Opinión: ¿qué debería hacer MotoGP para recuperar el interés perdido?

MotoGP es el máximo exponente de competición sobre dos ruedas. Es, por decirlo, el más “mainstream” de todo el catálogo de carreras de motos o, al menos, lo era. De un tiempo a esta parte el mundial parece haber ido perdiendo fuelle y eventos recientes no ayudan a que vaya a cambiar esa dirección. ¿Hay alguna manera de reflotarlo?

Lo cierto es que el comienzo del descenso puede encontrarse con claridad, al menos en España, en 2015. ¿El motivo? Los derechos televisivos

De en abierto a la televisión de pago

Cualquier lector de Autobild tendrá afición por los deportes del motor y seguramente recuerdos de sí mismo, a una tierna edad, disfrutando de carreras cada fin de semana en la televisión, sin pagar nada, sin tener que preocuparse, solo teniendo que sentarse a disfrutar.

La última vez que se pudo hacer esto en España fue en 2014, última temporada que se pudo ver completa en abierto. Un año después, ya se aplicó una fórmula mixta con ocho grandes premios en Mediaset y el resto en exclusiva en Movistar. Un curso más tarde la cifra se redujo a cuatro. Uno después ya era imposible ver las motos sin pagar.

El cambio de modelo de negocio se debió a unos derechos de emisión realmente alto (se estiman unos 25 millones), que solo la compañía telefónica estaba dispuesta a pagar. Tampoco le duró mucho, puesto que en 2018 fue DAZN la que se hizo con ellos para las cuatro siguientes temporadas.

Calendario MotoGP 2022: todas las citas de la temporada

Lo que quizá no sopesaron desde Dorna fue que aunque eran muchos los que veían las carreras gratis (hubo picos puntuales de hasta 5 millones de espectadores), quizá no tantos estuvieran dispuestos a pagar por ello, algo que ha quedado patente en la suscripciones de la plataforma, que según fuentes superarían por poco las 100.000. 

El primer problema está claro: este cambio en la distribución ha supuesto un batacazo considerable, un recorte en el alcance de la competición, que llega cada vez a menos personas, por lo que no se crean nuevos aficionados e incluso se puede llegar a perder parte de los que se tenía.

Pero no es el único escollo al que se enfrenta MotoGP

La caída de los ídolos

Se tiende a romantizar el pasado. Es lo que tiene la nostalgia. Y cada uno tiene su época favorita grabada a fuego: para alguno será la era de las 500cc de dos tiempos, para otros el campeonato de Crivillé, los más jóvenes quizá las andanzas de Lorenzo y Pedrosa… Cualquier tiempo pasado nos parece mejor, pero, ¿no será que quizá lo fue?

Y es que si nos ponemos a hacer listas de grandes pilotos lo más probable es que en todas haya una misma tendencia: muchos nombres de décadas pasadas que van bajando en cantidad y calidad hasta apenas tener representantes en el día de hoy.

¿Significa esto que no haya buenos pilotos a día de hoy? Para nada. Sin embargo, en parte por esa falta de alcance que mencionábamos antes, en parte porque no han tenido tiempo de crear nuevas leyendas, MotoGP está huérfana de una cara oficial, un poco como le ocurrió a la NBA post-Jordan.

Sí, es cierto que está Marc Márquez, pero su situación es bastante peculiar. Durante sus años de dominio, fue su clarísimo nivel superior a sus rivales lo que hizo que muchos perdieran el interés. Ahora, tras sus lesiones, el campeonato parece más igualado, pero es imposible no tener la sensación de que es más por su bajón que por la presencia de rivales potentes.

Rossi

He aquí el Jordan de MotoGP. Muchos se engancharon al campeonato con Rossi. Muchos crecimos viendo a Rossi haciendo virguerías y cosas imposibles sobre su moto. Y ahora no está. 

Es un hueco demasiado grande (por palmarés, carisma y un largo etcétera de características) como para que nadie esté capacitado para llenarlo. Para muestra, el simple hecho de que, aunque llevaba años si estar a primerísimo nivel, muchos seguían esperando cada Gran Premio para “ver lo que hacía Rossi”, para ver si una vez más iba a reverdecer laureles.

¿Hay solución?

La situación de MotoGP se antoja complicada y no tiene visos de cambiar. Para empezar, se enfrenta a su primera temporada sin Rossi, lo que debería impactar negativamente en las audiencias. Y, para seguir, continúa siendo de pago, lo que va a dificultar que nueva gente se adentre en la competición.

El único faro de esperanza es que, por tercer año consecutivo, el campeonato está muy abierto, lo que debería garantizar una gran competitividad y carreras emocionantes, lo que puede suponer un gancho.