He probado el Mini Countryman PHEV, cuatro razones para comprarlo y una para pensarlo

¿Quién dijo que los coches híbridos eran abrridos de conducir? A tenor de las ventas de 2023, donde componen la categoría de coches más vendidos, ese argumento no ha calado entre el comprador. Y eso que algunos pueden serlo, pueden estar más destibados a llevarte del punto A al B sin pasión... pero eso no aplica al Mini Countryman PHEV que he probado.

Porque en una semana a sus mandos me he divertido de lo lindo gracias a un comportamiento ágil, dinámico y con un un punto de agresividas que siempre se presupone en un Mini que echaba de menos en otros coches. Por tacto de dirección ultradirecta, por esquemas de suspensión, por reglaes y por establidad en curva, este es un Mini "de toda la vida". Por eso me han salido cuatro poderosas razones para comprarlo... y una para pensarlo. Empiezo por las primeras.

1. Diseño y acabados interiores

Con el acabado Untamed, este Mini Countryman gira cabezas a su paso gracias a una estética diferente, con varios toques "british" que le dan un aire realmente exclusivo. Se pinta con un solo color de carrocería, el "Gris Momentum" que realmente tira más a blanco y se calza con una llantas de aleación de 18 pulgadas muy atractivas.

Varias inserciones "Untamed" decoran el exterior y se reparten por un interior donde la marca inglesa se diferencia de la competencia por el diseño de los botines y poe un cuadro de mandos que ahora es completamente digital. Lo único que no me ha convencido es una banqueta algo estrecha. En las plazas traseras hay espacio para dos más y en el maletero tienes 405 litros de volumen.

2. Comportamiento

Uno de los puntos más importantes en la marca inglesa son los detalles de personalización, por ejemplo en este modelo encuentro los retrovisores con la carcasa negra o un volante de tres radios en cuero Napa de tacto muy agradable.. Es el punto de agarre pra comenzar la diversión en este Countryman, un modelo realmente divertido en curva.

Aquí no se nota su naturaleza híbrida enchufable, mantiene su esencia Mini y se comporta en los virajes con la misma eficacia y el toque picante del resto de la gama de combustión. Su paso por curva es realmente rápido y no se siente ningún tipo de mayor inercia o balanceo por el peso extra que supone la batería eléctrica. Vira realmente plano y eleva en cada giro el grado de confianza del conductor en el chasis.

3. Etiqueta Cero

Sin miedo a las restricciones que desde el 1 de enero de 2024 plantean las grandes ciudades debido a sus zonas de bajas emsiones. Este Countryman luce en su parabrisas la brillante y azul Etiqueta Cero de la DGT que le permite entrar por cualquier calle y no tener que pagar por estacionar en lugares públicos.

Todo gracias a su mecánica híbrida enchufable, formada por un bloque de gasolina y un eléctrco que rinden en conjunto 220 caballos de potencia. Se asocian a un cambio automático que gestiona bien la fuerza, acelera de 0 a 100 km/h en menos de seite segunos y transmite sensación de alegría al acelerar gracias a un peso (1.715 kilos) que no se incrementa en exceso por la batería de 10 kWh.

4. Polivalencia

Es un coche que por su naturaleza SUV ya te aporta un plus de polivalencia a la hora de disponer de mayor capacidad de carga (en este caso limitada en parte por la presencia de una batería eléctrica) y de mayor distancia libre al suelo que un compacto tradicional. Además, la posibilidad de disponer de tracción integral te permite una exclusión fuera de lo negro.

Eso sí, con cierta precaución, pues los neumáticos están pensando claramente para un uso en asfalto, como demuestra el buen comportamiento en curva del que hablaba al principio. Y, por otro lado, esa Etiqueta Cero de la DGT te da la segunda dosis de polivalencia, pues te permite circular sin preocupaciones por cualquier ciudad.

Y para pensarlo... la autonomía

Tanto a nivel de conducción eléctrica pura como del alcance máximo del depósito de combustible. En el primer caso, aunque homologa una cifra teórica de 51 kilómetros en modo 100/100 eléctrico, durante la prueba he logrado llegar solo a los 40 kilómetros. Es cierto, eso sí, que recarga con rapidez para disponer de nuevo de la energía eléctrica.

Esa batería eléctrica resta espacio al maletero, como te decía antes, y a también a un depóstio de combustible que se queda en 36 litros. Por ello, en modo combustión cuenta con un alcance real algo superior a los 300 kilómetros, ya que el consumo real que he conseguido es de 7,5 l/100 km. Ligeros peajes a pagar por un coche exclusivo como ninguno que cuesta 47.110 euros.