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El combustible sintético español que puede ayudar a que no desaparezcan los coches térmicos

combustible sintético español

Varias entidades participan 

Parece que los coches térmicos tienen los días contados. Desde las altas esferas ya les han puesto fecha de caducidad (en Europa es 2035), pero, por suerte, la industria no se resigna a ello y está buscando alternativas a la exclusividad eléctrica, siendo los biocombustibles una de las más factibles. De hecho, hay incluso un combustible sintético español en proyecto.

Es un proyecto de proporciones enormes llevado a cabo por varias compañías, principalmente Repsol y su filial, Petronor, pero en el que también colaboran Enagás, el Ente Vasco de la Energía (EVE) y Aramco.

El objetivo de fondo está claro, crear un combustible sintético que sea capaz de mantener los modelos de combustión funcionando durante más tiempo y, además, de manera más limpia. Lo relevante es la escala de todo lo proyectado.

 

Para llevarlo a cabo se va a construir un centro de descarbonización en el Puerto de Bilbao, algo que supondrá dos años de trabajo y una inversión de 103 millones de euros. Esto hará que sea una de las mayores instalaciones de este tipo de todo el mundo, pues en la actualidad la mayoría son de tipo piloto y mucho más pequeñas.

Según The Objective, estará complementado por un proyecto de valorización de residuos urbanos que, tratando desperdicios de distintos tipos (tela, plásticos o papel, entre otros) conseguirá obtener energía baja en carbono, que se transformará en un combustible más limpio que sustituirá parcialmente el consumo de carburantes tradicionales. 

La importancia del combustible sintético

La transición hacia el coche eléctrico es mucho más bonita y sencilla sobre el papel que en la realidad. El coste de reemplazar el parque automovilístico o de crear una red de recarga suficiente es realmente elevado, pero, por el contrario, cambiar el combustible que utilizan los coches actuales por uno más limpio es mucho más fácil.

Es ahí donde entran en juego los combustibles sintéticos, puesto que sirven para acompañar todo el proceso de cambio hasta los vehículos de cero emisiones.

Los sintéticos producen emisiones contaminantes, sí, pero son bajas y, además, al producirse mediante hidrógeno renovable y CO2 retirado de la atmósfera, en realidad se trata de un producto con emisiones neutras. Es más, empleando sistemas de captura de CO2 durante la fabricación, podrían ser incluso negativas.

Las ventajas de los combustibles sintéticos

La primera es obvia: servirá para hacer que todos los coches sean más limpios que hasta ahora. No solo eso, al ser empleados en coches híbridos (ya sean autorrecargables o híbridos enchufables), se conseguirá que funcionen con unas emisiones muy reducidas o prácticamente inexistentes incluso cuando funcionen en modo térmico.

La segunda radica en el hecho de que es una tecnología que, al contrario que otras tantas que se quieren imponer, no se carga sobre el usuario: no hay que hacer un desembolso enorme para comprar un coche nuevo ni tampoco hay que hacer modificaciones de ningún tipo al vehículo.

El único pero que se puede poner en este aspecto es que su precio será más elevado, dando que el proceso de producción es más caro. Sin embargo, dado el alto precio de la gasolina y el diésel, apenas se notaría el cambio: este verano desde Porsche afirmaron que su efuel tendría un coste algo inferior a 2 dólares el litro

También hay que considerar le hecho de que, por el momento, no es algo que se pueda producir a gran escala, por lo que su implantación será lenta. Sin embargo, con inversiones como la de Repsol en el País Vasco se van dando pasos en la buena dirección.

Etiquetas: Combustibles

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