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Probamos el DS 7 Crossback: el primer SUV de la marca

Prueba DS7 Crossback
Otro día, otro SUV

Tenía ganas de probar el DS 7 Crossback, por eso cuando la marca brindó a AUTOBILD.es la oportunidad de ponerse al volante, puse ojitos en la redacción y conseguí mi objetivo.

Y es que el nuevo DS 7 es un modelo que me intrigaba. Quería conocer de primera mano cómo se comporta el primer SUV de la marca, que además es el primer modelo desarrollado por ellos (ya sabes que los DS3, DS4 y DS5 empezaron siendo Citroën) y en el que se han puesto tantas esperanzas.

Lo cierto es que no es para menos, ya que por fin DS se mete en un segmento en el que hay bastante movimiento, el de los SUV compactos. Bueno, al menos relativamente. Cuando me acerco a él me llama la atención que pequeño no es. Quizá algo menos voluminoso que un Audi Q5, y eso que por posicionamiento está llamado a partirse la cara con rivales del porte del BMW X1, Audi Q3 o Mercedes GLA.

Antes de iniciar la prueba del DS 7 me detengo en el exterior. De fuera me gusta la línea trasera y la mirada de sus faros con tres led (no utilizan sistema led matrix porque, según DS, quieren lograr una mirada más homogénea)... y también que su imagen no es tan arriesgada como la del DS5. Siempre gusta ver coches arriesgados que rompan un poco con la monotonía de vehículos impersonales, pero supongo que en este caso no convenía arriesgar en este apartado.

Prueba DS7 Crossback

Detrás, unos pilotos afilados con intermitentes activos se llevan todas las miradas, y eso que no saben que constan de 48 leds que dan forma a su firma lumínica. 

Interior espacioso en el DS 7 Crossback

Hace un par de años hablaba con gente de diseño de interiores del Grupo PSA. Me decían que buscaban ofrecer una sensación de bienestar similar a la que puedes tener tú en el sofá de tu casa. Lo cierto es que los últimos productos del grupo lo han logrado: el Peugeot 3008 y 5008, el Citroën C3 Aircross... todos ellos ofrecen espacio a raudales y mucha habitabilidad.

Echa un vistazo al siguiente vídeo para conocer todos sus detalles 

En este caso no es menos. Se respira un aire elegante 'muy francés'. Perdón por esta definición, pero seguro que así lo entiendes. Mientras que sus rivales alemanes son muy sólidos, elegantes, y discretos, en este caso aparecen detalles más trabajados, líneas menos rectas y detalles más personales, como la mezcla de ángulos rectos y afilados con líneas más tendidas y curvadas.

Por ejemplo, es curioso el reloj BRM analógico (y cuadrado) que emerge en la consola central (estará presente en casi toda la gama) y que llama la atención porque es lo único que ofrece información que no es a través de un TFT... siempre y cuando no conduzcas el acabado básico Bastille, que cuenta con relojes analógicos y pantalla central de ocho pulgadas (te diré un secreto: a mí me gusta más así).

Prueba DS7 Crossback

En el centro del salpicado preside la prueba del DS 7 Crossback una enorme pantalla de 12,3 pulgadas desde la que se maneja desde el sistema de infotainment hasta el climatizador. Se podría decir que es un paso intermedio entre un sistema tradicional y el i-Cockpit de Peugeot. Su funcionamiento, como siempre, no está mal, pero prescindir de tanto botón exige toquetear demasiado la pantalla para pasar por ejemplo del navegador a cambiar una emisora memorizada. Mucho se puede manejar desde el volante, hay que reconocerlo, pero no acaba de ser verdaderamente práctico.

Prueba DS7 Crossback

También es digital la pantalla de relojes. Es configurable y procede del 3008, por lo que disfruto de una buena legibilidad y mucha información. Como en el SUV de Peugeot, hay modos en los que hay muchos datos e información y es bastante configurable. Al final, a mí me gusta el modo más sencillo: velocidad, combustible y poco más.

En cuanto a las plazas traseras, no están nada mal, tanto por postura como por espacio para las piernas. Los respalfos se pueden reclinar 10 grados y se mueven eléctricamente por medio de un botón situado en el reposabrazos posterior. Un detalle raro que no me acaba de encajar, como que la banqueta quede fija y no se pueda mover hacia adelante para ganar algunos centímetros al maletero.

Al volante

La gama consta de cuatro motorizaciones, dos de gasolina y dos diésel. Los primeros son THP de 180 y 225, mientras que los últimos ofrecen 130 y 180. Salvo en el HDI menos potente, que es manual de seis marchas, todos utilizan una caja automática Aisin de ocho marchas. ¡Dile adiós a las manuales robotizadas con una sonrisa! En este caso, además, hay doble motivo de alegría: aunque tiene dos marchas más, también pesa menos que la de seis: exactamente dos kilos. No parece mucho, pero no está nada mal.

Prueba DS7 Crossback

He podido probar dos versiones: primero el DS 7 BlueHDI 180. Me llama la atención el aislamiento acústico exterior. Opcionalmente puede tener cristal doble (dos láminas finas de 0,4 mm), por lo que cuando bajas la ventanilla te das cuenta de lo ajeno que estás al del ruido exterior.

Algo peor aislado está el motor. El BlueHDI empuja con fuerza desde las 2.000 vueltas (de hecho, el eje delantero perdía tracción al pisar a fondo), pero también se deja notar quizá algo más de lo esperado. Nada grave, en todo caso. Además, a velociodades legales de autopista el desarrollo te llevará por debajo de las 2.000 rpm.

Por otro lado, también pude hacer un pequeño recorrido con el PureTech de 225 CV. Después de haber conducido el diésel, la verdad es que se nota bastante refinado. Empuja con ganas desde las 2.000 vueltas hasta casi las 6.000, momento en que la barra que marca las revoluciones cambia a color rojo para anticipar el cambio a una marcha superior. Incluso en modo Sport la caja automática sube de relación, lo que le hacer perder ese encanto de 'lo deportivo'.

Los dos DS 7 que he podido probar llevaban la suspensión adaptativa DS Active Scan Suspension que estrena el DS 7 Crossback (más información). Su funcionamiento es excelente. No llega al refinamiento de Mercedes, ya que en este caso actúa ablandando o endureciendo únicamente los amortiguadores, pero no está nada mal. Absorbe bien los baches y lo que percibes en el interior es lo que el perfil de los neumáticos no consigue eliminar.

Solo he podido probar el DS 7 con cambio automático. El trabajo de Aisin se ha centrado sobre todo en la suavidad de funcionamiento. Al ser un convertidor de par, las inserciones son más suaves. No puedo decir que sea lento, pero tampoco rápido. En todo caso, muy adecuado para el uso al que está principalmente destinado, aunque es justo reconocer que la versión de 225 C era un preserie y de vez en cuando daba tirones en segunda o y al pasar de séptima a octava.

En definitiva, tras la prueba del DS 7 Crossback tengo que decir que el producto en sí me ha convencido. Se trata de un modelo bien hecho y rematado que tiene que pagar el peaje del Grupo PSA en forma de botones y algún que otro detalle que le hace perder puntos de prestigio, pero que en principio no tiene nada que envidiar a sus rivales suecos (Volvo XC40), británicos (Jaguar E-Pace), japoneses (Lexus NX) o alemanes (Mercedes GLA, Audi Q3 y BMW X1).

 

Valoración

Nota7

Probamos el DS 7 Crossback, el primer SUV premium de la marca. En su lanzamiento contará con motores potentes de gasolina y gasóleo y apuesta por la calidad.

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