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Peugeot 907, así era el superdeportivo del león capaz de acelerar hasta más de 300 km/h

¿A quién no le encantan los prototipos de superdeportivos soñados por marcas improbables? Son como echar un vistazo a una realidad paralela. Y un reciente vídeo del canal DriveTribe nos pone sobre la pista de uno de 17 años atrás tan maravilloso como poco recordado. Hablamos del Peugeot 907, un bestial coupé de dos plazas y 500 CV que era capaz de acelerar, teóricamente, hasta los 350 km/h. Recordamos brevemente esta fascinante historia.

Realizado para celebrar el nacimiento del nuevo centro de diseño de la compañía, el objetivo era demostrar todo lo que sabían hacer, por lo que el equipo recibió carta blanca. Y el dinero necesario para convertir su sueño en un prototipo funcionante. Todo un lujo. Así, se propusieron crear un superdeportivo de motor delantero-central y tracción trasera, al estilo de los Ferrari 575M Maranello y Mercedes SLR McLaren de la época. Era 2004.

Se decidió, además, que para un coche así solo tenía sentido un motor V12. Y, como la firma del león no tenía ninguno en ese momento, lo que hicieron fue unir dos V6 de 3.0 litros extraídos del Peugeot 607. El propulsor final desarrolla una potencia máxima de 500 CV a 6.500 rpm, y un par motor de 620 Nm a 3.500 rpm. Para resaltarlo y centrar la atención en él, los diseñadores situaron además una cubierta transparente en el capó, que permitía ver las doce ‘trompetas’ de admisión.

La espectacular carrocería estaba realizada completamente en fibra de carbono, por lo que el coche era bastante ligero para toda esa potencia: 1.400 kg. Gracias a ello, en teoría, era capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos, y de alcanzar los 357 km/h. Decimos "en teoría" porque, a pesar de ser un prototipo funcionante, nunca se probó en serio. De todas maneras, según cuentan en el vídeo de DriveTribe, los ingenieros responsables del proyecto aseguran que hubiera pasado sin ninguna duda de los 300 km/h.

La increíble historia del Peugeot 905

El Peugeot 907 tuvo tanto éxito en los diferentes salones en los que participó que llegó a especularse con que se fabricara una edición limitada. Pero finalmente se quedó en lo que había nacido para ser: uno de los tantos concepts inspiradores de la marca, como el Quasar de 1984 o el Onyx de 2012. Y tuvo  una gran influencia sobre el lenguaje de diseño de los modelos que llegaron detrás de él. No hay más que ver el frontal de la primera generación del Peugeot 308.

Ahora, este gran prototipo pasa sus días en el Museo de la Aventura de Peugeot, en Sochaux (Francia). Aunque, al parecer, circula el rumor de que las piezas necesarias para montar una segunda unidad todavía existen en algún lugar. Así que todavía hay espacio para soñar con tener un día la oportunidad de conducir un modelo tan único como este. Al menos, mientras esperamos a ver en acción al 9x8, ese proyecto que se propone conquistar Le Mans.

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