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Comparativa: Polo GTI vs TGI. Dale gas... ¿Natural?

Polo GTI vs TGI

¿Qué te gustaría hacer con el acelerador de un Volkswagen Polo? ¿Darle gas... O gas natural? O resumiendo: ¿GTI o TGI? Suena a juego de palabras, pero es real como la vida misma. Hablamos de dos coches similares por fuera, pero muy diferentes por dentro. Comparativa: Volkswagen Polo GTI vs TGI. Dale gas... ¿Natural?

Empezamos con el TGI (G de gas). Lo bueno de usar este combustible es que es más ahorrador, apenas genera partículas y emite, por kilómetro, un 20% menos de CO2 que el gasolina. Su tres cilindros turbo es aplicado, y primero tira del gas del tanque de 11,6 kilos de gas, antes de recurrir al de 40 litros de gasolina. El sonido, eso sí, es algo más metálico que el del Polo equivalente de 95 CV.

Y al arrancar, al motor de gas de este Volkswagen le falta a veces el empuje deseado, mientras que en carreteras de montaña lo penaliza su larga quinta marcha. Cuando voy a 1.200 vueltas y subo desde cuarta, la aguja cae enseguida a las 700. Esto ayuda a horrar, pero pillar los 183 km/h de punta que anuncia la marca debe ser complicado.

En cualquier caso, los 90 CV dan de sobra para moverse ágilmente por ciudad y rodar relajado por autovía. Hemos medido 4,2 kilos en nuestro test de consumo, lo que es un 30% más de lo que anuncia Volkswagen. Por tanto, con gas tiene una autonomía de 265 kilómetros. Sale un 30% más barato que la gasolina, y esa es su manera de compensar su mayor precio.

De TGI a GTI

Polo GTI vs TGI
Toni Bader

Claro, esto es otro mundo. Uno se sienta en sus asientos deportivos a cuadros y ya respira ambiente de Volkswagen Golf GTI. Hasta comparte su motor de dos litros, aunque aquí rinde 200 CV en lugar de 230, pero solo mueve 1.301 kilos. Pasa de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos y por tanto se acerca mucho a su hermano mayor, y es capaz de llegar hasta los 235 km/h.

El tarado del chasis es firme y toma las curvas con sorprendente precisión, con un guiado increíble de sus ruedas de 18 pulgadas. La electrónica de su diferencial delantero pega el morro al asfalto, y del resto se ocupa el ESP, que no permite que lo desactives del todo. Y todo con un margen de confort más que correcto, unos acabados interior inesperadamente refinados para un coche de este tamaño, una dirección rápida y de buen tacto y muchos extras que lo ponen al nivel de todo un Golf.

¿Hay algo que criticar? Me hubiera gustado una postura de conducción algo más baja... Y que me acelerara más el pulso. Porque sí: rueda rápido con tal facilidad por carreteras de montaña que le falta ese punto de adrenalina. No se puede tener todo...

¿Quieres conocer la gama del Volkswagen Polo al completo? Aquí la tienes.

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