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Historias reales de personas que compraron coches ’supuestamente’ malditos

Coches malditos

Estas son historias reales de personas que compraron coches que, ‘supuestamente’, estaban malditos. Coches que sufrieron accidentes en los que perdieron la vida sus propietarios. 

Se acerca el Día de Todos los Santos, una fecha señalada en el calendario español en la que se recuerda a los difuntos, aunque la cultura estadounidense se ha encargado de transformarlo en Halloween. En cualquier caso, es un momento adecuado para tratar un tema que despierta curiosidad entre los amantes del misterio. Historias reales de personas que compraron coches malditos.

Igual que ocurre con muchas otras cosas (lugares, edificios, etc.), existen una serie de coches sobre los que sobrevuela una especie de maldición. Coches que terminaron accidentados y en el que perdieron la vida personajes ilustres.

Vehículos que, seguramente, los más supersticiosos evitarán conducir en determinados días, como el 1 de noviembre o un martes y 13. 

Coches ‘supuestamente’ malditos: Porsche 550 Spyder

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Uno de estos coches malditos más famosos es el Porsche 550 Spyder. Es uno de los deportivos más espectaculares que ha construido la marca alemana y en él perdió la vida el actor James Dean en 1955, después de un brutal accidente de tráfico.

Ocurrió el 30 de septiembre de aquel año. Dean había comprado el coche recientemente y, como tenía que hacerle kilómetros para que alcanzara su rendimiento óptimo, acudió hasta Salinas, en el condado de Monterrey, en California, acompañado del mecánico Rolf Wüterich.

BMW 320is

A la altura del cruce de las carreteras 466 y 41, a 250 kilómetros de Los Ángeles, un Ford Tudor conducido por Donald Turnuspeed, de 23 años, que viajaba en sentido contrario empezó a girar hacia la izquierda para incorporarse a la 41. Debió detenerse para ceder el paso al 550 Spyder, pero no lo vio. 

El Ford continuó con su giro a la izquierda, bloqueando el camino del Porsche, que venía a alta velocidad y terminó estrellándose chocando con el Ford. Como consecuencia del fuerte impacto, el coche quedó totalmente destrozado, Wutherich salió despedido por el aire y terminó tirado malherido sobre el camino, con fractura de cráneo y una pierna rota. La peor parte fue para James Dean, que quedó atrapado entre los restos del coche con el cuello roto

Después del accidente, el preparador George Barris se quedó con el vehículo siniestrado. Al bajarlo del camión, las sujeciones se rompieron y el coche cayó sobre las dos piernas de un mecánico, rompiéndoselas. 

Pero la maldición no termina aquí: un día, durante una competición, los neumáticos estallaron y el piloto salió gravemente herido. Años más tarde, montó el eje de transmisión y el motor del 550 Spyder en dos coches de carreras y ambos tuvieron un accidente en el que los pilotos murieron.

Después de este cúmulo de desgracias, Barris se deshizo de él. Se lo quedó un museo, en donde se cayó de su pedestal, rompiéndole la cadera a un visitante. Finalmente, se decidió destruir el coche, pero, yendo de camino al desguace, el camión que lo transportaba sufrió un accidente y el conductor turismo que se chocó con él murió.

Bugatti Type 57C IX-XI

Coches malditos

El siguiente caso es también digno de estudio. Dice que hay personas capaces de presagiar en sueños un acontecimiento del futuro. Lo malo es cuando este acontecimiento está relacionado con la muerte, ya sea propia o de un ser querido.

Esto fue lo que le pasó a Ettore Bugatti, el fundador de la prestigiosa marca de superdeportivos. Una vez, Ettore tuvo un sueño en el que su hijo Jean, piloto probador de la marca, moría en un accidente conduciendo un coche que tenía grabado el signo ‘IX’ en la carrocería. 

A la mañana siguiente, Jean, rodaba con un Bugatti Type 57 prototipo que era el número IX. Por lo tanto, estaba marcado con el número romano. Ettore mandó cambiar la numeración y, tras unos pocos kilómetros Jean intentó esquivar a un cartero que perdió el control de su bicicleta. Chocó contra un árbol y murió en el acto.

Ford Mustang

Coches malditos

El Ford Mustang es uno de los clásicos americanos más deseados de todos los tiempos. Hoy en día, sólo unos cuentos afortunados pueden presumir de tener una unidad en perfecto estado de funcionamiento. 

También era un objeto muy codiciado en su época, cuando salió al mercado a mediados de los 60. Pero una mujer nunca pudo imaginar que su vida cambiaría a raíz de comprarse el deseado muscle car

Se llamaba Celine y, hasta ese momento, nunca sufrió ningún accidente con su primer coche. Sin embargo, desde que se hizo con el Mustang, tuvo hasta seis siniestros y atropelló a 12 personas. Además, desde el primer momento sufrió todo tipo de averías. En este caso no hubo que lamentar muertes, pero no hay duda de que el coche estaba maldito.

Graef und Stift Double Phaeton

Coches malditos

Wikipedia Commons - Alexander-93

Seguramente el nombre de este coche austríaco de principios de siglo XX no te diga nada, pero ocupa un lugar sumamente importante en la historia contemporánea. En él fue asesinado el archiduque de Austria, Fernando de Habssburgo, y su mujer Sofía de Hohenberg en una visita a Sarajevo el 28 de junio de 1914. Un atentado que se convirtió en el casus belli de la Primera Guerra Mundial

Posteriormente, el vehículo se lo quedó un oficial del Estado Mayor de Bosnia y, una semana después de tenerlo, murió en un accidente de tráfico. seis meses después ocurrió lo mismo con el tercer propietario. Otras unidades del modelo también sufrieron accidentes. 

Buick Electra

Coches malditos

Otro de los coches ‘supuestamente’ malditos fue este Buick Electra, cuya historia pone también los pelos de punta. Jayne Mansfield fue una actriz, cantante y modelo muy famosa en la década de los 50 y 60, y todo un ‘sex symbol’. 

Pero era también amiga de Anton LaVey, fundador de la Iglesia de Satán. Éste lanzó una maldición contra el amante en ese momento de Mansfield, Sam Brody, por sus malos comentarios contra LaVey.

LaVey pidió a la actriz que se apartara de su amante o le costaría la vida en un accidente, en el que también moriría Brody. Después de un show, la pareja y los tres hijos de Mansfield se marcharon en un Buick Electra y, unos minutos después, chocaron con un camión. La actriz y su amante murieron y todos los niños sobrevivieron.

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