Los tres mejores motores de la historia de Ferrari
Tres propulsores increíbles
Elegir los tres mejores motores de la historia de Ferrari es una tarea difícil. Difícil e injusta, porque ¿acaso ha habido algún motor malo salido de la factoría de Maranello?
A lo largo de su historia, Ferrari ha construido verdaderas joyas mecánicas, con arquitecturas de 12 y 8 cilindros, colocados delante o atrás, aunque es sabido que Il Commendatore prefería los motores en posición delantera.
Algunos de esos motores ocupan un lugar destacado, no solo en la historia de la marca italiana, sino también del automovilismo por su rendimiento, prestaciones y fiabilidad. A continuación, vamos a repasar tres de los mejores motores que han salido de la casa del Cavallino.
El motor V12 del Ferrari 365 GTB/4 Daytona
Vamos a empezar por un motor que fue importante para Ferrari, porque tiene su origen en el propio nacimiento de la marca y fue evolucionando hasta bien entrado los años 90. Nos referimos al motor V12 del Ferrari 365 GTB/4 Daytona.
El Daytona fue presentado en 1968, con un motor de 12 cilindros en V de 4.4 litros que producía 352 CV, con una caja de cambios en posición trasera. Esta configuración permitía al coche diseñado por Fioravanti alcanzar los 280 km/h. Pero el origen de este motor está en el Ferrari 125 S, de 1947.
¿Es el V12 del Ferrari 365 GTB/4 Daytona el motor que mejor suena de siempre?
Aquel modelo equipaba un bloque V12 a 60 grados y con 1.5 litros de cilindrada, diseñado por Gioacchino Colombo. Este fue el primer coche de Ferrari y el primer motor de la saga Colombo. Desde entonces, Ferrari siempre ha tenido un V12 en su catálogo.
Este motor fue evolucionando durante los siguientes 20 años, hasta alcanzar los 4.4 litros de cilindrada que tenía en el Daytona. En el 365 GTB/4 alcanzó un nivel de rendimiento sublime, con un gran empuje con solo rozar el acelerador y un sonido puro, lleno de carácter.
Después del Daytona, Ferrari siguió produciendo modelos con motores de 12 cilindros, pero con una diferencia importante: al 365 GTB/4 le sucedió el 365 GT4 BB, que montaba un motor central y a 180 grados, es decir, un V12 plano, que se conoció como bóxer, aunque no eran lo mismo. Luego llegó el Testarossa con la misma mecánica.
Habría que esperar a la llegada del Ferrari 550 Maranello, a mediados de los 90, para volver a encontrar la configuración del Daytona, es decir, motor V12 delantero con una transmisión colocada detrás.
El motor V12 del Ferrari F50
El Ferrari F50 es injustamente olvidado, al estar siempre a la sombre de su predecesor, el F40. Pero el F50 era un superdeportivo perfecto en todos los sentidos: motor excepcional, distribución de pesos, caja de cambios, comportamiento…
El F50 era un Fórmula 1 de calle y no exageramos. Montaba un motor V12 heredado directamente del Ferrari 641, el monoplaza que utilizó la escudería en el mundial de 1990.
El propulsor fue convenientemente adaptado para circular por la calle. Los ingenieros aumentaron la cilindrada desde los 3.7 hasta los 4.7 litros y dispusieron las bancadas de los cilindros a 65 grados, en lugar de a 60, como los motores de la familia Colombo.
Este motor atmosférico entregaba 520 CV a 8.500 vueltas, pero era capaz de girar a 10.000 revoluciones por minuto.
Motor V8 del Ferrari 458 Italia
Pero Ferrari no solo ha producido grandes motores V12, también V8. Y el mejor de todo es el 4.5 litros del Ferrari 458 Italia. En realidad, este motor es el resultado de la evolución del V8 4.2 de 390 CV que montó el Maserati Coupé a principios de los 2000.
Luego, la casa de Maranello lo instaló en el F430 y, finalmente, en el 458 Italia, pero utilizando un cigüeñal plano y más ligero, con muñequillas compartidas por dos bielas, que reducía las inercias del motor, proporcionaba un mejor encendido que mejoraba los gases de escape y producía una mejor respuesta del acelerador.
En esta ocasión, el motor estaba colocado en posición central-trasera. Se trataba de un V8 atmosférico a 90 grados, que entregaba 570 CV a 9.000 vueltas y 540 Nm de par a 6.000 vueltas. Pero fue en la versión 458 Speciale, donde este bloque entregó lo mejor de sí, alcanzando los 605 CV.
Etiquetas: Superdeportivos
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