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Diferencias de precio en el mantenimiento de un coche eléctrico y uno gasolina

Diferencias de precio mantenimiento coche eléctrico y gasolina

Veamos las diferencias de precio en el mantenimiento de un coche eléctrico y uno de gasolina. Según un estudio, el ahorro puede ser del 40% a favor de los vehículos eléctricos, debido a que son más simples.

El vehículo eléctrico despierta un interés cada vez mayor entre los españoles. Sin embargo, todavía existen muchas dudas alrededor de aquel, como el coste de mantenimiento. Seguidamente, te mostramos las diferencias de precio en el mantenimiento de un coche eléctrico y uno de gasolina.

Los coches eléctricos ofrecen una serie de ventajas con respecto a los de motor de combustión: son más eficientes desde el punto de vista energético, mucho más silenciosos y el impacto ambiental es muy bajo desde el momento en que empiezan a circular (no así durante el proceso de fabricación).

Pero hay una ventaja que a veces se pasa por alto y es el mantenimiento, cuyo coste es inferior al de un vehículo tradicional, sencillamente porque son más simples. 

No obstante, el coche eléctrico requiere estar familiarizado con una serie de requerimientos para su correcto mantenimiento. A continuación, te detallamos las necesidades de un vehículo a betería en este sentido y las comparamos con un coche de gasolina, añadiendo una estimación de precios en ambos casos.

Mantenimiento de un coche eléctrico

baterías de estado sólido con 1.000 km de autonomía

Es sabido que el mantenimiento de un coche eléctrico es menor y, por tanto, más económico, porque estos vehículos son más simples, en tanto que carecen de motor de combustión. Esto se traduce en la ausencia de cientos y cientos de piezas como correa de distribución, bujías, pistones y un largo etcétera que, obviamente, no van a sufrir desgaste. 

En su lugar, hay un motor eléctrico cuyo diseño es infinitamente más sencillo y no requiere del mantenimiento típico, como cambios de aceite y filtros, etc. 

Mantenimiento coches eléctricos

En cambio, el coche eléctrico tiene un elemento vital, la batería. Es el corazón y, con el tiempo, su capacidad disminuye, aunque puede tardar muchos años. La mayoría de las marcas ofrecen garantías de entre ocho y diez años o hasta 160.000 kilómetros en sus baterías.

Para prolongar la vida útil de la batería de un vehículo eléctrico es recomendable mantener la carga siempre entre el 20 y el 80% y no abusar de los sistemas de carga rápida

Luego hay otros elementos que hay que vigilar, como los frenos y los neumáticos. En estos casos, es igual que en un coche de gasolina, aunque también hay diferencias. Los coches eléctricos tienen un sistema de frenada regenerativa que disminuye la velocidad mediante la recuperación de energía cinética. 

Esto tiene dos ventajas: la primera es que aprovecha esta energía para recargar la batería en las fases de frenada y la segunda que reduce el desgaste de los componentes del sistema de frenos, como los discos y las pastillas, prolongando su vida útil.

En cuanto a los neumáticos, el desgaste puede ser mayor debido a que los coches eléctricos pesan más que los de gasolina y también a que tienen una mayor capacidad de aceleración. Esto ha llevado a algunos fabricantes a crear neumáticos específicos con un flanco más fuerte y compuestos de goma más robustos.

Mantenimiento de un coche de gasolina

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El mantenimiento de un coche de gasolina es más regular, ya que cuenta con una mecánica mucho más compleja que requiere la sustitución de diferentes piezas. 

Al menos, una vez al año hay que cambiar el aceite y filtro de aceite, así como prestar atención a otros componentes, como el filtro de polen y el de combustible. Además, hay que prestar atención al manual del fabricante para ver cuándo corresponde realizar el cambio de la correa de distribución, por ejemplo, y otras piezas como las bujías.

El coste de mantenimiento puede variar, dependiendo del vehículo, el fabricante o el taller, pero suele ser mayor que en un coche eléctrico. 

Diferencias de precio en el mantenimiento de un coche eléctrico y uno gasolina

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Visto lo anterior, es fácil deducir que el mantenimiento de un coche eléctrico es más barato que el de un coche de gasolina. La cuestión es cuánto. Según un estudio realizado por el Departamento de Energía de los Estados Unidos, la diferencia de precio en el mantenimiento puede ser un 40% más barato en los eléctricos. 

De entrada, el cambio de aceite no hay que hacerlo y esto supone un coste de entre 30 y 70 euros, dependiendo del coche y del tipo de lubricante. Lo normal es cambiar el aceite cada 5.000 o 10.000 kilómetros, o una vez al año.

En cuanto a los frenos, como los coches eléctricos utilizan constantemente la frenada regenerativa, las pastillas de freno duran mucho más, lo que supone un ahorro de entre 100 y 300 euros

Los neumáticos tienen un precio similar en ambos casos, pero al sufrir un mayor desgaste en los coches eléctricos, el coste de mantenimiento puede ser mayor. El precio de cada neumático es muy variado y podemos encontrarlos desde 50 euros hasta unos 200.

A todo lo dicho hasta ahora hay que añadir el ahorro en gasolina, a pesar del coste de la electricidad, que se ha incrementado en los últimos años. Sin embargo, más caro es el litro de gasolina que, difícilmente, volverá a bajar de los 1,6 o 1,7 litros. 

En donde sale perdiendo el coche eléctrico es en la batería. Como hemos señalado más arriba, las marcas ofrecen garantías de entre ocho y diez años, pero si hay que sustituir la batería fuera de garantía, el coste puede ser desorbitado. Dependiendo del modelo, la cifra puede oscilar entre los 5.000 y los 8.000 euros.

Conclusión

A modo de conclusión, podemos decir que, en general, el mantenimiento de un coche eléctrico es más económico que el de un coche de gasolina, aunque puede sufrir un mayor desgaste en los neumáticos que obligue a sustituirlos con mayor regularidad y, si hay que reemplazar la batería fuera de garantía, puede ser un problema. 

Sin embargo, la mecánica mucho más compleja de un coche de gasolina no sólo hace que el mantenimiento sea más caro, por el hecho de sustituir más piezas (aceite, filtros, correa de distribución, etc.), sino que también es más susceptible de sufrir averías que requieran una reparación costosa.

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