Así convivirás con el coche autónomo 

Financiado con fondos de la Unión Europea, el proyecto Inframix ha estudiado durante tres años cómo será la convivencia entre conductores y coches autónomos. El grupo de trabajo formado por 10 empresas y organismos se ha centrado en analizar aspectos como la aceptación de los usuarios a un carril dedicado a los vehículos automáticos. 

Otro de los focos de este estudio sobre convivencia entre el coche autónomo y los conductores fue analizar la necesidad de los operadores de carreteras apunten sus inversiones para soportar niveles más altos de vehículos robot en las carreteras. Sin embargo, durante la presentación, algunos de los autores reconocían que la movilidad autónoma no va a ir tan rápido como pensaban hace cuatro años. 

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"Nos centramos en las seguridad y la eficiencia, así que tenemos algunos consejos basados en nuestra experiencia de tres años. Empezamos hace cinco años sobreestimando cómo de rápido iba a llegar la movilidad autónoma. Tenemos que mejorar la calidad de los mapas, de los datos, los sistemas de guía y los de comunicación", afirma Martin Russ, director gerente de AustriaTech. 

Esta preparación de la infraestructura vial al coche autónomo será la clave para que su el período de tráfico mixto con vehículos automáticos y no automáticos en las carreteras que dará comienzo, ¿Cuándo? Los investigadores son cautos y solo apuntan que dentro de entre cinco y diez años, esta será la realidad habitual, al menos, en escenarios de conducción determinados. 

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"Cada día vemos nuevos sistemas en los coches relacionados con la conducción autónoma y así creo que esta llegará más paso a paso. Con nuevas funcionalidades de automatización en diferentes generaciones de coches. Esta escalada en la llegada creo que hará la llegada del coche autónomo más sencilla de cara a la convivencia con los conductores", asegura Bernd Datler, Director Gerente de Asfinag, una gestora de infraestructuras que, como Abertis, es de los organismos participantes en Inframix.

Así será la convivencia entre coche autónomo y conductor

Uno de los objetivos de Inframix ha sido analizar algunas posibles soluciones para la convivencia entre coche autónomo y conductores con algunas experiencias de campo, como la que llevaron a cabo en septiembre de 2019 en la AP-7, con un carril dedicado a los vehículos robot. Allí, en un área de descanso, preguntaron a los usuarios que habían visto la señal específica. 

"Creemos que tener carriles dedicados a coches autónomos no es la aproximación correcta, es demasiado costoso porque no hay tanta infraestructura a nuestra disposición. Pero en un escenario mixto, tiene sentido probar cómo reservar temporalmente esta solución. Aunque hemos visto que no es eficaz, porque requieren demasiadas maniobras a los otros conductores, al menos, en mi país Austria no le vemos el sentido", señala Datler tras una pregunta de AUTOBILD.ES 

Otros de los escenarios que se han testado en las pruebas de campo de Inframix fueron los embotellamientos y las obras en la calzada. Los experimentos trataban de validad entre otras la hipótesis de que si el conductor recibe información que le beneficia encontrará más amigable esta tecnología.

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Sin embargo, esta información en el caso de las obras y los embotellamientos también llega en forma de 'órdenes' para colocarse en un lugar de la fila y así asegurar un máximo de fluidez en los cuellos de botella de las vías. Es difícil pensar que todos los conductores van a seguir siempre instrucciones así. 

Aunque como asegura Panagiotis Lytrivis, investigador principal de ICCS: “Los resultados mostraron en general que las recomendaciones de velocidad tuvieron un impacto positivo en términos de seguridad, mientras que las adaptaciones de brecha de tiempo mostraron en algunos escenarios incluso una mejora de hasta un 50% en la eficiencia del tráfico en comparación con el escenario sin aplicar ningún tipo de control".

Parece clara que la convivencia entre el coche autónomo y el conductor humano va a generar una paradoja y esta es que los robots deberán aprender a comportarse cada vez más como personas y los conductores humanos van a tener que robotizarse, por lo menos, un poco. Todo sea en pos de la armonía.