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Prueba Skoda Kodiaq 2.0 TDi 200 CV DSG 4x4: un amigo para todo

Prueba Skoda Kodiaq 2.0 TDi 200 CV DSG 4x4

Desde que nació, el Skoda Kodiaq se convirtió, por méritos propios, en un SUV grande de referencia en el mercado. Su enorme polivalencia, motores diésel y gasolina, cajas de cambios manual y automática, y capacidad de disponer de un interior de hasta siete pasajeros hicieron de él un modelo camaleónico capaz de satisfacer las necesidades más dispares. 

Para Skoda ha llegado el momento de actualizarlo con el fin de ponerlo en órbita una vez más y pelearse con los duros rivales como el Seat Tarraco, Peugeot 5008 y Hyundai Santa Fe, entre otros. ¿Sigue brillando tanto como antes? 

Pero lo primero, agudiza la vista y pégale un repaso a este Skoda Kodiaq 2.0 TDi 200 CV DSG 4x4 de arriba a abajo para ver si descubres qué es lo que ha cambiado. 

No son grandes cosas, desde luego: te pueden llamar la atención los nuevos paragolpes (llegan con un diseño ligeramente diferente), las tomas de aire (de mayores dimensiones) y los faros, algo más estrechos y estilizados, y con la capacidad de incorporar la tecnología Matrix LED (de serie en este acabado Sportline).

Las llantas son de nuevo diseño (pueden llegar a ser de 20 pulgadas desde 1.071 euros) y en la zaga te vas a encontrar con mínimos detalles, como los pilotos con intermitencia dinámicos o un alerón más prominente. 

¿Algo más? Nada más. Con estos pequeños cambios, Skoda ha concluido la renovación de un Kodiaq al que, hay que decirlo, no le pesan los años y sabe envejecer bastante bien (aunque sigue siendo tan sobrio como siempre). 

Paso al interior: en el habitáculo los cambios también son muy ligeros. ¿Qué hay de nuevo? Estrena algunas molduras decorativas para el salpicadero, las puertas y el diseño del volante es herencia directa del Skoda Octavia, con solo dos radios (algo que no acaba de convencerme). 

Al menos los botones son físicos, de los de toda la vida, y no te tienes que preocupar por accionarlos accidentalmente como pasa en otros modelos de superficies táctiles del Grupo Volkswagen. 

Prueba Skoda Kodiaq 2.0 TDi 200 CV DSG 4x4

Donde también ha mejorado es en el sistema de iluminación ambiental (ofrece ahora más puntos de luz), el sistema de sonido CANTON con diez altavoces (antes solo traía ocho) y, sobre todo, en unos asientos mejor perfilados que pueden llevar calefacción, ventilación y masaje. La pega: todo esto último solo está disponible en opción, así que tendrás que pasar por caja. 

De todas formas, el que no haya muchas modificaciones no tiene por qué ser algo necesariamente negativo, sobre todo si hablamos en términos de espacio y modularidad. El Kodiaq sigue siendo un maestro de la gestión del espacio interior y puedes pedirlo con cinco o siete plazas. 

La segunda fila sigue contando con tres banquetas individuales que se desplazan longitudinalmente en 17 centímetros, lo que está muy bien para ajustarse a las necesidades puntuales de cada trayecto. 

La segunda fila es un portento en cuanto a amplitud para sus ocupantes, ya que no vas a tener problemas de espacio ni para los hombros, ni para la cabeza o las rodillas. Eso sí, lo más difícil sigue siendo acceder a las dos plazas de la tercera fila: el habitáculo está muy alto en relación al suelo y el espacio que deja la segunda fila al abatir el asiento lateral no es la panacea. 

Prueba Skoda Kodiaq 2.0 TDi 200 CV DSG 4x4

Dicho de otra forma: la maniobra requiere cierto esfuerzo y una vez te sientas en esta tercera fila, te das cuenta de que son solo válidas para niños.

Me pongo en marcha. Bajo el capó, todo una rara avis en los tiempos que corren: es diésel que no lleva nada de electrificación. Eso le supone la Etiqueta C de la DGT frente a otros rivales que se han actualizado mejor y lucen con orgullo la ECO o directamente la azul de '0 Emisiones'.

En cualquier caso, estoy ante un bloque plenamente satisfactorio, ya que cuenta con bastante fuerza (200 CV), un par motor generoso y un consumo que si no te pasas con el pie derecho es más que razonable (he medido 7,2 litros), sobre todo si tenemos en cuenta que este Kodiaq arrastra 1.800 kilos de peso y que no es un prodigio de la aerodinámica. 

Súmale la tracción 4x4 y el cambio DSG de siete relaciones para obtener un pack soberbio. 

Prueba Skoda Kodiaq 2.0 TDi 200 CV DSG 4x4

En movimiento, el escenario perfecto para este checo es, sin duda, las anchas autovías donde poder mantener velocidades de crucero y acumular kilómetros sin que tu espalda se fatigue. Si añades la suspensión DCC (1.040 euros) podrás variar la dureza de los amortiguadores y viajar todavía más cómodo. 

Luego, cuando pasas a una carretera de doble sentido plagada de curvas, te vas a dar cuenta de que los cambios de ritmo no son lo mejor para este Kodiaq, a pesar de que su caja de cambios es suficientemente rápida en el modo secuencial y de que el motor tiene buenos bajos. 

En estos casos, mejor ritmos tranquilos con los que disfrutar del paisaje y de todo el confort de este checo.

Mi opinión

Ell Skoda Kodiaq TDI es una de las opciones más completas y polivalentes del mercado en el segmento SUV. Eso sí, con este motor, la tracción 4x4, un equipamiento de serie donde tienes todo lo imprescindible y el cambio DSG de siete marchas, el precio se acerca peligrosamente a los 50.000 euros.

Valoración

Nota8

En la prueba del Skoda Kodiaq 2.0 TDi 200 CV DSG 4x4 descubrimos que una mecánica diésel de alta potencia es la mejor amiga para hacer viajes.

Lo mejor

Sabe aprovechar cada centímetro para lograr un interior tan amplio como práctico para las necesidades del día a día.

Lo peor

Sin ningún tipo de electrificación que ayude al motor de combustión, este Skoda se tiene que contentar con la Etiqueta C de la DGT.

Etiquetas: SUV

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