Test de los 100.000 km: Skoda Kodiaq
Faltaban 3.208 kilómetros. El Skoda Kodiaq había cubierto 96.792 de los 100.000 km que dura nuestra prueba de larga duración, cuando dos pequeños contratiempos de lo más estúpido afearon el resultado final. Al principio, fue un contacto suelto en el botón de arranque, que hacía que le costara ponerse en funcionamiento. Y poco después, un fallo en la suspensión causó un endurecimiento incómodo. Sin estos molestos contratiempos, habría obtenido sin problemas un 10 como nota final.
Nuestra aventura con el SUV checo comenzó el 24 de abril de 2018. No había nada malo en él, excepto quizás el hecho de que nuestra relación se iba a limitar a 100.000 km. Cuando uno busca un socio, considera a aquellos que pueden demostrar ser financieramente solventes. En ese momento, el Kodiaq Scout 4x4 TDI de 190 CV con transmisión de doble embrague nos costó 41.290 euros. Además, el color rojo metalizado añadió otros 990 euros. También nos dimos algunos caprichos: control de crucero adaptativo (incluyendo otros asistentes, 1.690 euros), suspensión adaptativa (760 euros), climatizador automático de tres zonas (250 euros), faros LED (990 euros), paquete multimedia Columbus (2.690 euros) y otros tantos accesorios más que llevaron el precio final a 51.760 euros. Hace 20 años hubiera sido una barbaridad, pero hoy en día ya no llama la atención que un Skoda se mueva en un nivel de precios de, por ejemplo, un Audi A6 45 TFSI de 245 CV. Y sigue sonando a mucho para ser, en el fondo, una evolución con esteroides de los modelos compactos del Grupo VW, ya que se basa en la plataforma MQB. Pero si lo piensas dos veces, el precio resulta justo. Y, sin duda, muchos conductores piensan igual, porque en 2019 vendieron 2.552 unidades según ANFAC, al nivel del Skoda Scala (2.054).

En el caso de nuestra unidad (comprada en Alemania), los compañeros que tenían que realizar viajes de trabajo se peleaban por poder conducirlo. Y desde el principio se deshicieron en elogios: "Enorme y cómodo", anotaba uno entusiasmado, y otro añadía: "Así es como un SUV puede ser divertido". Un tercero fue más allá: "Una gran opción para viajar". Finalmente, sin embargo, todos decían lo mismo: mover un coche tan espacioso y acogedor de manera tan animada y relativamente económica es algo que casi roza la magia. Pero no se trata de un truco, se trata de un Skoda.
Las familias más grandes, junto con su equipaje, viajan bastante relajadas en su carrocería de 4,70 por 1,88 metros. Y, además, con un consumo coherente: durante todo el tiempo que duró de la prueba ha marcado un consumo medio de 7,2 l/100km. Y eso a pesar de su peso de 1,8 toneladas y a su imponente carrocería de 1,68 metros de alto.
Con este coche, aunque el camino se retuerza o se llene de obstáculos, siempre vas relajado. Y pese a su tamaño y gran capacidad, sigue siendo "lo suficientemente compacto como para aparcarlo sin problemas y para moverse en el centro de las ciudades", nos asegura uno de nuestros compañeros.
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Respecto a la comodidad de conducción, aunque el balance general fue bueno, sí que nos señalaron que el ajuste del chasis DCC no era tan equilibrado como en modelos de sus hermanos de Volkswagen. Pero tampoco era algo dramático... Hasta el 23 de julio de 2018, cuando uno de nuestros redactores no había llegado muy lejos cuando un chivato en el cuadro de mandos se puso a parpadear y el motor diésel de dos litros empezó a reaccionar de forma extraña. ¿Después de sólo 19.348 kilómetros? Pero el problema no era el motor en sí. Un solitario animalillo de pelaje marrón oscuro tuvo toda la culpa: ¡un hurón! Este pequeño mamífero se dio un festín royendo un manguito del turbo. Pero después de su sustitución todo volvió a funcionar sin problemas. ¡Que aproveche!
Así que el tiempo iba pasando y no pasó nada grave. O, mejor dicho, casi nada. Por supuesto, condujimos al taller para sus revisiones cada 30.000 kilómetros y rellenamos cuidadosamente las cantidades requeridas de AdBlue. En esto, el checo, en contraste con los modelos probados antes en nuestro test de larga duración, realmente demostró tener sed. Se usaron casi 100 litros de este arma contra el óxido de nitrógeno (NOx). Además, por supuesto, cambiamos los neumáticos concienzudamente de verano a invierno y viceversa. Un juego de cada tipo fue suficiente, más un neumático de invierno que tuvo que ser reemplazado después dar un volantazo y golpear un bordillo para evitar una colisión. Y ahí aprendimos que la garantía de movilidad realmente tiene sentido. Remolque, alquiler de coche, cambio al día siguiente: todo rápido, sencillo y fácil. Así que no podemos hacer otra cosa que dar las gracias a Skoda por su eficaz servicio de asistencia en carretera.
Además de los innumerables cumplidos que el Kodiaq recogió de quienes lo condujeron, también hubo algunas voces críticas. Para algunos el motor diésel era demasiado sonoro en el tráfico de la ciudad y el ruido del viento molestaba en carretera. Además, con el paso de los kilómetros, el DSG descuidó sus iniciales buenos modales, que pasaron a traducirse en ligeras sacudidas en determinados momentos. Y algunos asistentes no siempre estaban concentrados y atentos. Nada catastrófico; más bien una indicación amistosa de posibles mejoras que podrían introducirse en este modelo.
Hasta este punto, el Kodiaq habría obtenido fácilmente una calificación de sobresaliente. Pero luego, desafortunadamente, incurrió en los problemas mencionados al principio. Y cuando lo conducíamos hasta el destino final en la sede de la compañía en Mladá Boleslav el 28 de enero, todos estábamos expectantes.
Después de todo, esta prueba de 100.000 kilómetros sólo duró 21 meses, lo que significa que ha estado sometido a un estrés anómalo para un coche normal y que, siendo sinceros, es probable que pocos conductores lo lleguen a replicar. En cualquier caso, el Kodiaq no mostró signos que revelaran esto. El experto de DEKRA apenas encontró defectos. Sólo la junta del colector dañada señalaba que era necesario cambiarla en los próximos 50.000 kilómetros como máximo; nada extraño. Bien por Skoda, pese a esos pequeños inconvenientes que encontramos poco antes de terminar la prueba.

Valoración
El SUV de gran tamaño de la firma checa pasa nuestro riguroso test de los 100.000 km. El Skoda Kodiaq recibe una nota muy alta.
Lo mejor
Comodidad a bordo. Empuje y consumo medio de su motor de 190 CV. Espacio interior. Maniobrabilidad en ciudad a pesar de su tamaño.
Lo peor
Motor diésel era demasiado sonoro en el tráfico de la ciudad. Ruido del viento molestaba en carretera.
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