Prueba del Ford Ranger Raptor II (2023): casi tan salvaje como el modelo estadounidense

El Ford Ranger Raptor II de 2,5 toneladas despega y aterriza sobre sus ruedas delanteras sin que los puntales Fox de funcionamiento progresivo se detengan. Un SUV promedio habría desperdigado partes del chasis y piezas de plástico por el campo. 

Llevar una pickup como este Ford de 292 CV con un chasis tolerante por un circuito arenoso es un placer difícilmente superable. Sí, duplicamos el consumo estándar, pero nos compensa con un sonido maravillosamente estremecedor.

Motor: rugido áspero de blues rock

En el modo Sport, la ingeniería de sonido hace más áspera la experiencia acústica, como un rugido de blues rock sobre un estruendo grave. Y en el modo Baja, el Ranger Raptor trompetea corriendo como un Lamborghini. 

Porque la segunda edición no viene con un diésel razonable de 2.0 litros, que parecía conservador para los clientes calibrados para la locura, sino con un motor de gasolina biturbo V6 de 3.0 litros, el mismo principio que el actual F-150 Raptor de Estados Unidos.

Antecedentes: hace 13 años, Ford USA creó una categoría de competición cercana a la serie para las carreras del desierto Baja 1000, basada en la F-150. Allí, a estos dinosaurios les gusta saltar por el desierto sobre neumáticos de perfil altísimo a 120 km/h, mientras los amortiguadores resistentes al calor con mucho recorrido de suspensión controlan los movimientos de la carrocería.

En la Baja 2016, Ford subió al podio con un Raptor casi original, incluidos los neumáticos. En 2019 llegó el primer Raptor a Europa. Después de todo, el cinco por ciento de las ventas de la Ranger correspondió al Raptor; la apariencia musculada con hombros anchos obviamente complació.

Comportamiento: dos bloqueos de eje como en el Mercedes Clase G

En el modo Baja, el nuevo motor de gasolina V6 cuelga del acelerador como una moto deportiva. Una de las razones es el sistema anti-lag, que deja las válvulas de mariposa abiertas durante unos segundos después de que se haya levantado el acelerador, para que la presión del turbo esté siempre presente cuando se acelera de nuevo.

El nuevo no solo tiene un motor más adecuado a su personalidad, sino también un bloqueo en la rueda delantera, tracción semipermanente (a través de un embrague multidisco controlado electrónicamente) y un recorrido del muelles que se ha extendido hasta los 256 milímetros en la parte anterior. 

La conducción y el talento para escalar recuerdan a los modelos de Land Rover: cuatro modos todoterreno en el mando giratorio y, aquí también, un control de crucero todoterreno (hasta 32 km/h) permite al conductor más lego brillar fuera del asfalto. 

Es probable que los clientes conservadores encuentren farragosa la operación de la pantalla táctil de los bloqueos del eje (dos, solo lo iguala el Mercedes Clase G), porque requiere un tiempo para acostumbrarse. Sin embargo, se pueden activar a través de un botón físico si lo prefieres. 

Incluso la bola de remolque es de serie

El precio, en torno a los 80.000 euros, parece elevado para los estándares de las pick-up, pero la Raptor viene con todo incluido: dos diferenciales autoblocantes, protección antiempotramiento para el motor, el radiador y el depósito, cámaras de 360 grados, luces LED matriciales, sistema de navegación, incluso el enganche de remolque; todo Serie.

El elemento que cuesta un extra es el paquete de persianas enrollables eléctricas, protector de caja y soporte, por algo más de 2.000 euros. Android Auto y Apple CarPlay se vuelven inalámbricos en esta generación. 

Factores para decidir la compra

Hay mucha sustancia tecnológica detrás de la apariencia saturada de testosterona: una pick-up única a medio camino de los vehículos de la competencia: una especie de Porsche 911 GT3 para uso todoterreno.