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Mercedes SLR McLaren 722 Edition. Apabullante

Mercedes SLR McLaren 722 Edition. Apabullante

Rafael García

El bestial Mercedes SLR McLaren 722 Edition expulsa humo cual fumador empedernido. Pero la adicción a sus 650 CV no es en absoluto perjudicial. Más bien todo lo contrario.

Sólo subirse al Mercedes SLR McLaren 722 Edition ya es pura adrenalina. Nervioso, abro con la mano la puerta en forma de ala, mi pierna derecha entra cuidadosamente, apoyo suavemente el pie en la alfombrilla, me apoyo lentamente en el respaldo, me deslizo en el asiento y recupero la pierna izquierda. Después, todo fluye fácilmente: cierro la puerta, meto la llave de contacto en su ranura y se enciende el cuadro. La bomba de alimentación echa a andar. Se para. Una pequeña pausa. Entonces, mi dedo pulgar encuentra lo que estaba buscando y acciona, bajo una tapa de la palanca del cambio automático, el botón de arranque. Ocho cilindros con 5,4 litros de cubicaje despiertan a la vida con un bramido.

mercedes slr abierto contraluz

Bienvenidos a bordo del Mercedes SLR McLaren 722 Edition, perteneciente a la serie limitada a 150 ejemplares del SLR más superlativo. Quien pensara que el adictivo 722 entregaría la misma potencia que el modelo base, se llevará una sorpresa: 26 CV más lo sitúan en una cifra total de 650 CV. El número 722 está ahí para recodar al primer SLR de todos. Celebra su puesta de largo en 1955 durante la Mille Miglia italiana, donde ganó batiendo todos los récords.

El piloto: Stirling Moss. La hora de salida: 7.22. 52 años más tarde, un Mercedes SLR 722 vuelve a esperar en boxes. El motor V8 del superdeportivo de Mercedes suena poderosamente, y ya está caliente. Aún así, el aceite y el agua no llegan a su temperatura óptima. Luego, el chivato del aceite me da el OK: 90 grados.

Mercedes SLR McLaren 722 Edition

¡Adelante! Las gomas, aún frías, luchan por aferrarse al asfalto, igualmente frío. El control de tracción tiene la tarea de moderar la potencia. Soy precavido con el acelerador, para ir calentando las ruedas. Está planeada una vuelta completa de calentamiento, que al final se queda en media: mi paciencia no da para tanto. Es el motor quien establece los límites. Aquí no existe el concepto de “cuidado con la zona roja del cuentavueltas”, no molesta el agujero del turbo.

En el Mercedes SLR McLaren 722 Edition gobierna la fuerza bruta compresor volumétrico que no suena, sino que aúlla. El incremento de potencia le permite al motor aumentar a su vez su par máximo de 780 a 820 Nm. Su respuesta es como una explosión. Subiendo de vueltas con una fuerza endemoniada, el V8 acoplado a una caja automática de cinco relaciones golpea de tal manera que me hace sentir una mezcla de miedo y ansiedad. Los 100 km/h los alcanzo en 3,9 segundos, y en otros 11 segundos ya estoy a 200.


Mercedes SLR interior

El coche me catapulta hacia adelante, amenizándome los oídos con el martilleo de su V8, que inmediatamente me pone la carne de gallina. Según avanzo por el circuito me queda claro que el Mercedes SLR 722, a pesar de su precisa dirección, su carrocería rebajada en 10 mm y la cooperación con McLaren en su desarrollo, no es un deportivo puro y duro. Aún cuando su carrocería es de carbono y ha sido sometido aun proceso de adelgazamiento que le ha permitido perder 44 kg respecto al modelo base, este alas de gaviota arroja nada menos que 1,7 toneladas en la balanza.

 

Y toda esta masa te expulsa, sobre todo en curvas cerradas, hacia fuera. Primero, subvirando e, inmediatamente después (siempre con el ESP desconectado, claro está), sobrevirando. Si no desconectas el ESP del todo, se activa nuevamente cuando el coche empieza a cruzarse. Aún así, para sacar fotos espectaculares va totalmente sobrado, como puedes comprobar. Ha habido algo que me ha decepcionado. A pesar de que el Mercedes SLR McLaren 722 Edition monta unos Brembo cerámicos, tras cuatro rapidísimas vueltas y un mejor tiempo de 1,43:10 minutos, los discos mostraron claros síntomas de sobrecalentamiento.


Mercedes SLR drift
 


Esperaba más de un vehículo que cuesta 476.000 euros y ha sido desarrollado en el seno de una escudería de Fórmula 1. Seguro que es porque el típico cliente del SLR rara vez lo exprimirá en un circuito, y este deportivo pasará a engrosar una jugosa colección de coches. El 722 permite viajes fulminantes (si tienes la suerte de circular por autovías alemanas sin límite de velocidad, claro está). Incluso cuando la aguja del velocímetro sobrepase holgadamente los 300 km/h, el empuje no decae en ningún momento.

 

La velocidad máxima del Mercedes SLR McLaren 722 Edition se sitúa en los 337 km/h (tres más que el modelo base), y gracias a su elaborada aerodinámica y también a su larga batalla, el SLR se desliza por el asfalto como si se tratase de una alfombra mágica.

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