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De nuevo Mansory no tiene piedad con un coche y, en esta ocasión, destroza un Mercedes-AMG G 63

Mercedes G850

Parece Hulk.

Con Mansory no hay punto intermedio: o lo amas o lo odias. El preparador tiene una forma muy particular de hacer las cosas, basada, básicamente en el exceso. Un estilo muy llamativo que desde luego no es para el ciudadano de a pie, pero que tiene mucha pegada entre gente con muchos ceros en la cuenta corriente. ¿Será el Mercedes G850 su nuevo juguete?

El Mercedes Clase G, especialmente en su versión firmada por AMG, ya es un modelo que podría tildarse de ostentoso, pero lo cierto es que viendo el resultado del ‘tuning’ de Mansory, una unidad salida de fábrica puede resultar hasta modosita y comedida.

 

No falta la fibra de carbono, pero como la convencional es demasiado normal para el preparador, éste se decanta por el carbono forjado, que presenta un acabado más llamativo, casi como si de mármol negro se tratase. 

Lo aplica en el exterior en muchos elementos, aunque el más destacado es el capó, que también está cargado de entradas de aire. Otras zonas en las que está presente es el techo, dando forma al alojamiento de las luces LED auxiliares; en las carcasas de los retrovisores y en varias secciones del paragolpes.

La parrilla presenta un diseño específico, los pasos de rueda se han ensanchado de manera considerable, los faldones laterales se han convertido en estribos, calza llantas enormes, de las que es de suponer que el fabricante ofrecerá diseños variados; tras los pasos de rueda traseros hay salidas de aire, la cubierta de la rueda de repuesto también es de carbono y ocurre lo mismo con el alerón que adorna el techo. 

Si el exterior es llamativo, llamar “barroco” o “rococó” al interior es quizá hasta quedarse corto.

El vistoso verde que decora la carrocería (y que le hace parecer Hulk) también se emplea en el interior, dando color a las molduras de fibra de carbono, a apliques de metal como las salidas de aire del salpicadero, a los cinturones de seguridad, o a las costuras de contraste de la tapicería, que es toda de cuero de color blanco.

Mercedes G850

Lo poco que parece seguir de serie es el sistema de infoentretenimiento, que es el conocido MBUX de Mercedes, que aquí se visualiza en sendas pantallas (cuadro de instrumentos y pantalla central) que están unidas entre sí.

Como ocurre con todos los trabajos de Mansory, aunque el foco principal esté en su para nada discreto exterior, el preparador también ha hecho de las suyas.

De serie el G 63 ya es una bestia, gracias a su motor 4.0 V8 biturbo, pero la firma ha llevado a cabo diversas modificaciones (no concreta cuáles), para elevar su rendimiento hasta los 900 CV y hasta los 1.200 Nm de par máximo. Eso sí, también hay kits de potenciación menores para que el cliente puede elegir hasta dónde quiere llevar al todoterreno.

Lo único que se desconoce del Mercedes G850 es su precio, aunque va por delante que debe ser carísimo y solo unos pocos podrán hacerse con él.

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