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Prueba: los Porsche que ganaron el Volante de Oro

El Porsche 911 Targa ha ganado el premio al mejor Targa/Cabrio y lo mismo han hecho el Macan y el Cayman GTS en sus respectivas categorías. Hemos querido comprobar sus virtudes en una comparativa con aire de victoria...

Motorizaciones comparadas:

Cuenta conmigo: uno, dos, tres, cuatro, cinco... Estos tres coches que ves en la foto ya han superado los 100 km/h. ¿Pero por qué están juntos en esta comparativa? ¿Qué tienen en común, más allá de unas prestaciones estratosféricas, un escudo histórico y un ADN definitivamente deportivo? Que han conquistado sus respectivas categorías del premio Volante de Oro: SUV, Cabrio/Targa y Coupé. 

Pero no se trata de un voto de un jurado sobre el que no sabes nada. Te resumo rápidamente por lo que han tenido que pasar para alzarse con el galardón: los candidatos son escogidos por las decenas de miles de lectores de todas las ediciones de AUTO BILD. De esta primera criba salen unos ganadores que son los que pudiste ver en el pasado número 465 y que prueban varios grupos de expertos: técnicos (facilidad de reparación, costes de mantenimiento...), famosos (y famosetes) que analizan el uso en el día a día y, supongo, el factor postureo. También diseñadores y expertos en conectividad, que se fijan en los puntos fuertes de sus respectivas disciplinas.

El apartado de la conducción pura y dura corre principalmente a cargo de tres colectivos: cinco lectores de la revista a nivel europeo (como conductores habituales), todos los directores de AUTO BILD a lo largo y ancho de Europa, que aportan su conocimiento del resto de modelos relacionados y, sobre todo, los pilotos. Esa especie única que sabe sacar lo máximo de cada modelo. Y te aseguro que no son de segunda fila. Toma nota: Hans-Joachim Stuck, Susie Wolf, Walter Röhrl, Jutta Klein-schmidt, Timo Glock, Christina Surer y Mattias Ekström... Como te puedes imaginar, no le llego a la suela de sus botas de conducir a ninguno... ¡y mira que la tienen fina! 

Pero voy a explicarte por qué me importa tan poco en este momento. Tengo en mi poder tres llaves: en el bolsillo van dos. Una pertenece al Cayman GTS y la otra a un 911 Targa 4S.  La otra está en mi mano; es la del Macan, que en esta ocasión se ha vestido con el traje de Turbo para celebrarlo.

Como siempre, me empeño en meter la llave a la derecha de la columna de la dirección. Entro siempre pensando en que no, que está a la izquierda, pero la fuerza de la costumbre es más potente que sus 550 Nm y 400 CV. Cifras que me permiten superar los 160 en 10,7 segundos y dejar atrás los 200 en 18. Afortunadamente, el equipo de frenos está acorde, algo útil para detener el coche en las múltiples gasolineras que voy a visitar si conduzco de esta manera: mis compañeros alemanes me contaban hace poco que habían hecho 14,5 l/100 km durante una prueba de conducción a velocidades de autopista alemana (ya sabes, sin límites de velocidad).

La verdad es que el V6 turbo de 3,6 litros es una gozada: empieza a empujar desde muy poco más de las 1.500 vueltas y va subiendo con contundencia a la vez que el potente ronroneo que sale por los escapes hace lo propio, aunque si buscas un sonido deportivo, quizá te quedes un poco frío: el turbocompresor se traga bastante de lo que emite el propulsor.

En carretera ruedas tranquilo, disfrutando de una estabilidad lineal elevada, lo que te permite tragar kilómetros y kilómetros en viajes largos sin despeinarte. Además, si conduces de manera eficiente, serás capaz de ver cifras por debajo de los diez litros en el ordenador de viaje, lo que no está nada mal para un SUV de su peso y potencia.

Y si al volante vas relajado, los ocupantes de las plazas traseras, también. Eso sí: asegúrate de que el que vaya a ir en la plaza central es tan fanático de la marca como yo: el túnel de transmisión quita espacio, y además el hueco para tres adultos es justo, aunque mayor que algunos rivales de cuidado, como el BMW X4, al que desbanca por los pelos: ¡apenas le saca 7,5 puntos de un total de 350! Los de Múnich pueden estar bastante orgullosos de su modelo.

Menos problemas ha tenido el Cayman GTS para imponerse. El sustituto del Cayman R toma su carácter radical y, aunque suene raro, yo creo que hoy por hoy es el más deportivo de la marca, por delante del 911. Es ágil, más ligero y casi tan potente, por lo que te puedes imaginar cómo va. Emilio Salmoral es un fanático de BMW y cuando enfrentó al GTS con un Z4 35is dijo que el de Stuttgart está muy cerca de la perfección. No seré yo quien le quite la razón: el bóxer de 3.436 cc es una delicia si quieres disfrutar de una carretera revirada;  sube de vueltas como si le fuera la vida en ello; empuja, suena... y ¡también consume! Algo lógico para un propulsor atmosférico con una máxima: lo bueno empieza a partir de las 4.000 vueltas.

Si con el Macan te hablaba de comodidad, y suavidad, ahora tengo que hablar de empastes que se caen, riñones que piden clemencia. Tan apasionante de conducir como duro, este modelo viene equipado de serie con la suspensión PASM y su altura está rebajada 10 mm adicionales. 

La versión PDK de la prueba consume menos que los manuales (8,2 contra 9,0 l/100 km) y baja de tramo en el  impuesto de matriculación, por lo que la versión automática ¡sale 39 euros más barata! 

El funcionamiento del doble embrague es tan bueno como te esperas. Tranquilo cuando vas suave, pero si activas el launch control, las inserciones harán que te golpees con la nuca contra el reposacabezas al menos hasta que engranes tercera.

Tras una buena ruta con el GTS me toca arrebatarle el 911 a mi compañero David López, que me acompaña durante este día de pruebas. 

Mi trabajo me cuesta (está fuerte y se agarra a la llave que es un primor), pero por fin estoy dentro. El mito. El coche que me apasiona desde que era niño. El deportivo con mayúsculas... No sé cómo definir a un modelos que, generación tras generación, se  reinventa. Cada vez corre más y gasta menos y, en resumen, es mejor. 

La versión Targa vuelve con su imagen característica: pilar central ancho, luneta trasera grande... Lógico que haya encandilado a todos los que lo han votado por delante de rivales tan duros como el i8 o el F-Type.

Conducirlo en cualquier época del año es una gozada, ya que te medio protege del aire. La pega que le veo es que para accionar el sistema necesitas unos buenos 40 cm de espacio libre por detrás para que actúe el mecanismo: se retira la luneta, se abre, guarda la cubierta que hace de techo, se vuelve a poner el cristal... Un sistema demasiado complicado en cuanto a mecánica que necesita 19 segundos para completar la operación. No es mucho, pero me parece una eternidad: ¡quiero salir ya a la carretera!

El 991 es un coche muy maduro: lo conduces con una mano si quieres y puedes tener la sensación de que los años lo han acomodado. Con el tacto del
Cayman GTS aún reciente, lo cierto es que a mí me pasa... hasta que activo el modo Sport Plus (te costará 1.819 euros y viene con el paquete Sport Chrono). Cambia todo: cambia la suspensión, el tacto del volante, las reacciones del acelerador, las leyes de cambio... Cambio hasta yo: paso de relajado a activo, con ganas de curvas, curvas y curvas. 

Sin duda mi elección está clara: no me importa la comodidad del Macan, ni la deportividad del Cayman GTS. Me quedo con el 911 aunque como dicen los fríos números, pierda la comparativa. A veces las matemáticas no son exactas...

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