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Prueba del Mini John Cooper Works Countryman: para pasártelo en grande

Prueba del Mini John Cooper Works Countryman

Sergio Ríos

Conducimos la versión más prestacional del recién actualizado Mini Countryman, con el apellido John Cooper Works. ¿Va más allá de una estética más interesante o no es tan emocionante como parece?

En esta prueba del Mini John Cooper Works Countryman voy a conocer la versión más radical de este SUV, el cual ahora ha abierto un nuevo capítulo en su historia con una generación que trae muchos cambios consigo. En general, es un coche más electrificado, pero esta variante está pensada para los que quieren disfrutar de la conducción y los motores térmicos puros.

El apellido JCW identifica a los Mini más deportivos y, aunque esto no se reduce solo al apartado estético, también afecta a este aspecto. En cualquiera de sus versiones, el Mini Countryman llama la atención por su mayor tamaño, sus líneas angulosas y elementos como su firma lumínica LED con varios diseños. Ahora bien, esta configuración añade algunos toques a esta combinación.

Además del color negro de la unidad que me acompaña. Un rasgo fundamental de la apariencia de esta variante prestacional está en los toques en tojo que se encuentran en el techo, las cubiertas de los espejos y algunas molduras. Asimismo, también destacan elementos como el paragolpes más agresivo.

Más allá de esto, otros detalles del diseño del John Cooper Works Countryman son realmente peculiares. Por ejemplo, la parrilla tiene el patrón de una bandera de cuadros y algo similar se puede encontrar en las llantas bitono de 20 pulgadas, lo que ayuda a identificar rápidamente a esta versión.

Algo similar sucede en el habitáculo, donde nuevamente destacan los acentos en rojo en el tejido que cubre el salpicadero y las puertas, así como en las costuras. Además de esto, como en el resto de la gama, llama la atención el espacio del interior, pero especialmente su minimalismo. Más allá de los botones del volante, apenas hay mandos físicos aquí.

Casi todo se centra en la pantalla OLED del salpicadero, la cual aúna las funciones del cuadro de instrumentos y el sistema de infoentretenimiento. Tiene buen tamaño y visibilidad, así como diversos modos de visualización en función del Mini Experience Mode seleccionado. Hay varios disponibles y afectan a rasgos de la conducción, pero también a todo el ambiente del coche.

Más allá de esto, debajo de esta pantalla se encuentran solo unos pocos botones para el selector de marchas, los modos de experiencia, el volumen… También está el botón de arranque, que es giratorio y simula una llave. Un detalle original que me parece bastante atractivo, sin duda.

300 CV y tracción a las cuatro ruedas

Independientemente de su apariencia, lo más interesante de esta variante es la mecánica. El motor del Mini John Cooper Works Countryman es un cuatro cilindros TwinPower Turbo que se acompaña de una caja de cambios automática de siete relaciones. Rinde 300 CV y 400 Nm de par, fuerza que se transmite a ambos ejes.

Con esto, sobre el papel esta configuración permite un paso de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos, con una velocidad máxima de 250 km/h. Nada mal, aunque esto resulta en un consumo WLTP de unos 8 litros a los 100 km.

¿Cómo se conduce?

Prueba del Mini John Cooper Works Countryman

Independientemente de cuestiones como el consumo, al conducir el John Cooper Works Countryman no pensarás en nada de eso. Este es un coche pensado para disfrutar en carretera y eso se nota desde el primer momento, con un motor que ofrece un sonido realmente atractivo y unos petardazos que incluso se escuchan en una conducción relajada.

Evidentemente, el carácter deportivo está muy presente, pero se combina bastante bien con la comodidad. Por ejemplo, la suspensión tiene un punto de firmeza que favorece la estabilidad en curvas, pero que no llega a ser incómodo en un uso convencional. De hecho, aquí es tan capaz como cualquier otro Countryman, aunque el sonido del motor puede hacerse molesto con el tiempo.

En este sentido, circular por autopista con tranquilidad no es una experiencia silenciosa, lo que puede no ser para todo el mundo. Eso sí, tampoco es una molestia demasiado grande, ya que todo esto pierde importancia cuando te dedicas a explorar las capacidades de este SUV con tintes deportivos.

Prueba del Mini John Cooper Works Countryman

Especialmente con el modo Go-Kart seleccionado, el tacto al volante es muy agradable. Esta configuración cambia la relación del cambio y ayuda claramente a obtener un mejor rendimiento, aunque también puedes cambiar tú las marchas con el modo manual, si bien la respuesta no es inmediata. Junto a esto, también varía la dirección, que me gusta especialmente.

En cualquier modo normal, la dirección tiene un punto de dureza atractivo y es bastante rápida, pero esto se potencia aún más al optar por el modo más deportivo de los MINI Experience Modes. Así, se disfruta más la conducción gracias a una dirección que hace lo que quieres en todo momento y que transmite buena información.

Con esto y con la suspensión que ya he mencionado, conducir por una carretera montañosa en el John Cooper Works Countryman es una experiencia realmente divertida. El motor empuja a la perfección y el cambio no duda sobre cómo debe actuar, mientras que los frenos con discos ventilados destacan por su eficacia y los neumáticos Pirelli PZero agarran a la perfección.

Gracias a este cóctel, cualquiera diría que este es un coche de 4.447 mm de largo y unos 1.735 kg de peso, ya que se mueve de forma realmente ágil. En general, es un coche que ofrece el punto de diversión y emoción que se espera de un JCW, pero que tampoco deja de lado el espacio y comodidad que se espera de un modelo de su segmento. Una buena combinación, sin duda.

Prueba del Mini John Cooper Works Countryman

Precio y rivales del JCW Countryman

El precio del Mini John Cooper Works Countryman es de 59.400 euros, lo que no lo sitúa muy lejos de sus rivales. Por ejemplo, el Audi SQ2 también ofrece 300 CV y se encuentra por 57.890 euros, así como el Volkswagen T-Roc R firma la misma potencia por 58.935 euros. Algo diferente es el Cupra Ateca, por 51.500 euros en su versión VZ de 300 CV de potencia.

Así, el modelo de la firma británica se sitúa por encima de varios de sus competidores en cuanto al precio, lo que puede suponer una desventaja para algunos. Aun así, también es un coche con una personalidad muy marcada y diferenciada, lo que puede ser algo realmente interesante para algunos compradores.

Valoración

Nota8.5

El Mini John Cooper Works Countryman ofrece más de lo que uno esperaría, con una conducción que no se queda corta en sensaciones y una personalidad difícil de replicar.

Lo mejor

La originalidad del diseño, el rendimiento del motor y la puesta a punto general.

Lo peor

La falta de algún mando físico más para sistemas como el de la climatización.

Etiquetas: Motor, SUV deportivo

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