Comparativa: Mazda CX-5, BMW X1 y Volkswagen Tiguan

Los SUV son los coches preferidos por los conductores. Sólo en los 10 primeros meses de 2020, se vendieron 379.266 vehículos de esta categoría en España: el 50,9% del total del mercado. Escogemos algunos de los mejores modelos de este segmento para nuestra comparativa: Mazda CX-5, BMW X1 y Volkswagen Tiguan.

¿Qué tipo de coche me interesa más para uso diario?

En la cima de su categoría en Europa desde su nacimiento en 2007 está el Volkswagen Tiguan, que Volkswagen acaba de renovar. El SUV bestseller basado en la plataforma del Volkswagen Golf ha superado en ventas también al compacto. Tenemos también a su compatriota el BMW X1 para esta comparativa. Al igual que hace Volkswagen con el Tiguan, este usa el sistema de fabricación modular. Bajo la pulcra piel de metal del BMW se encuentra la tecnología del Mini Countryman.

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El tercer SUV compacto de este test viene de Japón, es el Mazda CX-5, que tiene una tecnología exclusiva en su motor Skyactiv. Con una cilindrada ligeramente mayor, de 2,2 litros, el Mazda tiene un ratio de compresión de 14,4:1, que es bastante más bajo que el de sus rivales. Esto debería reducir el consumo sin afectar a las prestaciones.

El interior

A pesar de todos sus retoques estéticos recientes, el Tiguan se mantiene fiel a su base técnica, la distancia entre ejes sigue sin cambios en 2,68 metros. Tampoco necesitaba más, porque el SUV alemán tiene una excepcional oferta de espacio.

De los tres modelos aquí comparados, el Tiguan es el que más habitabilidad ofrece tanto delante como atrás. Lo mismo sucede con su capacidad de carga, su maletero es la referencia para los otros dos: con 615-1.655 litros. También nos gusta el interior del Tiguan. Materiales finos, pequeños huecos, acabados sólidos: el Volkswagen es tan impresionante en ese apartado como el X1. Sólo el Mazda se queda un poco atrás.

El modelo japonés parece en general más delgado que los alemanes, ofrece mucho plástico en el interior y, a veces, juntas peor acabadas. Los japoneses también tienen que admitir la derrota cuando se trata de conectividad. El pequeño monitor de la consola central funciona correctamente a través de sus comandos táctiles y el botón giratorio central facilita el funcionamiento, pero la navegación, el control por voz y la conexión en red no alcanzan el nivel de BMW o el de Volkswagen.

Tecnología

El nuevo Tiguan ya no necesita cable para Apple CarPlay y Android Auto y el Bluetooth del teléfono funciona muy bien, pero los controles deslizantes táctiles modernos para el ajuste de temperatura son un claro paso atrás en comparación con los mandos giratorios clásicos. El periodo de aprendizaje para su uso no es poca cosa tampoco. Además, el sistema de climatización no obedece a los comandos por voz. Cuando dices “tengo frío”, pasa de ti.

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En todo caso, el BMW tampoco lo hace mejor y, en términos de funciones online, es mejor el Volkswagen. Pero cuando se trata de usar el equipo clásico del vehículo, el bávaro sigue siendo nuestro favorito. Con el iDrive puedes navegar de forma intuitiva y sin distraerte a través de los menús. Encontramos asombroso el desbloqueo del capó tirando dos veces de la palanca en la zona para los pies del conductor. ¿Por qué nadie está imitando a BMW en esto?

En marcha

En el X1, el reposapiés se pueden extender, nos sentimos mejor integrados en el coche y, a 62 centímetros, es fácil entrar y salir. Los 70 centímetros de altura del asiento en el CX-5 y el Tiguan son casi demasiado buenos. Los pasajeros de la segunda fila, por otro lado, cambiarían felizmente las pequeñas y duras banquetas del estrecho BMW por los asientos más cómodos y el mayor espacio en el CX-5 o en el Tiguan.

Cuando se trata de cargar, ninguno de los contendientes desmerece para nada. Todos admiten 500 kilos, lo que casi siempre deberá valer para cubrir desde las vacaciones hasta una mudanza. Si la necesidad de transporte se vuelve todavía más intensa, se debe recurrir al uso de un remolque. Y ahí sí hay diferencias. Mientras que el BMW sólo puede remolcar 1.800 kg y el Mazda tira hasta de dos toneladas; el Tiguan puede remolcar 2,3 toneladas como máximo. No está mal.

Sobre el asfalto

El Tiguan siempre deja una impresión plena y segura. El potente TDI de 150 CV, que únicamente se percibe ligeramente desde el exterior, acelera el Volkswagen a 100 km/h en menos de diez segundos (sólo el X1 es más rápido) y se coordina muy bien con el cambio de doble embrague de siete velocidades.

Los engranajes están finamente pulidos y la tracción total tampoco deja nada que desear. El segundo coche más pesado de la comparativa, con 1.715 kilos, el CX-5, utiliza una transmisión manual (el automático no estaba disponible). Con el suave sonido diésel y una impresionante capacidad de giro (hasta casi 5.500 rpm), el japonés llega a los 160 km/h 2,5 segundos antes que el Volkswagen. Y el BMW, con su excelente transmisión automática de ocho velocidades, lo hace todavía 1,6 segundos más rápido.

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Cuando se trata de dinámica de conducción y manejo, los bávaros están claramente por delante con un alto nivel de precisión. Lo mismo se aplica al Mazda, muy ambicioso en este apartado y que usa neumáticos Continental Premium Contact 6 de 19 pulgadas para acumular tanto agarre que levanta una rueda en el eje trasero durante los giros más cerrados, lo que sugiere descaradamente un sobreviraje.

Eso sí, todo lo hace con un elevado nivel de seguridad. Cuando se trata de comodidad, el Volkswagen Tiguan demuestra ser el campeón. El chasis adaptativo (1.085 euros) plancha suavemente incluso las pendientes más difíciles. El X1 casi llega a su nivel en las carreteras onduladas, donde aprovecha al máximo el recorrido de los amortiguadores a cambio de aportar algo de vaivén a los ocupantes de las plazas traseras. En general, el Mazda parece menos afinado, a veces tropezando torpemente con los cambios de apoyo. Eso sí, si vas a precio, tu coche deberá ser el SUV japonés, porque es mirar el coste final de los tres, pero sobre todo los otros dos, y llevarte las manos a la cabeza.