Logo Autobild.es

La historia del Seat Toledo, ¡cómo ha cambiado!

El modelo español ha pasado por distintas fases, bastante diferentes entre ellas, cambiando de formato más que casi cualquier otro coche.

A principios de la década de los 90 Seat se encontraba en un punto clave de su historia, ya que en el 86 se separó de Fiat y había entrado a formar parte del grupo VAG, que se había hecho con más de la mitad de sus acciones. En esta situación, el fabricante presentó en 1991 en Seat Toledo, un modelo que fue el primero en muchos aspectos: primer coche desarrollado bajo el paraguas del grupo alemán, primera berlina media fabricada por la marca y primera berlina del mercado que, a pesar de utilizar esa carrocería, contaba además con portón trasero.

VÍDEO: Así es el SEAT Toledo 2015

Por dichas características, la primera generación fue un gran éxito de ventas: se produjo hasta el año 1998, tiempo suficiente para superar el medio millón de unidades comercializadas. Por la fecha en la que se lanzó, fue uno de los protagonistas de las Olimpiadas de Barcelona 92, donde fue vehículo oficial e incluso donde hizo acto de presencia una variante eléctrica, algo inusual para aquella época, que, eso sí, fue víctima de las limitaciones tecnológicas de aquellos tiempos: las baterías pesaban 500 kilos, solo tenía 65 kilómetros de autonomía y su motor eléctrico apenas entregaba 20 CV.

Su relevo dio continuidad a sus conceptos básicos, aunque también introdujo bastantes novedades. Para empezar, ya no se trataba de un modelo aislado, sino que era la variante de cuatro puertas del León. Además, aun manteniendo los tres volúmenes, se descartó su otrora novedoso portón para decantarse por un maletero convencional. Por último, la mejora de calidad general era claramente apreciable, con detalles como un habitáculo que empleaba el salpicadero del Audi A3 de aquel entonces. Las ventas acompañaron, con poco más de 300.000 unidades, pero su ciclo de vida fue algo más corto, terminando en el año 2004.

Y entonces, como si de un adolescente rebelde se tratara, tratado de buscar su lugar en el mundo metiéndose en tribus urbanas de lo más peculiares, llego la tercera generación del modelo, la que casi acaba con él. ¿El motivo? La marca española decidió dejar a un lado el formato sedán de sus predecesores para decantarse por uno de monovolumen, lugar que más adelante sería tomado por los Altea y Altea XL. El resultado de esta nueva dirección fue nefasto, con unas ventas mucho menores que las de los Toledo anteriores, alcanzando durante sus casi seis años de vida (2004-2009) poco más de 50.000 unidades comercializadas a nivel mundial.

El varapalo fue tan grande que el fabricante dejó en stand by al modelo, optando por no lanzar un reemplazo directo y teniendo que esperar durante tres años para volver a verlo en los concesionarios aunque, eso sí, ya renacido de nuevo con el formato que tantas alegrías le dio tiempo atrás.

Así, en 2012 volvió a la vida aprovechando las sinergias del grupo VAG y el incipiente segmento de las berlinas medias asequibles, como hermano mellizo del Skoda Rapid. Con una imagen actualizada y un diseño mucho más afinado, retomó los elementos característicos del modelo, incluso algunos de ellos que no se veían desde la primera generación: la carrocería de tres volúmenes estaba de vuelta y, con ella, el práctico portón trasero que da acceso a un maletero de 550 litros de capacidad.

Lógicamente, enmarcada en el segmento ‘low cost’, el actual Seat Toledo, que es uno de los 10 mejores coches en relación calidad-precio de 2017, no goza del equipamiento ni de los acabados de mayor calidad propios de los modelos más populares de la marca, como Ibiza, León, Ateca o Arona; pero sabe jugar sus bazas, que son la buena relación calidad/precio y un gran espacio interior.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.