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La increíble historia del Ferrari 456 GT

La increíble historia del Ferrari 456 GT

30 años de uno de los mejores Gran Turismo de Maranello

Puede que no sea tan recordado como otros modelos de Ferrari, como el F40, el Testarossa, el 550 Maranello o el 355, pero fue un modelo muy importante para la casa italiana. Esta es la increíble historia del Ferrari 456 GT, uno de los mejores Gran Turismo de la firma que ahora cumple 30 años.

Mucho ha cambiado el mundo en estos 30 años. O quizás no tanto. En aquel entonces, ya no existía la Unión Soviética, había terminado la Guerra del Golfo y Europa se asomaba, de nuevo, al balcón de la guerra, con los Balcanes en ebullición. Tres décadas después, otra guerra vuelve a martillear el Este del viejo continente. 

Hace 30 años, se produjeron dos hitos en España, que supuso la entrada definitiva del país en modernidad: la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona. A esto hay que sumar la llegada del tren de alta velocidad, el AVE. 1992 fue un punto de inflexión en el país y en la sociedad española. 

Y en ese año irrumpió el Ferrari 456 GT, un precioso coupé que llevó el segmento de los Gran Turismo de lujo a una nueva dimensión y significó el regreso del motor V12 delantero a la marca, después del Ferrari 412 de 1985. 

La increíble historia del Ferrari 456 GT: ¿un Daytona de los 90?

El diseño del 456 GT corrió a cargo del estudio de Pininfarina, en concreto, Pietro Camardella, autor de modelos legendarios como el Ferrari F40, el 512 TR y el F50. 

El 456 GT inauguró un nuevo lenguaje de diseño en la marca que serviría de inspiración a otros modelos que llegaron más tarde. Las líneas rectas y angulosas de los 80 dejaron paso a otras más suaves y redondeadas que le daban un aspecto deportivo y elegante a la vez.

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Tenía un capó alargado que se prolongaba hasta el retrasado habitáculo y el frontal estaba caracterizado por unos faros escamoteables, siendo uno de los últimos modelos de Maranello con estas ópticas, que acabarían desapareciendo a lo largo de la década. 

El coche estaba inspirado en el mítico Ferrari 365 GTB/4 Daytona, pero modernizado, como se aprecia en el largo capó y en el diseño envolvente de la zaga y del habitáculo. De esta manera, Ferrari hizo un coche moderno, pero conectado con su propia historia.

Un detalle aerodinámico que pasaba desapercibido para muchos era el alerón inferior en el paragolpes trasero que se activaba electrónicamente, de modo que el ángulo que formaba con respecto a la carretera variaba según la velocidad. Esto permití incrementar la carga aerodinámica y mejorar el rendimiento en carretera.

El modelo que devolvió la esencia a Ferrari

La increíble historia del Ferrari 456 GT

Decía Enzo Ferrari que “los burros tiran del carro, no lo empujan”, refiriéndose a que el motor debía estar ubicado delante y no atrás como empezaron a sugerir algunos ingenieros a principios de los 60. 

Il Commendatore era bastante reticente a los motores traseros, aunque finalmente cedió. En los años 70 y 80, la marca italiana utilizó motores en posición central trasero, como el Ferrari 512 BB, el Testarossa, el 288 GTO o el F40. 

El único V12 delantero era el 412, modelo que se mantuvo en producción entre 1985 y 1989. Hasta 1992, cuando apareció el 456 GT, la firma italiana no tuvo en su gama ningún modelo con un motor de 12 cilindros. 

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Tras esos tres años de vació, el 456 GT ocupó el lugar del 412. El motor era un V12 a 65 grados de 5.5 litros denominado F116 que entregaba inicialmente 442 CV a 6.250 rpm y 550 Nm de par máximo, a partir de las 4.500 vueltas. 

El bloque se asociaba con una caja de cambios manual, otro guiño al Daytona, en lugar de optar por un cambio automático. Tenía seis relaciones y estaba montada en la parte posterior, en un esquema transaxle, junto a un diferencial autoblocante. Es la misma configuración que utilizaba Ferrari en los 60. 

No obstante, un año después del lanzamiento del vehículo, la marca decidió ofrecer un cambio automático, aunque solo con cuatro velocidades. De todas formas, las prestaciones eran similares a las de la versión manual: misma aceleración de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos y una velocidad máxima de 300 km/h, frente a los 309 km/h del manual. La variante automática recibió la denominación 456 GTA.

De infravalorado a codiciado

La increíble historia del Ferrari 456 GT

Podríamos decir que e Ferrari 456 GT tuvo un protagonismo discreto durante los 11 años que se mantuvo en el mercado, hasta 2003. Quizá, quedó algo eclipsado por otros modelos con los que tuvo que convivir, como el 335, el F50, el 550/575 Maranello o el 360 Modena. 

En 1998, en medio de su ciclo comercial, Ferrari introdujo una evolución bajo la denominación 456M GT, donde la ‘M’ significaba Modificata. Un ligero restyling afectaba sensiblemente al diseño y algo más al apartado técnico, con una revisión de la geometría del eje delantero y un control de tracción electrónico

En sus 11 años de vida, se produjeron casi 3.300 unidades del 456 GT, la mayoría de ellas correspondientes a la primera serie y, principalmente, con cambio manual. Apenas 408 ejemplares se fabricaron con cambio automático. 

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Aunque el Ferrari 456 GT estuvo un poco infravalorado al principio, en los últimos años ha aumentado su cotización y se ha convertido en un modelo bastante codiciado por aquellos que buscan un Ferrari “puro”, es decir, con un motor V12 delantero, cambio manual y libre de electrónica. 

Un coupé 2+2 con un diseño bonito y elegante, con trazos inspirados en la propia historia de Ferrari, que recuperó la configuración clásica de la marca, esa que tanto le gustaba a Enzo y que ahora cumple 30 años.

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