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Viejas glorias: Ferrari Dino

Ferrari Dino
Una historia con tragedia detrás.

Ante el anuncio del 296 GTB no fueron pocos los que pensaron que Ferrari iba a traer de vuelta a la vida una denominación mítica como Dino, utilizada hace ya medio siglo para los “baby Ferrari” de la marca. Finalmente no ha sido así, pero nunca es mal momento para recordar a una vieja gloria como el Ferrari Dino.

Para encontrar su origine hay que remontarse a los años 50, cuando el único hijo legítimo de Enzo Ferrari, Alfredo ‘Dino’ Ferrari, que era ingeniero, unió fuerzas con su colega Vittorio Jano para crear motores V6 con los que la marca italiana participase en la Fórmula 1 durante aquella década.

La mala fortuna hizo que el heredero de Maranello falleciera en 1956 a la temprana edad de 24 años, debido a una distrofia muscular. No pudo ver a sus motores en acción, que debutaron en 1958, ni tampoco como, algo más tarde, darían el salto a los modelos de calle, dando lugar a una submarca denominada como Dino en la que se encontrarían los modelos de acceso de Ferrari, equipados con bloques V6 en lugar de los V12 de sus hermanos mayores, y que tendrían un precio más asequible que éstos.

El primer Ferrari Dino de calle, el 206 GT, se presentó en 1966 como un vehículo derivado del 206 S de competición, del que no llegaron a fabricarse las 50 unidades necesarias para su homologación, así que tuvo que correr en categorías de prototipo.

Desde el primer momento atrajo al público por su cuidado diseño, que aún a día de hoy sigue siendo espectacular: su bajo frontal lucía paragolpes cromados en los laterales, por encima de éstos asomaban dos faros redondos, los pasos de rueda delanteros eran muy suaves, el inclinado parabrisas se integraba de manera natural en el conjunto y su zaga era muy estilizada.

Montaba un motor V6 de 175 CV, cifra que a muchos clientes de Ferrari se les antojaba algo escasa, motivo por el que la firma acabó desarrollando su sucesor, el Dino 246, que estuvo disponible tanto en carrocería GT como GTS.

Aunque aumento ligeramente su peso hasta los 1.080 kilos (su predecesor se quedaba en solo 900), fue acompañado de un aumento de potencia, ya que su propulsor V6 de 2419cc llegaba hasta los 195 CV. Gracias a ello era capaz de alcanzar una velocidad punta de 235 km/h, cifra que supuso un importante atractivo y que hizo que en sus ocho años de producción (68-76) llegaran a salir de fábrica 3.569 unidades.

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