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Nadie te ha contado: así nació el BMW M3

bmw m3 e30

Hoy te revelamos lo que nadie te ha contado acerca del nacimiento del BMW M3, el modelo más icónico de la gama de vehículos deportivos del fabricante alemán.

La gama actual de modelos de BMW M incluye ocho vehículos puros y otros diez denominado M Performance que están un escalón por debajo en términos de rendimiento. Sin embargo, de entre todos ellos hay uno que siempre ha destacado sobre el resto, el BMW M3. Por ello, hoy te vamos a revelar algo que nadie te ha contado hasta ahora, el nacimiento del BMW M3 de primera generación (E30).

La historia del BMW M3 E30 se remonta hasta 1985 y se prolongó hasta el año 1992 comercializando casi 18.000 unidades de un modelo que, originalmente, iba a tener una producción limitada a apenas 5.000 coches con el objetivo de cumplir con las exigencias de homologación para un coche de competición que participara en el Grupo A.

Prueba de 100.000 km en un BMW M3: primeras impresiones

Así nació el BMW M3

Paul Rosche era el Director de Desarrollo Técnico de BMW Motorsport GmbH y recibió el encargo del presidente de BMW, Eberhard von Kuenheim, de desarrollar un automóvil de competición, pero que también se pudiera vender al público para cumplir con la homologación. Y el proyecto debía arrancar con la construcción de un motor que fuera la base del futuro M3.

Rosche era la persona elegida. Al directivo le avalaba haber desarrollado el motor turbo con el que Nelson Piquet se alzó Campeón del Mundo de Fórmula 1 en 1983 a los mandos del BMW Brabham. Sin embargo, las reglas del Grupo A no permitía los coches turboalimentados, por lo que el nuevo motor sería naturalmente aspirado.

El equipo de Rosche necesitó tan solo dos semanas para desarrollar un primer prototipo de motor que probar en un vehículo. El propulsor resultado de esas dos semanas frenéticas de trabajo, conocido internamente con el código S14, fue una unidad de cuatro cilindros derivada del motor BMW M10 que supuso una serie de desafíos para los ingenieros y mecánicos de BMW Motorsport GmbH.

Se descartó el motor de seis cilindros del Serie 3 como base para el nuevo propulsor por su cigüeñal, que tendía a vibrar a medida que aumentaba de revoluciones, por lo que se eligió el motor tetracilíndrico de 2.0 litros y se aumentó su cilindrada hasta los 2.3 litros. Era un bloque más ligero, permitiendo ahorrar algunos kg, y contaba con un cigüeñal rígido capaz de soportar hasta 10.000 rpm.

Del nuevo motor a un exhaustivo programa de desarrollo

bmw m3 e30

El BMW Serie 3 E30 con carrocería coupé fue el elegido para portar este nuevo propulsor, que desarrollaba una potencia de 200 CV. La primera prueba del M3 la llevó a cabo Rosche, quien condujo hasta la casa de von Kuenheim para que el máximo responsable de BMW pudiera conducir su última creación. Éste dio su visto bueno y el proyecto continuó.

La siguiente fase en el programa de desarrollo se llevó a cabo en Nürburgring. El circuito alemán permitió a los ingenieros poner a punto el BMW M3 E30, tanto a nivel dinámico como mecánico. 

A pesar de que el motor de 2.3 litros y la transmisión manual de cinco velocidades se mostraban tremendamente efectivos, fueron necesarios algunos ajustes en el sistema de escape para que éste soportara las altas temperaturas de los gases en plena carga. Una vez solventados estos problemas y con una puesta a punto lograda en el ‘Infierno Verde’, el M3 se enfrentaba a su reto más complejo.

Los ingenieros de BMW Motorsport GmbH llevaron al nuevo deportivo al circuito italiano de Nardò, una pista circular de 12,5 kilómetros en la que el M3 E30 completó un duro test de 150.000 kilómetros a gran velocidad y sin pausa con el objetivo de comprobar su fiabilidad y el desgaste del mismo con la acumulación de kilómetros a máximo estrés.

5.000 unidades iniciales

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El Salón del Automóvil de Frankfurt de 1985, celebrado en otoño de ese año, fue el escenario elegido por BMW para presentar el M3 E30 en sociedad. El coupé deportivo llegaba en una serie limitada a 5.000 unidades, todas ellas con el motor S14 de 200 CV, cambio manual de cinco velocidades, un 0 a 100 km/h en 6,7 segundos y una velocidad máxima de 235 km/h.

Con un precio de unos 58.000 marcos alemanes, el M3 no tardó en vender sus 5.000 ejemplares, unidades que no llegarían a los clientes hasta 1987. Ante tanta demanda, BMW amplió la producción del M3, introdujo diferentes variantes y ediciones especiales, potenció el motor hasta los 238 CV de la versión Sport Evolution y llegó a comercializar un total de 17.970 unidades.

El M3 E30 sentó las bases de la actual gama de productos de BMW M, convirtiéndose en uno de los modelos más longevos de la compañía, que ya comercializa su sexta generación. El resto, como dicen, es historia.

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