Los poderes públicos trabajan en beneficio de la ciudadanía, pero no siempre actúan correctamente. Hoy vamos a recordar el día en que a la DGT se le fue la olla por completo, utilizando un término coloquial, al poner un badén en mitad de la M40.

Tanto la DGT como los diferentes ayuntamientos utilizan todo tipo de medios para reducir la velocidad. Lo más conocidos son los radares, pero también hay otros como los badenes, los guardias tumbados, los lomos de asno y señales que también invitan a levantar el pie del acelerador, como los dientes de dragón.

Pero, como decimos, no siempre el uso de uno de estos elementos es el idóneo y el ejemplo más claro lo encontramos en el ‘badén asesino de la M40’, como los conductores bautizaron a este badén situado en el kilómetro 51 en sentido ascendente, antes de la entrada de los túneles del Pardo, justo en la zona que va desde la A-6 a la A-1.

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El día en que a la DGT se le fue la olla por completo poniendo un badén en mitad de la M40

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Badén de la M40 (3 imágenes)

Se trata de un resalto de goma que parece colocado de manera provisional y que puede provocar cierto peligro, sobre todo, en condiciones de poca visibilidad. La zona está convenientemente señalizada como de obra y hay señales especiales para reducir la velocidad, pasando de 80 a 60 km/h en ese punto, pero no estaría mal que existieran otras señales luminosas. 

El badén de la M40 no cubre los tres carriles de la vía en su totalidad, sino que deja al aire libre la junta de dilatación en el carril izquierdo, lo que hace que algunos conductores pasen a este carril para evitar pasar por el resalto. 

Pese a que la mayoría de los coches pasan a baja velocidad, la sacudida en el eje trasero es notable, lo cual no es nada positivo. No queremos pensar qué pasará a los vehículos que superen el badén más rápido de lo debido, por despiste. 

En su día, AUTOBILD.ES se desplazó hasta el punto exacto donde se encuentra el famoso badén de la M40 para comprobar in situ el tránsito de los vehículos por ahí en el vídeo que te mostramos más arriba.

Poco después de que el Ministerio de Fomento instalara el badén, el usuario Egoitz Davalillo cursó una petición en la plataforma Change.org para su retirada, justificándose en que podría provocar accidentes que terminen con la vida de alguien. La petición fue apoyada por más de 4.600 personas, pero han pasado más de siete años y el badén sigue en el mismo sitio.