De esta manera tan curiosa se forman los atascos
Los atascos en las carreteras se crean de una forma muy curiosa. No siempre están relacionados con accidentes de tráfico, a veces simplemente tiene que ver con nuestra actitud al volante. Vamos a descubrir de qué modo se crean las retenciones de tráfico.
Las operaciones salida y retorno en vacaciones, y las horas punta del día en las grandes ciudades son los momentos en los que con mayor probabilidad se generará lo que se conoce como atasco. Estas retenciones de tráfico provocan estrés, ira y frustración en los conductores, y la consecuencia directa de todas estas emociones es que inevitablemente acabaremos llegando tarde a nuestro destino.
Este fenómeno es causado, en muchas ocasiones, por un accidente de tráfico. También puede ser resultado de la señalización vial (un STOP, un ceda el paso o un semáforo) unido a un volumen elevado de tráfico. Y, en muchos casos, también se generan a consecuencia de nuestra actitud al volante y la escasa fluidez del tráfico.
Por tanto, podemos decir que los atascos se crean de una forma muy curiosa cuando no es a causa de un accidente de tráfico o por el volumen de vehículos de la vía frente a una señal de tráfico.
¿Alguna vez te has preguntado cómo se forman los atascos de tráfico?
Un atasco se forma por un efecto en cadena, es decir, los conductores repiten una acción (generalmente un frenazo) de un vehículo hasta que acaba deteniendo por completo la circulación. Para entenderlo mejor, pongamos un ejemplo:
En una vía con dos carriles en un mismo sentido donde los coches circulan a 90 km/h, si un conductor realiza un cambio de carril a la izquierda y provoca que el vehículo que circula inmediatamente detrás en ese carril izquierdo tenga que frenar reduciendo la velocidad a 50 km/h, los coches que viajan detrás se verán obligados a aminorar más la velocidad hasta que llegue a detenerse por completo la circulación.
En este vídeo puedes ver con mayor claridad lo que provoca en el tráfico fluido una frenada brusca:
De este modo, se habrá originado la retención y, a continuación, comenzará lo que se denomina efecto acordeón. Este fenómeno es el momento en el que se reinicia la circulación en un atasco. Si cada conductor reanuda la marcha un segundo después que el vehículo que le precede, la cola se irá estirando provocando que los coches al final del atasco pasen varios minutos totalmente parados.
Cada carril está diseñado para que circulen por él 2.000 coches a la hora. Estos 2.000 vehículos en fila ocupan una distancia de 16 kilómetros. Si se crea una retención, el efecto acordeón provocaría que el segundo coche volviera a avanzar pasado un segundo, mientras que el último coche podría reiniciar la marcha después de pasar 33 minutos parado.
Por este motivo debe pasar tanto tiempo para que se disuelva un atasco y el tráfico vuelva a ser fluido. Para evitar que se originen las retenciones, es conveniente que todos los conductores respetemos las normas de circulación y no realizar maniobras bruscas cuando hay un elevado volumen de coches circulando por una misma carretera.
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