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Comparativa SUV híbridos. Ford Kuga, Hyundai Tucson o Mazda CX-30, ¿cuál ahorra más?

Comparativa SUV híbridos

Hibridación ligera, convencional, enchufable, simplemente gasolina o diésel, totalmente eléctrico, con hidrógeno o gas... En los últimos tiempos, el número de tecnologías de propulsión se ha incrementado muchísimo. Pero, ¿cuál es la que ahorra más? Y, sobre todo, ¿cuál tiene más sentido en este momento? En el segmento de los SUV compactos, el Ford Kuga, el Hyundai Tucson y el Mazda CX-30 compiten entre sí con diferentes ideas y hemos elegido tres propuestas que nos parecen muy interesantes. ¿Arrancamos?

Mazda CX-30

Mazda, por ejemplo, es particularmente testaruda. Con su avanzada tecnología Skyactiv-X, el CX-30 es una rara avis en toda regla: su motor de gasolina es capaz de comprimir el combustible hasta llegar a funcionar como un diésel. 

Desde marzo, la potencia del Mazda CX-30 ha aumentado de los 180 CV a los actuales 186, con un par motor que pasa de los 224 a los 240 Nm. Es un arma de doble filo, porque los 16 Nm extra se consiguen ahora 1.000 revoluciones más tarde. ¿Qué significa esto? Que solo aquellos conductores que cambien en la zona media o más arriba obtendrán diversión al volante. La buena noticia es que no tendrán problemas con la exquisita y precisa caja manual de seis velocidades: con su guiado perfecto y corto recorrido de la palanca, arranca siempre una sonrisa. Sobre todo, porque la batería de 24 voltios aporta la energía extra que necesitas para moverte con una mayor agilidad.

Hyundai Tucson

Pero la virguería la ofrece, sin duda, Hyundai con su transmisión manual iMT, cuyo embrague se acopla y desacopla automáticamente para buscar un mayor ahorro de combustible. Cuando lo hace, el silencio inunda el habitáculo y el viaje se convierte, por un instante, en un ejercicio de placer y relax. Ojo, también puedes maridar este bloque de 1,6 litros con una caja automática de doble embrague y siete relaciones, pero tendrás que sumar más de 2.300 euros extra (lo que no debería importarte porque funciona realmente bien). 

Por lo demás, el motor de cuatro cilindros sobrealimentado del Hyundai Tucson tiene el par suficiente como para acelerarse desde abajo y mantener en todo momento una aceleración progresiva y siempre con buenos modales. Digamos que es ese compañero agradable con el puedes pasar horas y horas que sabes que siempre te va a brindar momentos tranquilos, que nunca va a soltar un exabrupto. No es el más rápido de los tres contrincantes, pero no se queda muy atrás tampoco.

Hyundai Tucson

Ford Kuga

Ford, por su parte, está tomando un camino completamente diferente con su Kuga. Está lejos de los estándares actuales, ya que funciona con un poderoso (y gigantón) bloque de 2,5 litros atmosférico que, junto con un pequeño motor eléctrico, alcanza los 190 CV de potencia. Toda esa fuerza se envía, a diferencia del Hyundai y el Mazda, a las cuatro ruedas mediante una transmisión CVT de infinitas relaciones. 

¿Nos convence? Completamente, porque es muy agradable y, por supuesto, es más cómodo que cualquier SUV con transmisión manual (incluso si funciona con la misma precisión que la del Mazda). Cada vez que frenas, la energía se envía a las baterías para estar disponible la próxima vez que aceleras y aunque es el único en esta contienda con tracción integral, el del óvalo se las ingenia para lograr un consumo bastante razonable: 7,4 litros. El Mazda, con 7,5 litros, y el Hyundai con 7,7 litros son un pelín más tragones, pero en cualquier caso, son cifras que no nos parecen desorbitadas. 

El CX-30 acusa su menor longitud

En términos de espacio, el Kuga solo tiene que discutir con el Tucson, porque el Mazda es significativamente más pequeño y se queda claramente por detrás (también en términos de volumen de maletero). Aun así, el esfuerzo por sacar el máximo provecho de cada centímetro de carrocería nos parece loable. El botón giratorio central recuerda bastante al BMW iDrive y es igualmente fácil de manejar. Las pantallas son rápidas y se ven muy bien, y la calidad interior está fuera de toda duda. Esto también se puede aplicar a la dirección, con un tacto muy directo, que combina perfectamente con un chasis igualmente bien ajustado.

Turno del Hyundai. Dentro todo es más futurista. Los botones tradicionales han dado paso a superficies y botones táctiles. Molan al principio, pero después de unos días, eres capaz de identificar todas las huellas dactilares de tu familia. El interior del Ford tampoco desmerece, aunque no llega al nivel de sus rivales –además de unos asientos algo pequeños, se debería mejorar la elección de los materiales, con demasiados plásticos duros en las zonas bajas y menos expuestas–. 

Comparativa SUV híbridos

Si hablamos de precio, el del óvalo no se corta: por su tracción y la transmisión automática, se va hasta los 37.438 euros con el acabado ST-Line X. El Mazda, por su parte es el más tímido a la hora de rendir cuentas: cuesta 29.675 euros con el acabado Evolution. Entre los dos se sitúa el Hyundai Tucson, que reclama 35.575 euros. 

¿Conclusión?

El hecho de que los japoneses solo obtuvieran el tercer lugar se debe básicamente a su menor espacio interior, porque de verdad que se ha ganado nuestros corazones. El Tucson es el más equilibrado y es casi 1.900 euros más barato que el Kuga, así que apartado a apartado, va mermando la capacidad de respuesta de sus dos oponentes y acaba por llevarse esta contienda. ¡Enhorabuena!  

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