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El problema al que se tienen que enfrentar los coches autónomos en Rusia

Coche autónomo en nieve
El problema al que se tienen que enfrentar los coches autónomos en Rusia se llama ¡nieve!

No hace falta ser un experto en conducción autónoma para saber que los coches que conducen solos lo hacen gracias a un montón de sensores que, entre otras cosas, leen las líneas de la carretera para saber en qué momentos deben seguir recto y cuándo tienen que girar. Pero, ¿qué pasa cuándo no pueden ver las marcas viales?

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El problema al que tienen que enfrentarse los coches autónomos en Rusia es precisamente ese y es que cuando se regularice el uso de vehículos sin conductor serán muchos los que circulen en carreteras cubiertas de nieve en las que leer las líneas pintadas sobre el asfalto será misión imposible.

Hasta ahora, la mayoría de los fabricantes embarcados en la carrera de la conducción autónoma han preparado sus coches para circular en condiciones técnicamente perfectas (o casi). Pero pocos han pensado en qué pasará cuando las circunstancias sean más reales que perfectas. En España, por ejemplo, lo de conducir por carreteras cubiertas de nieve será algo más bien anecdótico pero en Rusia será de lo más habitual. Es por eso que los técnicos rusos se han puesto manos a la obra para adaptar la conducción autónoma a sus carreteras.

Yandex, el alter ego de Google en Rusia, ha sido el primero en poner a prueba los coches que conducen solos sobre la nieve. Ha tomado como base una flota de Toyota Prius a los que ha colocado un arsenal de sistemas desarrollados por ellos mismos para poner a prueba la conducción sin conductor en carreteras cubiertas de nieve, es decir, cuando los sensores no tienen tan fácil leer las marcas viales.

El vídeo que acabas de ver es una de las primeras pruebas que Yandex ha hecho a las afueras de Moscú. 

La compañía ha explicado que la solución al problema al que se van a tener que enfrentar los coches autónomos que circulen sobre la nieve está en el mapeo de las ciudades ya que está será la única forma de que puedan saber por dónde se mueven.

Ford ya se percató cuenta de este problema

Sin desmerecer el trabajo de los rusos, para ser justos hay que decir que no son ellos los que han descubierto la debilidad de los coches autónomos.

Hace meses, Ford inició una serie de pruebas de conducción autónoma sobre nieve consciente de que las condiciones climatológicas adversas podían alterar de forma considerable el comportamiento de sus coches autónomos.

La prueba del coche autónomo de Ford en nieve se desarrolló en Michigan (EEUU), concretamente en Mcityun entorno urbano simulado a escala real de casi 130.000 metros en la Universidad de Michigan. 

“Una cosa es que el coche conduzca en condiciones meteorológicas perfectas”, dijo entonces Jim McBride, jefe técnico de vehículos autónomos de Ford. “Y otra diferente es hacerlo cuando los sensores del coche no pueden ver la carretera porque esta está cubierta de nieve. El tiempo no es una ciencia exacta, y por eso estamos realizando pruebas de vehículos autónomos en condiciones invernales para, por ejemplo, el 70% de residentes de los Estados Unidos que viven en regiones en las que nieva”.

Para navegar sobre carreteras nevadas, los coches autónomos de Ford están equipados con mapas en 3D de alta resolución, completos con información sobre la carretera y lo que hay sobre ella, incluyendo mapas de carretera, señales, geografía, hitos y topografía.

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