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La increíble historia del Nissan GT-R y cuánto cuesta en España

historia del Nissan GT-R

El nacimiento del Nissan GT-R es bastante curioso, ya que su origen no está, ni siquiera, en Nissan. Esta es la historia de uno de los deportivos japoneses más laureados de todos los tiempos.

A veces, las buenas cosas ocurren sin pensarlas, casi sin querer, como algunos de los inventos más destacados, véase la penicilina o la Coca-Cola. Algo parecido ocurrió con uno de los deportivos más espectaculares que se han producido, no ya en Japón sino en todo el mundo. Esta es la historia del Nissan GT-R.

El nacimiento del Nissan GT-R es bastante curioso, ya que su origen no está, ni siquiera, en Nissan. El GT-R como tal apareció en 1969, pero tiene un antecedente directo en un sedán que fabricó la compañía Prince Motor en 1957, con un motor de 1.5 litros y 60 CV.

Ya en los 60, esta compañía desarrolló una variante coupé y descapotable denominada Skyline. Después llegó una segunda generación de este modelo, que incluyó una versión deportiva, el Prince GT Skyline

 

En este momento, la marca decidió entra en el mundo de la competición, participando en la clase GT-II del Grand Prix Japonés, donde nunca llegó a ganar pero sí quedar entre las primeras posiciones con un Prince Skyline GT2000 de seis cilindros.

Finalmente, en 1966, Prince y Nissan se fusionaron en una sola empresa. La decisión estaba clara: seguir fabricando el modelo manteniendo la denominación Skyline, pero enfocado exclusivamente en la deportividad. 

La increíble historia del Nissan GT-R y cuánto cuesta en España

historia del Nissan GT-R

En 1968, mientras la Guerra de Vietnam se recrudecía, provocando cientos de miles de protestas en todo el mundo contra la acción norteamericana, y un ambiente revolucionario se extendía por Europa (Mayo del 68, Primavera de Praga…), Nissan presentó en el Salón de Tokio una nueva generación (la tercera si contamos la dos anteriores de Prince), denominada C10.

Un año más tarde, en 1969, es cuando aparece por primera vez el nombre GT-R. se trataba de un sedán de cuatro puertas con un motor R380 de seis cilindros y 2.0 litros que entregaba 160 CV de potencia y 177 Nm de par. Ya en la nueva década, llegó también la variante coupé, el Skyline GT-R, del que sólo se construyeron 197 unidades.

Pero el Nissan GT-R fue víctima (como muchos otros modelos) de la crisis del petróleo que azotó a la industria del automóvil a partir de 1973 y la compañía japonesa se vio obligada a interrumpir la producción de su flamante deportivo. Hubo que esperar hasta 1989 para ver un nuevo GT-R.

Antes de eso, hubo tiempo para realizar una edición especial para conmemorar la relación que existía en aquel momento entre Nissan y Paul Newman quien, desde finales de los 70 corría para la marca japonesa en diferentes carreras. Así, nació el Nissan Skyline R30, del que se hizo una versión con la denominación del famoso actor.

Aparece la leyenda

historia del Nissan GT-R

La década de los 80 va a marcar un punto de inflexión en el devenir del GT-R. Tras los éxitos logrados en la competición, la marca decidió producir un nuevo GT-R, la R31, la cual se materializó en 1985. 

Aunque la versión que más destacó en esta generación fue la GTS-R, que contaba con un motor turboalimentado de 2.0 litros y seis cilindros que alcanzaba los 210 CV y del cual sólo se fabricaron 800 unidades para conseguir la homologación del Grupo A.

El GTS-R será clave para las siguientes generaciones del GT-R, ya como deportivo de alto rendimiento y muy alejado de sus orígenes como sedán de lujo. 

Es aquí cuando nace la leyenda, el Nissan GT-R R32, en 1989. Esta fue la generación que catapultó a la fama al coupé japonés y es uno de los coches más buscados actualmente, alcanzando cifras elevadas en muchas subastas. 

Hubo una versión de calle y otra para conseguir la homologación de carreras que sustituyó al GTS-R. Empezando por esta último, montaba el motor del GT-R R31, pero con 313 CV. Se fabricaron 5.000 unidades para tal fin.

Uno de los aspectos más interesantes y completamente novedoso era su avanzado sistema de tracción total, obligado a instalarlo por la incorporación de unos neumáticos más anchos. 

Dicho sistema de tracción total era el E-TS (Electronic Torque Split) y funcionaba mediante un ordenador que supervisaba todos los movimientos del coche diez veces por segundo para detectar pérdida de tracción, midiendo la velocidad en cada rueda a través de unos sensores del ABS. 

Otro sensor situado bajo la consola central aportaba información lateral y longitudinal, por lo que el ordenador podía dirigir hasta el 50% de la potencia a las ruedas delanteras. Un sistema parecido a los actuales que reparten el par entre ambos ejes. 

Lógicamente, este sistema aumentaba el peso en vació, lo que llevó a los ingenieros a incrementar la cilindrada hasta los 2.6 litros. El GT-R Skyline de calle alcanzaba los 276 CV y 360 Nm de par, ligado a una caja de cambios manual de cinco relaciones, y era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos. Del R32 se fabricaron un total de 43.934 unidades, entre 1989 y 1994.

Mención especial merece la versión Skyline GT-R V-spec, lanzado para celebrar la trayectoria del modelo en la competición. Contaba con frenos Brembo, llantas BBS de 17 pulgadas y un sistema de tracción total mejorado. En 1994 apareció el V-spec II, con neumáticos más años y exclusivamente de color blanco. 

Cabe destacar que el Nissan GT-R R32 se convirtió en el coche de producción más rápido en el circuito de Nürburgring, la Meca del automovilismo, completando una vuelta al trazado de más de 20 kilómetros en 8:22. 

El sustituto

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Era muy difícil reemplazar al R32, un coche que había demostrado un enorme potencial y ya se había convertido en un objeto de culto. Sin embargo, Nissan hizo una serie de ajustes y mejoras que dieron como resultado el GT-R R33. 

Conservaba el motor de seis cilindros biturbo de 2.6 litros y 276 CV, pero ahora ofrecía el máximo de par en un rango más amplio del cuentavueltas. Esto hacía que el motor ganara en elasticidad. 

La caja de cambios no se tocó, pero sí se mejoró el sistema ATTES E-TS, al igual que la suspensión multibrazo. Todo esto hizo que el peso aumentara, pasando desde los 1.427 a los 1.542 kg.

Del R33, Nissan realizó varias versiones, como la V-spec, V.spec N1, una edición para le Mans, llamada GT-R LM con 600 CV o la GT-R 400R, que elevaba la potencia del seis cilindros biturbo hasta los 400 CV y 470 Nm y cuya producción estuvo limitada a sólo 44 unidades.

Se afianza la leyenda

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Justo antes de entrar en el nuevo milenio, llegó una nueva generación del Nissan GT-R, el R34, la décima si partimos desde las primeras fabricadas por Prince Motor Company. Este nuevo modelo introducía un diseño continuista, pero evolucionado, a cargo de Kozo Watanabe.

El motor era el mismo seis cilindros biturbo de 2.6 litros con 276 CV. Sin embargo, los ingenieros de la marca trabajaron para reducir el peso que se había visto incrementado en la generación anterior, para volver a valores similares al del R32. 

Para ello, instalaron llantas de aleación ligeras, un capó de aluminio, aletas de aluminio, un difusor de fibra de carbono y altavoces más ligeros. 

En el momento de lanzamiento, hubo seis versiones diferentes del GT-R R34: GT-R, el GT-R V.spec, el V.spec II, el V.spec Nur, el GT-R M-Spec y el GT-R M-Spec Nur. Todas compartían mismo motor con 450 CV, excepto las versiones Nur, que fueron preparadas por Nismo y contaban con un motor de carreras N1 de 330 CV, pero prescindían de elementos como aire acondicionado, alfombra en el maletero, equipo de sonido y limpiaparabrisas trasero.

El R34 se despidió en 2002. Pero antes de eso, Nismo realizó una edición muy especial, basada en el GT-R V.spec II. Bautizada como Z-Tune, montaba el motor que impulsaba al modelo de Le Mans y de las carreras GT500, un bloque 2.8 litros de 500 CV que le permitía pasar de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos y alcanzar los 326 km/h. 

Nismo construyó 19 unidades del Z-Tune. Esta generación adquirió una fama importante, debido a su aparición en la saga ‘Fast & Furious’, siendo el coche que conducía Paul Walker. En esta época, ya había nacido el apodo ‘Godzilla’ para referirse al GT-R.

El Nissan GT-R hasta hoy

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En 2002 terminó la producción del GT-R R34 y fueron necesarios cinco años para ver a su sucesor, el R35 y la última generación del deportivo japonés hasta la fecha. Llegó en 2007, en el Salón de Tokio, y esta vez se trataba de un coche completamente nuevo, en todos los aspectos.

Al fin y al cabo, las generaciones anteriores (R32, R33 y R34) eran el mismo coche, pero mejorado. Ahora, todo cambiaba por completo, desde el diseño, mucho más moderno, musculoso y afilado, hasta la plataforma, heredada del Infiniti G35. 

El motor ahora era un V6 turbo de 3.8 litros que entregaba originalmente 478 CV y 588 Nm de par, combinado con una caja automática de doble embrague y seis relaciones, que distribuía la potencia entre las cuatro ruedas a través de un sistema independiente transeje 4WD.

Esta configuración le permitía pasar de 0 a 100 km/h en sólo 3,3 segundos con la función Launch Control y alcanzar los 313 km/h, lo cual suponía un misil a la línea de flotación del Porsche 911 GT3, el Mercedes SLR McLaren o el Lamborghini Gallardo, modelos que en aquella época estaban entre los top en términos de aceleración y velocidad. Incluso, el GT-R logró marcar un tiempo de 7,29 en Nürburgring.

Dos años más tarde, Nissan mejoró aún más el rendimiento del GT-R, aumentando la potencia hasta los 549 CV y 630 CV. No obstante, luego aparecieron varias versiones especiales: SpecV, Black Edition y Nismo, esta última con 600 CV, con un kit de carrocería aerodinámico y un alerón trasero de fibra de carbono, entre otras mejoras.

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Esta versión Nismo fue capaz de completar una vuelta en Nürburgring en 7 minutos y 8,679 segundos, a poco más de 10 segundos del récord que había conseguido el Porsche 918 Spyder.

En 2016, el Nissan GT-R recibió una actualización que conllevó algunos cambios estéticos y de equipamiento, mientras que el V6 de 3.8 litros ahora entregaba 573 CV y 633 Nm de par. también se optimizó la transmisión automática, el sistema de escape y la suspensión. 

En 2020, hubo una nueva actualización, pero centrada en el GT-R Nismo, que incluía nuevos componentes para aligerar su peso y hacerlo más rápido, como piezas hechas en fibra de carbono, nuevos turbocompresores y unos frenos más potentes. En cambio, el motor era el mismo de 600 CV.

En España, el Nissan GT-R tenía un precio de partida de 108.050 euros en su versión estándar, mientras que la última evolución del GT-R Nismo, costaba en 2020 231.700 euros

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