He arreglado cientos de coches y se cómo te pueden engañar en el taller

Pasar por el taller nunca es plato de buen gusto. Lo primero, porque, significa que al coche le pasa algo, con el incordio que implica eso en el día a día; pero, también, por le hecho de que siempre tenemos la sensación de estar a expensas de los mecánicos y de que éstos, si quieren, nos van a timar.

Ante la falta de conocimientos, solo cabe dejarse en mano de los expertos y confiar en su honestidad para que no quieran sacar tajada de nuestro caso y engrosar la factura sin que en realidad haga falta.

Nos gustaría decir que este tipo de triquiñuelas no ocurren, pero desde el The Sun han publicado un artículo en el que un mecánico con 40 años de experiencia, Ian Neary, les ha revelado tres maneras en las que los mecánicos meten la “clavada” a sus clientes sin que éstos lo sepan… ni puedan hacer nada al respecto.

El primero es la correa de distribución. Es un elemento clave en el funcionamiento del motor, pues se encarga de coordinar todo el funcionamiento y que su estado sea bueno es muy importante. Si se rompe es una avería crítica y conviene intervenir antes de que llegue a ese punto.

Sin embargo, Neary apunta que muchos talleres no avisan a sus clientes para que lleven a cabo la sustitución antes des de que sea demasiado tarde.

El segundo el filtro del polen, componente que se encarga de filtrar el aire para que llegue en buenas condiciones al habitáculo. Sin embargo, al hacer el mantenimiento, muchos talleres no lo cambian, para ahorrarse el procedimiento, pero dicen que sí a sus clientes. 

El tercero es el aceite del motor. Se trata de uno de los líquidos más importantes del vehículo, uno que hay que cambiar con regularidad, porque si pierde sus propiedades puede provocar una avería grave. 

Sin embargo, no es el único aspecto con el que hay que tener cuidado: también es necesario que el aceite que se emplee sea compatible con el coche, algo a lo que muchos talleres no prestan atención, según desvela Ian. Admite haber pillado al menos una decena de talleres poniendo aceite de manera indiscriminada sin comprobar si era el apropiado para dicho vehículo.

Así, se trata de malas praxis que, bien sea por omisión de la operación, bien por realizarla de manera indebida, no solo cuestan dinero al usuario en el momento, si no que además pueden suponerle un dineral importante a largo plazo cuando como consecuencia se produzca una avería grave.