistema basado en Google (puedes sincronizar tu cuenta y descargar cosas de Play Store) con botones grandes y una buena lógica de manejo.

Prueba Polestar 2

¡En marcha!

Al volante del Polestar 2 se disfruta de buena visibilidad circular, lo cual está genial para ciudad. El tacto del acelerador ayuda a que los movimientos sean suaves y el freno regenerativo tiene dos modos: desactivado que te permite avanzar a vela, y otro que es ca- si como un sistema e-Pedal.

Aquí encuentro una de sus pocas pegas: los frenos son muy poco comunicativos, aunque al final te acostumbras. Además, este no es un coche eléctrico para quemar puertos de montaña, como deja claro el hecho de que no hay modos de conducción. Tampoco los necesita: van de serie en tu pie. Pisa poco y tendrás un modo Eco. Pi- sa más, y activas el deportivo.

Prueba Polestar 2

En carreteras secundarias le sacas partido a una dirección razonablemente rápida (tres niveles de asistencia) y algo plana en cuanto a feedback. A cambio, vira sin inclinarse gracias a unas suspensiones tirando a firmes. Con las llantas de 19", como es este caso, va mejor que con las de 20" (de serie en el rapidísimo Dual Motor) en cuanto a confort, aunque siguen siendo algo duras para un uso abiertamente cómodo en el día a día.

Es el precio que hay que pagar por llevar un buen pack de baterías entre las ruedas y conseguir 474 km de autonomía entre cargas. ¿Cifra optimista? Sin duda, pero al rondar los 400 km reales el uso urbano e interurbano, la discusión empieza a diluirse... Y eso está genial cuando no te da pereza ponerte al volante para condu- cirlo en cualquier terreno.

Valoración

Nota8

Probamos el Polestar 2 Single Motor Standard Range , la versión de un solo motor y tracción delantera del modelo sueco, con 230 CV y casi 500 km de autonomía oficial

Lo mejor

Conectividad, suavidad de macrha y sencillez de uso

Lo peor

Consumo y precios

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