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Prueba Toyota Verso D-4D 120 CV

Un coche donde cabe... de todo

Cuando cualquier amigo, conocido o pariente lejano me cuenta que ha ampliado la familia, necesita un monovolumen y ha mirado tres opciones, siempre duda entre un selecto grupo donde habitan los Volkswagen Touran, Renault Grand Scénic, Ford Grand C-Max... Pero todavía ninguno ha metido en el catálogo de posibilidades a un modelo que es igual de práctico y grande por dentro (incluso en algunos casos más). Está claro que el Toyota Verso 2013 no es tan conocido y eso que ya lleva unos cuantos años en el mercado.

Para mí había dos razones fundamentales que lo explicaban: una estética muy anodina y un comportamiento menos preciso que sus rivales. Ese doble objetivo de mejora es el buscado ahora por Toyota, que varía casi 500 piezas en el nuevo Toyota Verso. Se presenta con un frontal de mayor personalidad que recoge los rasgos del Auris o el Yaris. La presentación interior también ha ganado enteros, con botones más grandes y materiales de tacto más suave, aunque sigue sin convencerme el cuadro de relojes en el centro (por mucho que ahora se oriente hacia el conductor). Esa impresión se dulcifica cuando paso a la segunda fila, donde sobra espacio en altura para mis 1,85 metros y crece todavía más la satisfacción cuando descubro dos butacas en la tercera fila que sirven para más que un viaje corto. Normalmente, estas plazas son para niños y trayectos rápidos, pero en el Toyota Verso 2013 120D Advance se convierten casi en dos asientos normales.

Lo malo es que si llenas el aforo solo te quedan 155 litros de maletero. Ese volumen sube hasta los 440 litros con cinco plazas, una capacidad claramente inferior a los 600 de un Volkswagen Touran... que también es más dinámico. Porque pese a que los cambios del Verso 2013 120D Advance afectan a la rigidez de la carrocería (un 18% mayor), al software de la dirección eléctrica (más firme) y a la suspensión, lo cierto es que el nipón sigue balanceando más que su competencia y en juntas de dilatación o baches el tarado de amortiguación es demasiado seco. Algo que se nota sobre los cuerpos de los pasajeros que se sientan encima del eje posterior.

Mucho ha mejorado, eso sí, la insonorización de un habitáculo donde no se sienten vibraciones  del conocido del motor 120D, que estira más que un dCi 130 de Renault y es menos tragón que un TDCi de Ford. De hecho, en mi prueba se ha conformado con un gasto de 6,1 l/100 km y me ha convencido por completo su capacidad de recuperación. Aquí, una cilindrada de dos litros y su par máximo de 310 Nm juegan a favor.

Valoración

Nota7

En esta prueba del Toyota Verso D-4D 120 CV queremos ver si este monovolumen sería mejor que un SUV.... Espacio, desde luego, sobra

Lo mejor

Espacio interior, confort de marcha y precio muy competitivo

Lo peor

La capacidad del maletero se queda por debajo de rivales como el Touran

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