Los atascos son el pan de cada de cada día en las carreteras de cada gran ciudad, pero en la época estival se multiplican también por las numerosas operaciones salida y entrada. En estas situaciones puede producirse el temido ‘efecto dominó’, pero la DGT tiene un truco para conseguir evitarlo.

Lo primero es lo primero, ¿qué es este efecto? Se trata de un tipo de accidente en cadena que se produce cuando hay aglomeraciones importantes de coches.

Si en un tráfico denso se produce un frenazo brusco, por las circunstancias existentes, en las que hay poco espacio y margen de maniobra, además de una menor posibilidad de reacción, aumenta la posibilidad de que no de tiempo a frenar a tiempo, produciendo un choque de alcance que pueden repetir luego los vehículos que circulan por detrás.

Lógicamente, estos casos son muy peligrosos, puesto que pueden verse implicados muchos automóviles y las personas quedan expuestas a muchas lesiones, ya que reciben tanto el impacto de su choque como los de los que se produzcan a continuación. Una de las más habituales es la del latigazo cervical, pero también pueden producirse otras.

¿Cómo lidiar con esto para evitar el ‘efecto dominó’? No hay un truco definitivo, pero sí hay una clave para intentar minimizar las posibilidades de que ocurra: mantener la distancia de seguridad con el coche que nos precede, a la vez que se circula a una velocidad adecuada a las circunstancias, que en tráfico denso suele ser menor de lo que permite la vía.

Con estas dos nociones, se crea un mayor espacio y tiempo de reacción hasta el vehículo precedente, lo que en caso de improvisto mejora las posibilidades de salir indemnes del lance.

Ahora bien, ¿cómo saber si estamos a suficiente distancia de seguridad del coche que va delante? A ojo es complicado, pero se puede calcular de la siguiente manera: mira un punto por el que pase el vehículo y calcula si pasan dos segundos hasta que tu llegues a él. Para ello simplemente has de contar en tu cabeza “mil ciento uno, mil ciento dos”.