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Los secretos que guarda el cilindro del circuito de Indianápolis

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Hace ahora seis años, del asfalto del circuito de Indianápolis se extrajo una muestra en forma de cilindro que mostraba todas las capaz de suelo de la pista. Más de 100 años de historia se pueden apreciar en esta muestra de 35 centímetros que hoy que se conserva como parte de la historia de Indianapolis Motor Speedway.

Inaugurado en 1909, el circuito de Indianápolis es una de las pistas de carreras más famosa del mundo. Hogar de la IndyCar y la NASCAR, este trazado acoge cada año las míticas 500 Millas de Indianápolis y en el pasado ha sido lugar de parada en el calendario del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 (2000-2007) y del Campeonato del Mundo de MotoGP (2008-2015), entre otros.

El circuito tiene casi 115 años de historia y sobre la pista ovalada de 2,5 millas, el equivalente a 4.023 metros (además de sus variantes), muchos han sido los pilotos que han logrado alcanzar la gloria en todo tipo de vehículos de dos y cuatro ruedas. Y, por supuesto, una pista centenaria ha necesitado de más de una remodelación para devolverla a su máximo esplendor.

Por ese motivo, y como ocurre en todos los circuitos de carreras del mundo, cada determinado tiempo se lleva a cabo un reasfaltado del circuito. El objetivo con estos trabajos de mantenimiento es que el trazado ofrezca los máximos niveles de prestaciones y agarre a los vehículos de carreras que, por otro lado, son los principales responsables de su desgaste.

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Los secretos que guarda el cilindro del circuito de Indianápolis

Como podrás imaginar, en casi 115 años de vida Indianapolis Motor Speedway ha recibido varios reasfaltados desde que fuera inaugurado un 12 de agosto de 1909. 

Una muestra de ello, como si de los anillos del tronco talado de un árbol se tratara, se descubrió en octubre de 2017 cuando se realizó un estudio del suelo del circuito, revelando consigo las diferentes capas de asfalto que ha acumulado con el tiempo.

El estudio tenía como objetivo investigar los baches que sintieron los pilotos de IndyCar, Scott Dixon y James Hinchcliffe, durante una prueba de constructores llevada a cabo en 2017, según recoge Carburando.

La muestra, un cilindro con unos 35,5 centímetros de altura y 15 centímetros de diámetro, obtenido utilizando un taladro especial refrigerado con agua, que llegaba hasta la capa más profunda del circuito, se obtuvo de la curva 3 del óvalo de Indianápolis. 

Vista desde los costados se puede apreciar perfectamente las capas de reasfaltado del circuito, llegando incluso a una gruesa capa de pavimento compuesta por más de 3,2 millones de ladrillos.

Una capa de ladrillos para dar consistencia al circuito

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Sin embargo, esta no es la verdadera base del circuito de Indianápolis. La pista se construyó en 1909 sobre una superficie de grava de 5 cm, seguida de otra capa de piedra caliza triturada de 5 cm y otra capa de piedra triturada mezclada con piedras más grandes. El conjunto se cubrió con una capa superior de polvo de piedra y, meses más tarde, con una nueva capa para cubrir la superficie dañada.

Ese mismo año se añadiría la mencionada capa de ladrillos colocada sobre arena y, a su vez, cubierta con arena y cemento. Esta gruesa capa permanecería casi sin cambios hasta 1938, cuando se completó el asfaltado de toda la pista, a excepción de la sección central de la recta frontal.

Así permanecería hasta 1961, cuando esta sección sería asfaltada dejando solo una franja de unos 91 centímetros de los ladrillos originales intactos justo en la línea de meta. Esta sección, que aún se conserva, se le conoce como “Yard of bricks” (patio de ladrillos) y es tradición desde 1996 que el ganador de la Indy 500 bese esta línea de ladrillos del circuito.

Los siguientes reasfaltados del circuito de Indianápolis tendrían lugar en 1976 y en 1988. Sin embargo, en 1995 se vuelve a realizar un reasfaltado del circuito, aunque esta vez se retiraron más de 12 centímetros de la superficie, siendo la primera ocasión en la que no se conservaron todas las capas de superficie anteriores.

El último reasfaltado data del año 2004

En 2002 se llevó a cabo un alisado general de los más de 4.000 metros del circuito mediante el proceso de pulido con diamante. Y en 2004 se volvió a reasfaltar por completo todo el circuito.

Desde entonces, y tras 19 años, el asfalto del circuito de Indianápolis se ha mantenido sin cambios profundos, a pesar de la actividad frenética que atrae la pista cada temporada y las condiciones climáticas extremas que se registran anualmente (verano en invierno) en Indiana.

El cilindro del circuito de Indianápolis (la muestra) se conserva en un estuche en el mismo estado en el que fue extraído del suelo en 2017, como parte de la historia de la legendaria pista de carreras estadounidense.

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