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Prueba Audi RS3 Performance: un poquito más siempre gusta

Prueba Audi RS3 Performance

407 CV para divertirte.

Tener 407 CV a tu disposición siempre es agradable. Tanto, que es complicado de describir. Te sientes afortunado de tener tanto poder bajo el pie derecho, y también la percepción de que estás un modelo muy especial. Y esto es exactamente lo que ocurre con el Audi RS3 Performance Edition

Para empezar, se trata de una edición limitada que añade más equipamiento, logos en negro y detalles específicos. Por ejemplo, una animación bajo los faros anuncia la cifra de 300, que es el número de unidades que se van a fabricar, así como la velocidad máxima que puede alcanzar. 

Pero a mí eso me preocupa poco, la verdad. Acomodado en los asientos Sabelt con parte trasera de carbono del Audi, no puedo evitar echar una lagrimita por el sistema Command de ruleta y botones. Ahora se ha dado paso a un manejo híbrido; aunque el control del navegador o de la radio se hace a través de la pantalla táctil, los mandos del climatizador siguen siendo físicos. 

 

Y eso siempre va bien cuando estás al volante de un coche capaz de alcanzar los 300 km/h. Y ya que menciono el tema prestacional, déja que pase directamente a la dinámica. Porque sí: delante es cómodo, los materiales están muy bien escogidos, tienes la chapita 1/300 en el salpicadero y bla, bla, bla. 

Pero pulsa el botón de arranque y todo eso pasa a un segundo plano. Y es que, para mi gusto, el RS 3 ha ganado en frescura con el paso del tiempo, al contrario de lo que suele ocurrir con muchos modelos. 

En el caso del Performance Edition, el cinco cilindros de 2.480 cc recibe más potencia y el par se alcanza 100 rpm antes. Te ofrece una aceleración profunda y poderosa desde las 2.500 vueltas y especialmente brillante a partir de 5.000.

A la hora de conducir por zonas de curvas, los Bridgestone Potenza Sport de mi unidad ayudan a un chasis calibrado con precisión quirúrgica para que puedas trazar una línea con la mirada y clavarla con la ayuda de una dirección rápida y progresiva y un chasis que te hace creer que eres mejor conductor de lo que eres. 

Si subes el ritmo, su eje delantero querrá seguir recto, pero con el RS Torque Splitter en el eje trasero podrás mitigarlo. Además, al fin y al cabo el RS 3 es la herramienta definitiva en autopista o carreteras secundarias en buen estado, o un circuito en que dar rienda suelta a tu lado más gamberro con el modo drift. 

Sí, yo también pienso que este no es un coche para ir de lado de una curva a otra, pero volviendo al inicio del texto, tener la posibilidad de activar esta función siempre es agradable. Tanto, que es complicado de describir...

Mi opinión

Un deportivo pensado para ser el rey de la 'autobahn': el RS 3 Performance ofrece ese puntito de más a los que ya de antemano aspiran a todo: ahora bien, tienes que estar dispuesto a pagar unos 20.000 euros extra por ese plus de exclusividad...

Valoración

Nota8

Lo mejor

Uno de los puntos fuertes de esta edición son los espectaculares asientos Sabelt con la carcasa de carbono

Lo peor

Un maletero aprovechable con el suelo plano y aun así pequeño

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