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Lista negra de Ferrari: cómo funciona y qué clientes están en ella

Ferrari Santogal inauguracion

Ferrari es mucho más que una marca de coches. Supone el 'súmum', todo a lo que alguien puede aspirar desde el punto de vista automovilístico. Y este halo mágico de sus modelos no se ha forjado porque no haya otros fabricantes (incluso) más exclusivos, caros, veloces o apetecibles. Pero sí por cosas como la mítica 'lista negra de Ferrari'. ¿Cómo funciona? ¿Qué clientes están en ella?

De hecho, siempre se ha dicho -y raramente se ha podido comprobar con transparencia, datos objetivos y números claros y demostrables que los de 'il cavallino' basan su leyenda en muchos aspectos que los hacen únicos. Por ejemplo, la exigencia extrema que su fundador, 'il Commendatore' Enzo Ferrari, ponía en todo lo relativo a sus 'hijos' favoritos: cualquiera de sus creaciones con ruedas.

En Italia, el este logo es toda una institución. Nació por y para las carreras y en ellas primero es la marca y luego sus pilotos. Estos deben saber en deportes tan individualistas -y casi egoístas a veces- que antes que nada corren para los intereses colectivos de la 'Scuderia', para acumular puntos en el Mundial de Constructores y que ese esa es una meta muy superior al título de Pilotos. 

Además, los 'tiffosi' son seguidores acérrimos de ella, no de quienes estén a los mandos. Dicen que, entre otros dogmas, los integrantes de lo que es casi una secta o religión en sí misma sólo se conforman con la victoria de los coches 'rojos', y que si ninguno de ellos tiene opciones de victoria ya,  lo que debe hacer todo ferrarista de pura cepa es abandonar el circuito. 

No obstante, durante años sí que se podía ver cómo en el momento que un piloto Ferrari perdía la vida, era la propia escudería la que retiraba al otro superviviente, hacía las maletas y se marchaba para casa, para dar una idea de hasta qué punto los de Maranello se consideraban a sí mismos como una gran familia

Del mismo modo, como el mejor de los ases del volante critique la montura, no será bien visto por la escuadra. Y de algún modo, en Fórmula 1, esto explica que escociera tanto, por ejemplo, que un tal Fernando Alonso demostrase siempre que estaba muy por encima de 'la macchina' entre 2010 y 2014... y que no pudiera con todo y con eso batir a los todopoderosos Red Bull de entonces... 

...O que en 2007, con motivo del 60 aniversario de Ferrari, algunos de los periodistas que estuvimos en los actos de Maranello, pudiéramos constatar hablando con la gente de allí que uno de sus pilotos, Kimi Raikkonen, fuera apartado sistemáticamente de los fastos "porque daba mala imagen"... y luego se llevara el Mundial de Pilotos -título que nadie en Ferrari ha logrado reeditar hasta ahora-.  

...O, salvando las distancias, que junto antes de la renovación de Sainz por Ferrari hasta 2024, la presión sobre el madrileño fuera máxima por no brillar tanto como su compañero, Charles Leclerc, en este inicio de temporada 2022. Porque si alguno de los dos perdía puntos -aunque fuese por causas ajenas o golpes de mala suerte- eso ponía en riesgo, por encima de todo, la gloria de Ferrari. 

Pero claro, otros de los axiomas tantas veces repetidos por todos es que "a Ferrari no se le puede decir no", porque hasta se ha llegado a manifestar que un campeón del mundo no lo es tanto ni puede sentirse verdaderamente coronado si al menos uno de su títulos no los ha conseguido con (y para) Ferrari. Ese es el nivel de respeto que impone la marca. Y esa es la palabra clave.

Faltas de respeto a la marca

Por todo ello, ya habrás comprendido mejor que aunque al fin y al cabo "poderoso caballero es don dinero", como reza el dicho, parece ser que Ferrari selecciona a sus clientes más de lo que podría parecer, en base a un respeto hacia sus creaciones esencial como para que sus mandamases vean con buenos ojos que una persona y no otra es digna de adquirir un Ferrari. 

Únicamente así se explicaría que, de forma explícita o tácita, la compañía trate de que sus joyas no acaben en manos de quienes no los van a mantener con el lustre que merecen, pretenden 'tunearlos' sin gusto ni miramientos o adquieren una unidad con el único objeto de revenderla enseguida, especular... y, en definitiva, depreciar el valor del bien económico y, sobre todo, de la imagen.  

¿Hay, pues, una lista negra de adinerados clientes potenciales que tendrían vetado hacerse con uno 'Cavallino'? Al parecer, sí. Y aunque también todo esto no hace más que 'engordar' la leyenda de la saga de coches creada por Enzo -y no podamos constatarlo con toda la fiabilidad que nos gustaría-, resuenan algunos nombres de famosos a los que se les habría puesto la 'cruz' para estrenar Ferrari. 

Por ejemplo, el actor Nicolas Cage (en la foto) estaría en esa lista negra por no acreditar lo suficiente su salud financiera; también, el cantante Justin Bieber (de quien se dice que 'despistó' un Ferrari F458 Italia), los raperos Tyga (que supuestamente no terminó de pagar el contrato de arrendamiento de un 458 Spider) y 50 Cent (que habría mostrado actitudes indignas con sus Ferrari)...

Nicolas Cage

...o el músico J.T. Zimmerman (Deadmau5), que habría 'tuneado' otro 458 Spider sin el gusto ni las atenciones que al parecer se habrían esperado para un vehículo así. Por ¿último?  Chris Harris, el influencer y copresentador del programa de televisión de Top Gear, que habría insinuado que la marca retocaba sus modelos antes de prestárselos... y al parecer ha sido vetado por ello. 

Con lista negra o sin ella, el caso es que lo que es tener un Ferrari en el garaje, como tal, no es algo tan prohibitivo ni inalcanzable como parece, a poco que puedas disponer para un capricho un montante de unos 45.000 euros, ya que son los precios en los que se pueden mover los modelos menos cotizados (Ferrari Mondial T, 348 TB...). 

Otra cosa muy diferente es que hablemos de los Ferrari nuevos. Porque las unidades a estrenar son aquellas en las que debería dejarse ver cualquier 'celebrity' que verdaderamente quiera considerarse como tal (y se percibida del mismo modo por el resto del planeta). Porque hasta en esto, siempre hubo clases... y siempre habrá quienes no sean merecedores de este glamour ferrarista. 

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