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Un Bugatti único pierde el control y se estrella contra las balas de paja

Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse L’Or Blanc
Eso debe de doler.

Cualquier dueño de coche sabe lo muchísimo que duele darle un toque con una columna, con otro coche o encontrarse con que a algún desgraciado le ha dado por rayar el capó con las llaves. Ahora bien, si duele en un coche convencional, ¿cómo debe escocer si el que sufre los desperfectos es el único Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse L’Or Blanc y, para más inri, encima es culpa de quien va al volante?

Además, aquí no hablamos de una rozadura o similar: el hiperdeportivo estaba participando en un evento de coches exóticos en Suiza, concretamente en unas carreras de aceleración organizadas por Supercar Owners Circle en el aeropuerto de Gstaad, cuando ocurrió lo siguiente:

Lo cierto es que se oye claramente como el conductor pisa los frenos, como los neumáticos chirrían, sale humo de estos y el aerofreno está desplegado, pero aún así no fue suficiente como para detener al Bugatti, que se fue largo y acabó llevándose por delante las balas de paja situadas al final de la pista.

Bugatti Veyron Grand Sport L'Or Blanc: porcelana de lujo

Dado que no se trata de un muro de cemento, el hiperdeportivo las desplaza con aparente facilidad, pero eso no implica que no sufriera daños: la parte delantera derecha del paragolpes se rompió, así que el dueño tendrá que poner uno nuevo… algo que seguramente se bastante caro, ya no solo por tratarse del coche que se trata, si no porque además la pintura del Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse L’Or Blanc es muy, muy especial, ya que tiene un patrón que imita los reflejos que la luz crearía en el vehículo si estuviera hecho de porcelana.

Etiquetas: Hiperdeportivos

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