Prueba del BMW 420d Gran Coupé en el día a día: solo querrás conducirlo

"¿Te gusta conducir?": este legendario eslogan publicitario de BMW describe muy bien mi relación cotidiana actual con el BMW 420d Gran Coupé. Ya en 1972, en Alemania, la marca hacía referencia a este concepto en una publicidad en la que daban los argumentos para hacerte con uno de sus modelos: “Por un lado, por el amor al confort y, por otro, por el placer de conducir", y hablaban por tanto de una “nueva categoría”. 

Y este 420d Gran Coupé definitivamente rezuma un poco de es “nueva categoría” para mí, como ex piloto de 02 desde hace mucho tiempo: construcción compacta, estilo dinámico y motorización adecuada: ¿qué más se puede pedir?

¡Un momento! Al cabo de unos metros se me ocurre algo: ¡un motor de gasolina, por favor! No puedo conciliar en absoluto este tono diésel quejumbroso en el ruido del motor con el elegante deslizamiento de un Gran Turismo. Después de todo, eso es exactamente para lo que sirve un GT: un diseño especial para una experiencia de conducción especial.

Sin embargo, para ser justos, no hay absolutamente nada que decir contra el potente diésel de 2,0 litros, más bien al contrario. El motor de alta tecnología (mild-hybrid de 48 voltios con generador de arranque y batería adicional) ciertamente sabe transmitir “placer de conducción”.

La sofisticada tecnología no sólo despierta suavemente al motor de combustión de su estado de letargo en los semáforos, sino que también garantiza una mayor disciplina en el consumo y un impulso adicional al acelerar. Y la energía obtenida al frenar está disponible para impulsarlo de nuevo. ¡Y eso es realmente divertido!

Diseño interior

Lo que menos me gusta de este coche, como viejo nostálgico que soy, se encuentra detrás del volante: la Curved Display o, dicho llanamente, “pantalla curva”. Donde antes los hermosos instrumentos atraían la atención de todos, ahora hay una caja negra semicircular que ilumina la instrumentación, mapas de navegación, frecuencias de radio y mucho más.

Pero debo admitir que me he acostumbrado sorprendentemente rápido al nuevo aspecto, especialmente porque los menús de la navegación funciona bien y fácilmente.

Posición de asiento perfecta, volante de fácil agarre

Y en materia de ergonomía nadie puede vencer a BMW. La posición del asiento es perfecta, el volante de fácil agarre tiene botones de control, pero no tantos como para que te sientas abrumado. Incluso sentarse en el asiento trasero es ahora bastante cómodo, aunque la pequeña superficie de la ventana hace que uno se sienta un poco encajonado.

Comportamiento 

Me siento delante de nuevo, presiono el botón de inicio en el amplio túnel central y salgo pitando. A pesar de su impresionante peso de 1.780 kilogramos, el Serie 4 no se siente nada voluminoso. ¡Al contrario! Es fácil y relajado de controlar y te incita a conducir, conducir, conducir…

Así que salgo rápidamente de la ciudad, tomo una despejada carretera rural y me recreo un buen rato tomando curvas: ágil y aplomado, como deber ser todo BMW, me hace disfrutar de lo lindo. Pero el Serie 4 también puede ser un viajero muy rápido; en autopista alcanza una velocidad máxima de 235 km/h, pero ¿quién quiere eso? A no ser que vivas en Alemania y tengas cerca una Autobahn sin limitación, claro… 

Conclusiones

Y ya para finalizar, os hago un balance, con su puntuación, de mi relación diaria con el BMW 420d Gran Coupé:

Desplazamientos: quería conducirlo todo los días, cualquier excusa es buena. 5/5.

De compras: ¡es increíble lo que puede tragar su maletero! 4/5.

Transportar objetos grandes: obviamente, una camioneta puede hacer más cuando se trata de cosas voluminosas, pero sus respaldos plegables den bastante juego. 3/5.

De vacaciones: espacioso, rápido y no consume demasiado. Un gran viajero.  5/5.

Vida familiar: nosotros somos cinco, de modo que no hemos ido sobrados de espacio. 3/5.