La razón por la que no deberías conducir con el abrigo puesto, a pesar del frío que haga dentro del habitáculo

Cuando cogemos el coche en esas mañanas frías de invierno, lo último que apetece es quitarse el abrigo, la chaqueta, la bufanda y todo lo que llevemos para combatir las bajas temperaturas propias de estas fechas. Sin embargo, no es buena idea conducir con el abrigo puesto, por mucho frío que haga, y hay una razón.

Hay determinados comportamientos al volante que están castigados y son de sobra conocidos por todos. Por ejemplo, usar el móvil mientras se conduce. Pero hay otras acciones que son más confusas y que también pueden conllevar una multa. Aunque no siempre.

No existe ninguna norma que prohíba conducir con el abrigo puesto, sin embargo, hacerlo puede incumplir algunos preceptos que sí recoge el Reglamento General de Circulación. Por tanto, si el agente lo considera, puede emitir una multa de hasta 200 euros.

La razón por la que no deberías conducir con el abrigo puesto

Hay una razón por la que la DGT puede multar por conducir con el abrigo (o ir demasiado abrigado) y es por motivos de seguridad. No es recomendable ponerse al volante con muchas prendas puestas, sobre todo, abrigos gruesos, porque resta movilidad a los brazos, impidiendo una conducción cómoda y una correcta reacción ante situaciones imprevistas.

Además, utilizar un abrigo demasiado voluminoso puede interferir en el correcto funcionamiento del cinturón de seguridad, motivo por el que también te pueden multar.

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Como recoge el artículo 18 del Capítulo I del Reglamento, “el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía”.

Si prosigue: “A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos”.

Según este artículo, conducir con el abrigo puesto puede ir contra la norma, ya que perjudica a esa “libertad de movimientos”, además de no poder adoptar una postura de conducción correcta. 

Por otro lado, el artículo 17 establece que “los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos”, lo que también podría incidir sobre el abrigo en la conducción.

Por último, el artículo 3 especifica que un conductor “deberá conducir con la diligencia y precaución necesarias para evitar todo daño, propio o ajeno, cuidando de no poner en peligro, tanto al mismo conductor como a los demás ocupantes del vehículo y al resto de los usuarios de la vía. Queda terminantemente prohibido conducir de modo negligente o temerario”.

Cómo conducir en invierno con seguridad

Las normas anteriormente citadas se pueden aplicar también a los guantes, dependiendo del material con el que esté elaborado, ya que puede impedir el agarre correcto del volante o que resbale sobre la palanca del cambio. 

Por tanto, no es recomendable conducir totalmente abrigado en invierno. Lo mejor es arrancar el motor y esperar un poco hasta que el motor coja temperatura y poner la calefacción o, simplemente, permitir que entre el aire del exterior, que se habrá calentado con el motor. 

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