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Prueba del Peugeot 208 PureTech 130 EAT8 GT Line

Mucho ha llovido desde que en 1984 aterrizase en nuestro país el 205. Casi como los Rolling Stone, con el paso de los años ha seguido cosechando éxito tras éxito. Ahora llega la nueva generación de esta estrella, totalmente renovada, y que es la que pongo a prueba: Peugeot 208 PureTech 130 EAT8 GT Line.

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La firma francesa ha bordado su diseño. Lo ha renovado por completo, otorgándole una nueva imagen de la que destaca, sobre todo, las luces LED con forma de colmillos. También su enorme parrilla y la denominación del modelo en el inicio del capó, como el 504. Es de recibo acordarte de tus antepasados... Totalmente nuevos son sus faros traseros unidos por una banda negra, y en el acabado GT Line, las molduras en negro brillante que han sido acopladas en los pasos de rueda. La guinda la ponen sus llantas de aleación de 17 pulgadas en dos tonalidades. Un 10 para Peugeot en este aspecto.

Prueba del Peugeot 208 GT Line PureTech 130 EAT8

La nota tampoco se queda corta en el interior. Los fabricantes se están poniendo las pilas y muchos de sus productos, como el Renault Clio, equipan un diseño y unos materiales más propios de segmentos superiores. Es el caso del Peugeot 208, que sorprende por su imagen. Lo primero que me llama la atención es su nuevo Peugeot i-cockpit, que ahora es en 3D, tanto la estructura del propio cuadro de instrumentos como los gráficos de la pantalla -se consigue con una doble pantalla-. El volante sigue siendo de pequeñas dimensiones, algo con lo que comulgo, pero a la forma achatada de la parte inferior se le suma también la superior, forma que no va con mi religión ni con mi cofradía, la del santo volante redondo.

VÍDEO: Así funciona el cockpit digital en 3D del nuevo Peugeot 208

Tampoco está entre mis creencias la de suprimir los botones físicos y poner sus funciones en el sistema de infoentretenimiento. Te obliga a quitar la mirada de la carretera más tiempo. Pero, al César lo que es del César, la gran mayoría sí tiene y, además, la mitad simulan las teclas de un piano -los otros son táctiles-, dandole un punto de elegancia. Se suma un salpicadero con plásticos más blandos, pespuntes y un tramado que imita la fibra de carbono. Lástima que los paneles de las puertas sean de plástico duro, no como los del Peugeot 2008. Aún así, muy buena nota para el pequeño de la gama, más aún si tenemos en cuenta que equipa Apple CarPlay y cargador inductivo. Por cierto, me encanta la solución que ha encontrado Peugeot para acoplar el móvil bien sujeto y a la vista -la parte interior de la tapa del hueco portaobjetos tiene un aplique que se descubre cuando se abre (lo puedes ver en la galería de fotos)-.

Prueba del Peugeot 2008 Puretech 130

Respecto al espacio reservado a los pasajeros de las plazas traseras, cabe decir que me esperaba algo más. Sí, el coche es un utilitario, pero alguno de sus contrincantes cuenta con más hueco. Para las piernas sí hay bastante, no así para la cabeza, que con mi 1,78 m solo me separan dos dedos y medio de rozar con el techo. ¿La plaza central? Mejor si atrás solo van dos personas, a no ser que quieras hacer sufrir a un tercero -esto es así en todos los coches del segmento B incluso de C-. Tampoco el de carga es para tirar cohetes; 308 litros de capacidad, aunque con formas regulares, eso sí. 

En marcha con el Peugeot 208 PureTech 130 EAT8 GT Line

Como el nombre deja entrever, el coche de la prueba, el Peugeot 208 PureTech 130 EAT8 GT Line, equipa un motor de gasolina de 130 CV que le va como anillo al dedo. Ese empuje sobradísimo se aprecia aún más a partir de las 2.800 rpm, sobre todo en el modo Sport. Una delicia de motor, vamos. Tienes el de 100 CV, que seguro que te sobra y te basta, pero si puedes permitirte la diferencia, yo no lo dudaría. Además, a pesar de ser un tres cilindros, el sonido llega a ser bonito, algo artificial en el perfil más deportivo. Asimismo, marida a la perfección con la caja de cambios automática EAT8, rápida y de buen funcionamiento. Las transiciones también se pueden realizar desde las levas que se sitúan detrás del volante y que son fijas -prefiero las que siguen el movimiento del aro, aunque es cuestión de gustos-.

prueba Peugeot 208 PureTech 130 EAT8 GT Line

El 208 muestra buenas maneras en curva, porque la carrocería se mantiene firme -pone su grano de arena la nueva plataforma CMP-, aunque no es, para nada, un coche incómodo. Y la dirección, con un tacto demasiado ligero para mi gusto, no peca de imprecisa.

Prueba del Peugeot e-208, el eléctrico

Durante la prueba del Peugeot 208 PureTech 130 EAT8 GT Line nos hemos movido con un consumo medio de 7,3 l/100, buena parte de ella en modo Sport. Sin un pie derecho pesado y en modo Eco, se pueden conseguir cifras que rondan los 6,5 l/100. Buenos números, como su precio: 22.600 euros. ¿Alto? No para el coche que es y lo que ofrece.

interior del Peugeot 208 PureTech 130 EAT8 GT Line

Valoración

Nota8

El pequeño felino ha pasado por nuestras mano para hacer una prueba. El Peugeot 208 PureTech 130 EAT8 GT Line muestra una imagen sensacional.

Lo mejor

Imagen exterior. Calidad y diseño interior. Entrega y consumo de su motor Puretech 130.

Lo peor

Rapidez del cuadro de instrumentos digital. Algunas funciones no tienen botón físico. Espacio para la cabeza en las plazas traseras.

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