Range Rover Evoque Sicilian Yellow Si4: especial de verdad

Con la carrocería pintada en este color amarillo no voy a pasar desapercibido. Y ese es precisamente el objetivo del Range Rover Evoque Sicilian Yellow, una de las versiones más especiales con las que te puedes topar en el mercado hoy por hoy.

Este modelo está basado en el acabado Dynamic, que no es precisamente barato: a los 53.000 euros que cuesta la versión base tienes que añadir unos 10.000 euros más. ¿Y qué consigues a cambio? Aparte de ese exterior tan cañero con llantas pintadas en negro, adornos aerodinámicos y el Black Design Pack, dispones de un interior con materiales nobles, una consola central pintada en el mismo color de la carrocería y, sobre todo, unos espectaculares asientos deportivos que parecen bacquets.

Con una sonrisa de oreja a oreja me acerco a este Range Rover Evoque tan exclusivo y lo primero que hago es acomodarme en esos asientos deportivos que te decía antes. Lo cierto es que cuesta un poco hacerse a la anchura de la banqueta: los encuentro más estrechos de lo deseable debido a la forma de los pétalos de la zona de las piernas, ya que los muslos apoyan bastante sobre ellos en vez de en la base. Por lo demás, creo que son un pelín cortos y el reposacabezas integrado queda un poco bajo.

En cuanto al manejo, nada que objetar: se hace a través de la pantalla táctil y todos los menús están ordenados con lógica.

Antes de iniciar la marcha paso a las plazas traseras, donde me encuentro cómodo. La postura es erguida y el mullido tirando a duro, pero eso me gusta. También me parece muy conseguido el apoyo de la zona lumbar. Eso sí, la banqueta queda baja y los muslos no descansan demasiado bien. En esta segunda fila de asientos tengo buena visibilidad lateral (aunque parezca mentira por la forma de las ventanillas) y, gracias al techo panorámico, disfruto de gran sensación de desahogo.

A la hora de conducir, la verdad es que no puedo ponerle pegas. La suspensión es firme y contiene muy bien los balanceos y cabeceos, aunque a cambio los badenes y resaltos se dejan notar demasiado. 

La programación de las leyes del cambio tiende a la suavidad en modo automático, aunque la respuesta mejora en modo manual: funciona con más rapidez y si llegas al corte pasa a una relación superior. 

El motor es uno de los aspectos más controvertidos. Utiliza un 2.0 turbo de origen Ford, con 240 caballos. Es muy suave, quizá demasiado, pero corre que se las pela. Desde 2.000 vueltas empuja con ganas, mejora a partir de 3.000 rpm y desde entonces sigue muy lineal hasta el corte. Es decir, un propulsor agradable... hasta que ves el consumo: 8,4 en autopista y ¡15,4 en ciudad! Es demasiado.

Conclusión

La gran pega que puedo poner a este modelo no reside en su altísimo precio, sino el consumo del motor Si4. Por lo demás, si quieres exclusividad debes pagarla y, sin duda, en este coche lo harás con estilo. Las versiones especiales me parecen ‘sacacuartos’... salvo que sean de verdad especiales. En este caso, Range Rover lo ha logrado.