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El Citroën Ë-C3 será un eléctrico barato. ¿Pero qué sensaciones ofrece su interior? Lo comprobamos

Citroën Ë-C3

Nos hemos podido montar y sacar las primeras conclusiones del utilitario eléctrico llamado a darle un buen meneo al mercado.

Llevábamos escuchando desde hace meses que Citroën iba a presentar un eléctrico asequible. Y por "asequible", se podrían interpretar muchas cosas, desde un coche low cost importado directamente de un mercado emergente a un modelo de muchos euros con una "increíble relación calidad precio".

Pero el resultado final es el lanzamiento del nuevo Citroën Ë-C3, que llegará en 2024 y más que probablemente va a romper las reglas del juego de los coches de batería por varias razones.

De manera rápida, para no aburrirte: es el coche diseñado y fabricado en Europa (Eslovaquia) más barato. También cuenta con la ventaja de pertenecer a una marca con legado y muy implantada como es Citroën y, sobre todo, tiene un precio que como poco te va a hacer levantar una ceja.

Y es que en la marca tienen como objetivo convertirse en superventas en el segmento B, donde está presente desde 2002. Aunque a decir verdad, probablemente sea el modelo con motor de gasolina que también va a llegar el año que viene.

Pero durante la presentación del nuevo utilitario, los franceses pusieron el acento en el Ë-C3, la versión con batería que llega con una cifras que lo convierten en la opción más utilizable de su competencia, al menos hoy por hoy: una batería de 44 kWh le permiten alcanzar en teoría 320 km, lo que es más que suficiente para el uso al que está destinado.

Un precio aceptable para un eléctrico y un interior que sorprende

Tengo que reconocer que una de las cosas que más me han sorprendido del nuevo C3 eléctrico no es su precio, que también, sino que no da la sensación de ser un coche barato.

En este sentido, Citroën ha marcado un precio único para toda Europa, 23.300 euros, aunque en España e Italia subirá a 23.800 por temas de impuestos. Y eso, antes de posibles ayudas, por lo que podrás llevártelo por poco más de 15.000 euros si vas con todo al concesionario y que beneficias del nuevo MOVES III que te pagarán en el acto.

Además, el Ë-C3 tiene dos únicos acabados que, como el precio, son comunes para toda Europa: YOU y MAX. La principal diferencia entre uno y otro es que el YOU no tiene pantalla central y el sistema de infotainment lo soporta una app que deberás instalar en el smartphone, que tiene un soporte específico para que lo veas.

El modelo en el que pude entrar era el MAX, que costará 5.000 euros más: 28.800 euros sin las ayudas. Este sí tiene la pantalla de 10,25 pulgadas compatible con Android Auto y CarPlay inalámbricos, y aparece climatizador en lugar de aire acondicionado y una dotación como sensores de aparcamiento traseros con cámara, limpiaparabrisas automático o elevalunas eléctricos traseros.

Decía antes que el precio no era lo que más me había llamado la atención porque en realidad lo que más captó mi atención fue la calidad interior. A ver: no es un Bentley Mulsanne, pero la primera vez que abrí la puerta me esperaba encontrar un interior extremadamente sencillo.

Pero el interior del Citroën Ë-C3, sin dejar de ser modesto, es agradable a la vista y al tacto. Las plazas traseras son buenas aunque mide 4.015 mm de largo. Los asientos en el MAX tienen el sello Citroën Advanced Comfort, que utiliza una mezcla de espumas con las que tu cuerpo se va a llevar especialmente bien. 

La primera impresión al acomodarte detrás es la de una banqueta blandorra, pero eso dura un segundo: tiene un mullido bastante cómodo y aunque la banqueta tiene pinta de no sujetar demasiado bien (tampoco vas a hacer un rally), la postura es relajada.

¿Y frente a algún rival? Por ejemplo el Spring (45 CV, 19.990 euros sin MOVES) es claramente peor en cuanto a espacio (mide 3,73 metros) y comodidad, con una banqueta mucho más sencilla. Por su parte, otro eléctrico barato como el MG4 (4,28 metros, 204 CV, 26.000 sin MOVES) , ofrece mucho más espacio y las plazas traseras (creo) son mejores.

En cuanto al espacio en la segunda fila, solo si eres muy alto verás que tu coronilla roza en el techo. La banqueta está ubicada muy baja (bastante más que en la versión de gasolina) y te va a obligar a doblar las piernas demasiado. En cuanto al espacio para el cuerpo, aunque está homologado para tres, mejor que vayan dos.

Delante: sencillo, pero de buena impresión

Las plazas delanteras del C3 se ven sencillas: de eso no hay duda. El Citroën C3 que se vende actualmente está bastante por encima por materiales y diseño... aunque también por precio.

Los asientos son bastante más firmes que en las plazas traseras y me llama la atención que voy sentado más alto de lo que hubiera esperado.

En cuanto al sistema de infotainment, hurgando descubrí que está basado en Android 10. Se mueve de manera fluida y mantiene en los laterales unos iconos virtuales que se ven en todo momento para acceder al menú que te interesa.

Al volante (multifunción, pequeño y grueso) te sientes bien. En Citroën hablan mucho de su Head-Up Display, pero no imagines una pantalla con información reflejada en el parabrisas o sobre el capó. Aquí es una pantalla digital sencilla ubicada en el salpicadero y que refleja en un panel que está situado justo a lado y que no te va a dar problemas de visibilidad.

Un vistazo a la consola central te va a mostrar el selector de cambio que puedes encontrar en otros modelos de la marca como el Citroën C5 X que está colocado justo detrás de un par de posavasos y un hueco grande que está coronado por los mandos físicos de la climatización.

El nuevo Citroën Ë-C3 se puede reservar desde hace unas semanas en la web de la marca, aunque no empezarán a entregarse, según la marca, "hasta el segundo cuarto de 2024". Es decir, que previsiblemente llegarán en primavera.

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