Esta es la (importante) diferencia entre avisador e inhibidor de radar
A efectos prácticos, la principal diferencia entre un avisador y un inhibidor de radar es que el primero solo avisa de la ubicación de los cinemómetros, mientras que el segundo interfiere en su funcionamiento. Esto hace que los inhibidores sean ilegales y los avisadores no. Lo vemos con más detalle...
En las últimas semanas/meses se ha hablado mucho de avisadores, detectores e inhibidores de radar. La razón de este boom de titulares está en la nueva Ley de Tráfico y Seguridad Vial, en marcha desde el pasado 21 de marzo, y que, entre otras reformas modifica la sanción por el uso de detectores e inhibidores de radar:
- Hasta el 21 de marzo aquellos conductores que eran descubiertos utilizando un detector o inhibidor de radares eran sancionados con 200 euros
- Desde ese día, se multa si lo llevan en vehículo (sin necesidad de que el agente demuestre que estaba en uso). La sanción es de 200 euros y conlleva la pérdida de tres puntos del permiso de conducir para los detectores y de 6000 euros y 6 puntos para los inhibidores
Detectores, avisadores e inhibidores de radar: diferencias y multas por usar cada uno
Diferencia entre avisor e inhibidor de radar
Aunque en ocasiones se utilizan como sinónimos, los cierto es que inhibidores y avisadores de radar son dos dispositivos que poco tienen en común.
- Los inhibidores de radar, además de detectar su presencia pueden alterar su funcionamiento. Es por eso que son los más perseguidos y sancionados con multa de hasta 6.000 euros y la pérdida de seis puntos. También se sanciona a los talleres que instalen este tipo de dispositivos con multas que pueden llegar a los 30.000 euros
- Los avisadores de radar son la opción cien por cien legal. Son dispositivos que avisan de la ubicación de los radares en base a información pública (entre ella, el listado de ubicación de radares provincia a provincia de la DGT)
No te multarán, por tanto, si utilizas un avisador de radar porque ni buscan la frecuencia de los cinemómetros ni la alteran.
Equipados con un sistema de GPS se nutren de información extraída de organismos oficiales (como la propia Dirección General de Tráfico) y envían una alerta sonora cuando el vehículo se acerca a uno de los puntos señalados en su base de datos.
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