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Diego Armando Maradona y su pasión por los Ferrari

Ferrari F40

El mundo del fútbol llora la pérdida de uno de los mejores futbolistas de la historia. Alguien capaz de subir a los cielos para ser llamado D10S y descender, después, a los infiernos. ‘El Pelusa’ falleció en su casa tras sufrir una parada cardiorrespiratoria y en AUTO BILD recordamos su figura a través de algunos de los coches que pasaron por su garaje. Así era la pasión de Diego Armando Maradona por los Ferrari.

Ferrari SF90 Spider, 1.000 CV a cielo abierto por algo más de 500.000 euros

Hay un binomio que se repite con mucha frecuencia y es el formado por la figura del futbolista y el coche deportivo. El ‘Barrilete cósmico’ no iba a ser menos: desde que se convirtió en una estrella en los años 80 por sus manos pasaron modelos que están en los sueños de muchos: desde un Porsche 924 hasta un Rolls-Royce Ghost o un BMW i8 pasando por un camión de Scania con el que acudió a un entrenamiento de Boca. Ya lo cantaba Andrés Calamaro: “Maradona no es una persona cualquiera”. 

Ferrari Testarossa

No obstante, la verdadera pasión del argentino eran los Ferrari. Su primer contacto con los modelos de Maranello llegó cuando, en 1984, fichó por el Nápoles para firmar una de sus etapas profesionales más exitosas. Tuvo varios de sus modelos y alguno de ellos con una historia bastante peculiar.

Ferrari Testarossa

Fue el primer vehículo del ‘Cavallino Rampante’ que entró en su garaje: un deportivo que en aquel momento (1984) presumía de ser uno de los coches más rápidos del mundo rozando los 300 km/h. El modelo era de color negro, una petición expresa de Maradona que no sentó demasiado bien a la marca italiana puesto que el color emblemático de la casa era el rojo, pero los deseos de Diego Armando fueron órdenes.

Ferrari F40

Precisamente, aquel tono fue el inicio de la historia de su Ferrari F40. Los italianos estaban desarrollando este modelo con motivo de su 40 aniversario y el futbolista encargó a Guillermo Coppola, su representante, que llevase a cabo las gestiones necesarias para conseguir una unidad.

Después de convencer a Enzo Ferrari para firmar el contrato de venta a nombre de Maradona por 470.000 dólares, el representante del argentino le dijo que tenía que ser ‘nero’… algo que fue considerado como una ofensa en Maranello. A pesar de ello, consiguió el F40 en negro: con él fue a buscar al jugador que llegaba a Nápoles después de proclamarse campeón del mundo con su país.

Ferrari F355 Spider

En el aeropuerto estaba el presidente del Nápoles, que se mostró sorprendido por el deportivo de Ferrari. Guillermo Coppola añadió 400.000 dólares al precio original y propuso al dirigente que se lo regalase a Maradona. ¿Lo logró? Por supuesto: el representante consiguió un millón de dólares y el jugador recibió el obsequio nada más bajar del avión.

Y aquí llega la reacción que nadie esperaba. El F40 era un coche de competición que tenía lo imprescindible para poder ser matriculado, es decir, no contaba con los asientos de cuero, el climatizador, el equipo de sonido y todas las comodidades de las que Maradona disfrutaba a bordo del Ferrari Testarossa. Al verlo así decidió que no quería aquel deportivo. Y no, no se lo quedó.

Ferrari F355 Spider 

A mediados de los 90, el argentino volvió a vestir la camiseta de Boca. De vuelta en su país natal, el jugador mantuvo viva su pasión por los Ferrari comprando, casi al mismo tiempo, dos unidades del F355 Spider. Esta vez, por cierto, los dos fueron de color rojo… aunque uno de ellos fue incautado por el Estado años después.

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