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El motivo por el que el coronavirus impulsará la movilidad autónoma

El motivo por el que el coronavirus impulsa la movilidad autónoma

Uno de los efectos del coronavirus en la industria del automóvil será el impulso de movilidad autónoma, al menos en el medio y largo plazo porque, en el corto, la explosión de la logística robotizada será una de las consecuencias más inmediatas del COVID-19. Son las conclusiones de un estudio publicado en noviembre por ID Tech y actualizado hace unos días. 

Por ello, las conclusiones del informe que habla de la aceleración de la movilidad autónoma a consecuencia del coronavirus no ha tenido siquiera las últimas y demoledoras noticias sobre la industria del automóvil europea. Según ha revelado ACEA, la patronal de los fabricantes europeos, las marcas de coches de la UE ha mandado a casa casi a la totalidad de sus 13 millones de empleados.

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En palabras de director general de ACEA, Erik-Mark Huitema, “los efectos del COVID-19 en la industria del automóvil no tienen precedentes”. La patronal calcula que en marzo se han dejado de producir 1,23 millones de coches. Muchas de las fábricas que primero cesaron su actividad no lo hicieron, de hecho, a iniciativa de la firma, sino por la presión de los respectos comités de empresa. 

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El mismo problema ha tenido Amazon, que tras anunciar que pensaba contratar hasta a 100.000 trabajadores en todo el mundo por el repunte de los pedidos a consecuencia del coronavirus, ha tenido que desviar parte de sus operaciones desde centros de España, Italia o EEUU a otros tras la aparición de casos de trabajadores infectados y la consecuente presión para cerrarlos temporalmente con el fin de proteger la salud de los empleados por parte de los comités locales.  

Así, aunque había muchos informes previos al coronavirus que indicaban que la movilidad autónoma seguramente tardaría en llegar mucho más de lo esperado ante los grandes retos técnicos de la seguridad, el cambio de paradigma económico generado por el COVID-19 hará que muchas empresas vean en la robotización una nueva ventaja: asegurar su actividad gracias a unas máquinas que nunca van a enfermar con un virus. Al menos, no con un virus biológico. 

Los robots no tienen representación sindical 

Y parecerá una prerogrullada, pero los robots no tienen derechos, al menos por ahora, lo que según los expertos de ID Tech será un nuevo impulso a esta industria emergente al abrigo de la crisis del coronavirus. Los investigadores de esta firma calculan que este mercado alcanzará un valor de 81.000 millones de dólares para 2030 y de 290.000 millones de dólares para 2040, que pasarán de ser gastos salariales a una combinación de servicios por suscripción o inversiones de capital. 

Los robot de logística ya están altamente integrados en las fábricas de coches y los robots colaborativos están en camino, así que el impacto en el empleo de esta clase de automatización en la industria automovilística no será tan notable como en otras, al menos no hasta el periodo que indican desde ID Tech. Otra cosa es el transporte, donde además existe un elevado déficit de conductores humanos en países como EEUU.

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"Los camiones de larga distancia son un objetivo principal para la movilidad autónoma. Esto se debe a que puede abordar muchos puntos débiles de la industria y porque hay un modelo de negocio claro, a diferencia de los vehículos autónomos de pasajeros", afirman en su informe los doctores Ghaffarzadeh y Jiao, autores del estudio.

"Los requisitos de seguridad limitan la cantidad de horas ininterrumpidas que un conductor puede pasar en la carretera, lo que limita la productividad del activo. Finalmente, los largos tramos de autopista se prestan bien a la movilidad autónoma, a diferencia de las condiciones caóticas en la conducción urbana densa", prosiguen. 

Según sus estimaciones, este mismo 2020 se fabricarán en torno a 1.300 unidades de camiones con tecnología de conducción robotizada. Aunque desde ahora hasta el año 2025, el número de camiones con nivel 4 de autonomía crecerá de manera moderada, desde entonces hasta 2030 podrían fabricarse anualmente unas 550.000 unidades, aunque no prevén que el nivel 5 (cabezas tractoras 100% robotizadas) sea una realidad hasta entrada la próxima década. 

El reparto de última milla, la última frontera de la movilidad autónoma

Antes de que la movilidad 100% robótica se extienda hacia todas las modalidades de transporte privado, según los investigadores de ID Tech, el penúltimo escollo para resolver tecnológicamente serán los conocidos vehículos de reparto de última milla. Aunque en este tipo de reparto hay dos tipos: vehículos que circulen por la acera o el arcén y los que compartirán la vía con los automóviles. 

Es en este segundo grupo en el que los retos tecnológicos están más lejos de resolverse, aunque el no llevar pasajeros facilite su operatividad, y según los investigadores, hasta el año 2026 la producción de furgonetas autónomas no superará seguramente las 3.000 unidades por ejercicio. Si embargo, desde 2027, el mercado de los industriales ligeros con un nivel 4 de autonomía se acelerará considerablemente.  

Al poderse resolver antes las cuestiones técnicas, los pequeños robot de reparto autónomos con capacidad para circular por arcenes o aceras se generalizarían mucho antes, con una fase de implantación hasta 2025, cuando se espera que alcancen la madurez tecnológica. Entre ese año y 2030, su producción pasará de las 3.000 unidades a las 30.000 unidades por año.

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